domingo, 16 de marzo de 2014

El saqueador da la cara

José María Irujo

Madrid 9 MAR 2014 - 00:00 CET

Teodorín Obiang, vicepresidente de Guinea Ecuatorial, acepta declarar por vídeoconferencia ante los jueces franceses que le investigan por corrupción.
Ocho de los diez testigos que le acusan de cobrar comisiones son empresarios españoles.
 
Un dirigente africano investigado por corrupción declarará por primera vez ante la Justicia europea. Teodorín Obiang Nguema, vicepresidente segundo de Guinea Ecuatorial, ha aceptado prestar declaración por vídeoconferencia en la investigación judicial que se sigue contra él en París (Francia) por presunto blanqueo de capitales y saqueo de las arcas públicas de su país, antigua colonia española, según ha podido confirmar El PAÍS.
La decisión de Obiang, de 44 años, de dar la cara supondrá el levantamiento de la orden internacional de detención dictada por la Justicia francesa ante su negativa a comparecer frente los jueces que le investigan—fue citado en dos ocasiones y no acudió por temor a ser detenido— y que le han embargado bienes inmuebles en Francia por valor de 30 millones de euros, según señalan fuentes de las ONG que en 2010 presentaron una denuncia contra tres jefes de Estado africanos. Su comparecencia cerrará una larga y compleja investigación dirigida por el juez René Grouman, un veterano especialista en delitos financieros.
El cerco judicial sobre Teodorín Obiang, está a punto de cerrarse en Francia. Y la inmunidad diplomática que esgrimió el hijo del dictador africano no ha servido de nada. Los jueces Grouman y Roger Loire ya han concluido una larga y compleja investigación sobre el origen del patrimonio en Francia de El Patrón, apodo con el que le llaman en Malabo, y sostienen que procede del cobro comisiones ilegales blanqueadas con sus inversiones millonarias en Francia.
“El dirigente africano tiene una orden de búsqueda y captura”
Grouman y Loire sostendrán su acusación en el juicio del caso sobre los bienes mal adquiridos—como se denomina en Francia esta investigación— con testimonios de 10 testigos, uno de ellos francés, otro guineano y el resto empresarios españoles que durante los últimos dos años han relatado ante los jueces franceses en el número 4 de la madrileña calle de Manuel Silvela, sede de la Fiscalía Anticorrupción en Madrid. Todas sus declaraciones han sido grabadas en vídeo y en presencia de un fiscal español mediante comisiones rogatorias (petición de auxilio judicial).
Grouman terminó su última ronda de declaraciones en Madrid y Barcelona a finales del pasado mes de febrero y escuchó los testimonios de emprendedores españoles que hace un año revelaron a este periódico el presunto chantaje al que fueron sometidos por Teodorín para continuar con sus negocios de madera en Guinea Ecuatorial y ahora lo han hecho ante la Justicia francesa. En algunos casos sus socios terminaron en la cárcel por negarse a pagar las comisiones ilegales que les exigían Obiang y sus socios locales. Todos ellos perdieron su maquinaria y negocios.
En Francia, al contrario que en España, estos testigos no están obligados a comparecer en la vista oral para ratificar sus denuncias. Uno de ellos, Germán Pedro Tomo, residente en Madrid desde 2004, cuenta con escolta policial solicitada por las autoridades francesas. En 2005 dos sicarios colombianos intentaron asesinarlo.
Teodorín Obiang podría ser condenado hasta a cinco años de prisión, pero fuentes judiciales aseguran que de ser así no pisara la cárcel porque en Francia, en caso de penas pequeñas y si el condenado no lo ha sido antes, se suspende la ejecución de la sentencia y la acción de la Justicia se centra en la incautación definitiva del patrimonio requisado. La condena de un dictador africano por blanqueo en Europa se consideraría un éxito judicial, según señalan responsables de las ONG Sherpa y Transparency International, impulsoras de la investigación.
Una decena de testigos le acusan de cobrar comisiones ilegales”
La policía financiera francesa incautó en febrero de 2012 al hijo del dictador africano su residencia particular de 101 habitaciones y 5.000 metros cuadrados en el número 42 la avenida Foch, junto al Arco del Triunfo, decenas de cuadros, obras de arte y una colección de coches—Mercedes, Rolls Royce, Bentley, Porche, Ferrari, Maserati y Bugatti— que la agencia interministerial de recuperación y gestión de bienes confiscados (la AGRASC) ya ha subastado por tres millones de euros.
Cuando concluya la declaración de Obiang, Elian Houlette, la nueva fiscal anticorrupción francesa, emitirá su calificación final. Los abogados de Teodorín en Francia intentaron que este se amparara en su inmunidad parlamentaria en su condición de vicepresidente de Guinea Ecuatorial, uno de los grandes productores de petróleo y gas, pero la Corte de Apelación de París, presidida por la señora Boizette, desestimó su petición. Su decisión acaba con el escudo protector que utilizan algunos jefes de Estado africanos para escapar de las denuncias por corrupción y rapiña.
El cerco judicial se cierra en Francia, pero varios funcionarios del Departamento de Justicia de EE UU trabajan por todo el mundo en otra investigación similar sobre el presunto lavado de dinero del hijo predilecto de Obiang en varios estados norteamericanos. Sus casas en Malibú (California) y Washington, un avión privado y toda la iconografía que compró en subastas del cantante Michael Jackson están en el punto de mira.