Ecuatorial,
antigua colonia española hasta 1968 ─uno de los mayores productores de hidrocarburos del
continente africano y con uno de los índices de desarrollo humano más bajos del
mundo─, inició un proceso de democratización en 1991 con la aprobación, en
referéndum, de la reforma constitucional que venía a reconocer el pluralismo
político. Gracias a dicha reforma constitucional fueron legalizados unos trece
partidos políticos. En marzo de 1993 el Gobierno y estos firmaron el llamado
Pacto Nacional Vinculante, que venía a regular los mismos derechos y
obligaciones recogidos ya tanto en la Ley Fundamental, como en el resto del
Ordenamiento Jurídico promulgado de cara a la implantación de dicho proceso de
democratización.
Sin embargo, la situación que se vive
en el país, dos décadas después, indica que el proceso no ha llegado a buen
puerto. ¿Por qué? Pues porque el
Pacto Nacional Vinculante ha sido sistemáticamente incumplido e
instrumentalizado por el Gobierno, lo que fácilmente se
demuestra por los siguientes hechos:
1. El libre
acceso de los partidos políticos a los Medios de Comunicación del Estado,
recogido por el Pacto Nacional, no existe. Por el contrario, dichos medios
están al servicio exclusivo del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial
(PDGE), en el poder. Ante esta situación injusta, CPDS importó una pequeña
emisora de radio y pidió la correspondiente autorización gubernativa para su
puesta en marcha, lo que motivó el asalto a la sede de ese partido en
septiembre de 2008 por parte de las fuerzas de Seguridad del Estado.
2.
El Pacto Nacional prohibía a los partidos políticos utilizar a la
Administración Pública y empresas públicas y privadas para la recaudación de
las cuotas de sus militantes. El PDGE sigue cobrando a todos los trabajadores
una cuota mensual obligatoria a través de sus nóminas, a pesar de que ese
partido cuenta con todos los medios y recursos del país para financiarse,
frente a la situación de permanente precariedad de los partidos de la oposición.
3.
En la misma línea, sigue existiendo la discriminación laboral y empresarial
contra los militantes de la oposición o sospechosos de serlo.
4.
El Pacto Nacional autorizaba a los partidos políticos el derecho ─reconocido
también por la Ley Fundamental y la Ley de reunión y manifestación─ de
reuniones y manifestaciones. Dos décadas más tarde, únicamente el partido en
poder puede celebrar manifestaciones y reuniones públicas en periodo no
electoral.
5. El mismo Pacto prohibía los confinamientos
extrajudiciales a opositores y al resto de ciudadanos. Sin embargo, en el país,
concretamente en el distrito de Mongomo, hay personas que, por razones
políticas, ven restringido su derecho a circular libremente, y no pueden
legalizar su partido.
6. Los partidos políticos
discrepantes con el régimen sufren de modo permanente el acoso y las maniobras
de éste para desestabilizarlos y debilitarlos con la creación de bicefalias en
sus directivas.
7. Las elecciones se celebran en condiciones
irregulares y fraudulentas, lo que de modo sistemático otorga al PDGE el 99% de
los votos, así como un sempiterno único escaño al principal partido de la
oposición discrepante con el régimen.
“El país inició un proceso de democratización en 1991
con la aprobación de la reforma constitucional que venía a reconocer el
pluralismo político, pero el Pacto Nacional Vinculante ha sido sistemáticamente
incumplido por Obiang”
8. La Comisión de Vigilancia y Seguimiento, creada en el
seno del Pacto Nacional para monitorizar su cumplimiento, solo se ha reunido
tres veces en los últimos seis años, y en todas ellas solamente para condenar
la reivindicación de algún partido político.
A todos esos
incumplimientos, hay que añadir que:
a) En un pequeño país,
como Guinea Ecuatorial, que no alcanza el millón de habitantes y no existe
conflicto armado, hay numerosos refugiados políticos.
b) Por
la manifiestamente injusta distribución de la riqueza nacional, día a día se
agudizan las diferencias sociales entre los ricos y los pobres, lo que se
traduce en una situación de conflicto social y político latente.
c) Todavía
existe una discriminación evidente de todos aquellos que no procesan la
ideología del partido gobernante, en lo laboral y hasta en la concesión de
becas.
d) A lo largo del proceso de democratización, y pese
a la existencia de una ley que data del año 1990, no se ha legalizado ni un
solo sindicato en Guinea Ecuatorial, lo que supone una inexplicable laguna
cuando se trata de construir un Estado democrático de derecho; tampoco existe
una sociedad civil como tal.
Además de las razones señaladas, ¿por qué, a nuestro juicio, ha
fracasado el proceso democrático? En primer lugar, porque el proceso se
inició sin la participación del Pueblo, que es el verdadero depositario de la
soberanía nacional en una democracia. Así, todo lo que se ha hecho en el marco
de dicho ensayo, ha sido bajo la iniciativa y dictámenes de quienes ejercen el
poder, cuando se necesitaba iniciar el proceso con un consenso general de todas
las sensibilidades políticas del país.
