martes, 26 de junio de 2012

Rafael Evita Ika: Con aquel,"nunca más permitiremos que se pisoteen nuestros Derechos en Guinea Ecuatorial", nacía Êtômbâ â Ndôwé-Partido del Pueblo Ndowé, el 26 de Junio 2010.

Con aquel, "nunca más permitiremos que se pisoteen nuestros Derechos en Guinea Ecuatorial", nacía Êtômbâ â Ndôwé-Partido del Pueblo Ndowé, el  26 de Junio 2010.
Los hombres de la tribu  gorila, son responsables de los males de mi país. Fue un arrebato de sentimientos y dolor además de impotencia, unos grandes sentimientos los que le llevaron a Ngôlôkôdî a decir aquella verdad tan prohibida en un país bajo el control absoluto de los temibles hombres de la tribu gorila, que se nutren de sangre humana.
Cantaba diciendo que los hombres de la tribu gorila eran muy violentos y que Dios es grande. Y cada vez que cantaba y cantaba, más gente se detenía a escuchar su cantar, hasta que su cantar llegó a los hombres de la tribu gorila, que se llevaron las manos a la cabeza, y por primera vez sentenciaron gritando: ¡Ngôlôkôdî es un brujo! y toda su familia también…

Todo ocurrió porque “Ngôlôkôdî” se había atrevido a llevar su cantar hasta el palacio de la tribu gorila y cantar ante el muy considerado y temible gran Rey de la tribu gorila, diciendo: "El Rey y su pueblo de gorilas eran los responsables de los males de su país, y que quería la libertad de su Pueblo"

¡Ngôlôkôdî es un atrevido y profano!- proclamaron todos los hombres y mujeres de la tribu gorila, y los que callaron consintieron con su silencio, puesto que sabían que Ngôlôkôdî pertenecía a la tribu de los hombres del mar, a los que tenían amedrantados y reprimidos, y concluyeron que aquella actitud desafiante de atreverse a ir ante el mismísimo Rey de la temida la tribu  gorila y decir cuanto dijo, era propia de un brujo, puesto que nadie conocedor de la capacidad de los hombres de la tribu  gorila en infringir dolor, lo haría.– !Apresadlo!- ordenó el gran Rey.- :Y arrancadle los pelos de la cabeza por tal osadía y semejante atrevimiento-sentenció el gran Rey de la tribu de los hombres gorila. Una multitud de hombres y mujeres de la tribu de los hombres gorila cayó sobre Ngôlôkôdî, y procedieron a cumplir la sentencia dictada, arrancándole los pelos de la cabeza. Ni así, ni por el dolor se calló Ngôlôkôdî, puesto que continuó cantando:

-..., sois unos cobardes asesinos…, sois unos asesinos…, viva la liberación del pueblo de los hombres del mar, mientras le arrancaban los pelos de la cabeza.

Apaleado Ngôlôkôdî sin un solo pelo ya en la cabeza y sangrando, fue echado de Palacio, mientras el gran Rey de la tribu de los hombres gorila decía:- No vuelvas nunca más por aquí, como vuelva a verte serás ejecutado.

Ngôlôkôdî tomó su embarcación de madera y se alejó del lugar. Tras navegar toda la noche río abajo, llegó al mar y detuvo su Cayuco en la playa de su pueblo. Se apeó y adentrándose en el pueblo, se cruzó con los hombres de la tribu gorila que se nutren de sangre humana, que le esperaban. Le apresaron y condujeron a un pueblo de los hombres gorila cercano al país de la tribu de los hombres del mar, adonde lo esperaba un jefe de la tribu de los hombres gorila. Allá en aquel pueblo, vio Ngôlôkôdî a mujeres de la tribu de los hombres gorila lavando objetos en el río, mientras los niños jugaban cazando cocodrilos e hipopótamos. Una vez ante el jefe de la tribu de los hombres gorila, el jefe miró detenido y sorprendido a Ngôlôkôdî, pues Ngôlôkôdî no representaba físicamente peligro alguno, por lo que seguido giró alrededor de él preguntando a sus lacayos:- ¿éste hombre es la amenaza de nuestra tribu de hombres gorila y nuestro imperio?-acto seguido, uno de los hombres de la tribu de los hombres gorila se acercó al jefe y le susurró al oído:


-Cuidado jefe, dicen que es el gran brujo de la tribu de los hombres del mar-acto seguido, el jefe mandó notificar de inmediato al gran Rey de la tribu de los hombres gorila sobre la captura de Ngôlôkôdî, y éste último pidió que el extranjero fuese inmediatamente llevado ante él.