No se partió con una
idea clara de que una Constitución o Ley Fundamental es un contrato social en
el que están contenidos todos los derechos y obligaciones de los ciudadanos, la
organización del Estado, la medida de los derechos que se le ceden a este
último para que cumpla su objetivo de generar el bienestar social, y los
límites que se le ponen al Estado para que no se extralimite en el ejercicio de
sus poderes. Dicho de otra manera, la
Ley Fundamental de Guinea Ecuatorial, con sus respectivas reformas, no es una
Constitución pactada, sino otorgada.
“Obiang ha convocado para noviembre la mesa de
diálogo sin atender a ninguno de los pasos previos pedidos por la oposición.
Dicha convocatoria está llena de trampas para seguir engañando a la oposición,
a la población y a la comunidad internacional”
En segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, no
ha habido un diálogo leal, exigente y sincero entre los diferentes actores
políticos. Y en ausencia de un diálogo en los términos señalados, no se puede
hablar de democracia.
Nuestra Ley Fundamental reconoce la
pluralidad, y no se puede convivir en la pluralidad si no hay tolerancia,
diálogo y respeto a las diferencias. La ausencia del diálogo y tolerancia
entraña marginación y exclusión de aquellos que tienen opiniones diferentes.
Cuando eso ocurre y no hay diálogo entre todos, se abona el terreno para la
irrupción de grupos o individuos espontáneos y/o violentos,
cuyo vocabulario es diametralmente opuesto al vocabulario de la democracia.
El
objetivo que persigue el necesario diálogo político en Guinea Ecuatorial es conseguir
la reconciliación nacional y alcanzar una mejor convivencia democrática que evite conflictos en el país. Para
poder celebrar el diálogo, los partidos de la oposición democrática,
encabezados por Convergencia para la Democracia Social (CPDS), han pedido al
Jefe del Estado, el General Obiang, que haga gestos de buena voluntad para dar
credibilidad al proceso y generar la necesaria confianza en los actores
políticos participantes, así como a la opinión pública, nacional e
internacional. Dichos pasos son, entre otros:
1. Adopción de
disposiciones legales necesarias para una reconciliación nacional (promulgación
de una Ley de Amnistía General). Este sería un gesto para dar seguridad a los
exiliados, un gesto de buena voluntad y sinceridad del Jefe del Estado. Puesto
que hay refugiados políticos, algunos de ellos con causas pendientes con la
Justicia, y presos políticos (si los hubiere), es necesario que exista una ley
que les dé cobertura legal para el ejercicio de sus derechos políticos,
garantías para su protección física y subsistencia para los exiliados que
retornen al país.
2. Legalización de los partidos políticos y
organizaciones de la sociedad civil que lo soliciten, tanto del interior, como
del exilio.
3. Solucionar la situación de bicefalia de
algunos partidos políticos, situación creada por el régimen para debilitar a la
oposición democrática.
4. Legalización de medios de
comunicación para el desarrollo de las actividades de los partidos políticos
sin censuras.
El pasado 29 de agosto, Obiang convocó dicha
mesa de diálogo, a desarrollarse a partir del próximo mes de noviembre, sin
atender a ninguno de los pasos previos pedidos por la oposición. Dicha
convocatoria está llena de trampas para seguir
engañando a la oposición, a la población y a la comunidad internacional.
Por ejemplo, da un plazo de 60 días para la legalización de partidos, limita el
diálogo a la mera revisión de algunas leyes y en tan solo cinco sesiones en
cinco días, organizadas y presididas por el propio Gobierno.
Con
sus trampas y engaños, Obiang quiere desaprovechar una oportunidad histórica
para que en Guinea Ecuatorial haya una convivencia pacífica y democrática
duradera. Sus maniobras para seguir
en el poder y cederlo a su propio hijo, impidiendo la
celebración de elecciones democráticas que posibilitasen una alternancia en el
poder, violando sistemática e impunemente los derechos humanos y empobreciendo
a su población son los ingredientes propicios para un estallido social y
político.
La oposición democrática propone y apuesta por un
cambio para una democracia estable y duradera, y ésta ha de producirse, necesariamente,
mediante diálogo constructivo, concertación y consenso, sin la posibilidad de
que nadie tome represalias posteriores contra nadie, ya que las represalias
siempre engendrarían más represalias en el futuro y, por tanto, más
inestabilidad.
Por estos motivos, CPDS y las demás fuerzas
políticas piden a la comunidad internacional que adopte las medidas necesarias
para que dicha mesa de diálogo pueda celebrarse en condiciones democráticas tales que Obiang no sea, al mismo
tiempo, juez y parte de un diálogo cuyo resultado puede marcar, para bien o
para mal, un punto de inflexión en la situación política del país.
Andrés
Esono Ondo Secretario General del Convergencia para la Democracia Social
(CPDS), principal partido opositor de Guinea Ecuatorial.
La
necesidad de diálogo político en Guinea Ecuatorial - Blogs de Tribuna http://bit.ly/1sNYDEf