Llevado hasta el Rey- ¿Tú otra vez?- preguntó el gran Rey al ver a Ngôlôkôdî y prosiguió- te advertí de lo que sucedería si volvía a verte por aquí.- Antes de que Ngôlôkôdî pronunciase una palabra, el Rey de la tribu de los hombres gorila sentenció furioso- ¡serás ejecutado!- y ordenó que fuese conducido a la ocupada ciudad de la tribu de los hombres del mar, y fuese ejecutado en público para que sirviese de ejemplo a los otros hombres de la tribu de los hombres del mar.

Siendo conducido, la expedición se detuvo en un lugar que desconocía Ngôlôkôdî. Era la primera vez que Ngôlôkôdî llegaba a la secreta gran ciudad que los hombres gorila habían construido en la tierra de los hombres del mar. Había de todo y sobre todo un gran mercado y muchos mercaderes, regulados por el desorden, la corrupción, el trapicheo y el robo; todos robándose una cosa y otra. Uno se llenaba sus sacos de objetos robados, que a la media vuelta aquellos mismos objetos ya en sus sacos eran también robados por otro. Algo de basura robaban, contaminación también robaban así como algo de indigestión también robaban pero, lo más grande que se vendía, compraba y se robaba allá era la alienación imperante en el país de la tribu de los hombres de mar; el País Ndôwé.

El bochornoso espectáculo, desorden y el grado de la inmoralidad escandalizaron al maniatado Ngôlôkôdî que se olvidó de su situación, pensó en voz alta y pronunció:- “Viva la liberación de mi país”. Un silencio sepulcral precedió, mientras todas las miradas se dirigieron hacia donde hubo salido aquella voz. Aprovechando la situación creada, Ngôlôkôdî señaló seguido con el dedo por delante de él y hacia un tumulto y gritó:-allá corre uno que ha pagado por un artículo- Otro desconcierto se adueñó del entorno, por ese comportamiento penalizado, y distrajo de nuevo a todos los hombres de la tribu gorila. Ngôlôkôdî corrió primero indicando- “coged al blasfemo que ha osado pagar y no robar”-mientras todos corrían detrás de él. Algunos más rápidos que él se le adelantaron, y en aquel desbarajuste, Ngôlôkôdî aprovechó para huir en dirección contraria, y correr desesperadamente hacia el bosque.

Cuando se dieron cuenta de la burla de Ngôlôkôdî, y notificado el gran Rey de la tribu gorila, éste se enfadó y proclamó:-¡ese hombre es un hechicero!-acto seguido aseveró- Es el hechicero de la tribu de los hombres del mar y debe morir.- A continuación movilizó a su armada de mercenarios en el país, para que capturasen al osado hechicero Ngôlôkôdî y lo pusieran tras grandes barrotes, esta vez para ser quemado vivo.

En el bosque y a salvo cerca de su pueblo, se detuvo Ngôlôkôdî en un claro, se deshizo de sus ataduras y esperando ser escuchado por alguna persona de su tribu; la tribu de hombres del mar, que había permanecido oculto y desaparecido por la acción represora de los temibles hombres de la tribu de gorila, contó una y otra vez:- ¡Viva la liberación de mi Pueblo!…- y ésta vez su voz llegó a algunos miembros de su pueblo ocultos 41 años por la barbarie de los hombres de la tribu gorila, y éstos fueron aproximándose hasta él atónitos por su valía y atrevimiento, al cantar por la liberación de su Pueblo. El Pueblo de la tribu de los hombres del mar, bajo dominación absoluta de los hombres de la tribu gorila.

En poco rato, el gran pueblo de la tribu de los hombres del mar estaba concentrado en aquel claro de la tierra de los hombres de mar, Ngôlôkôdî el gran hechicero y esperanza de la tribu de los hombres de mar exigió:- ¡Hay que terminar con esto!...- y prosiguió:-éste pueblo ya no es lo que dejé-finalmente recriminó preguntando:-¿Qué ha pasado con los audaces y valientes hombres de esta tribu de hombres de mar? ¿Por qué os habéis dejado pisotear por los hombres de la tribu gorila?- mientras el silencio vergonzoso impedía hablar a los hombres de la tribu del mar, se comenzó a escuchar pasos fuertes militares acercándose, indicando que una armada regular se estaba acercando al lugar. El pánico comenzó a adueñarse de los hombres de la tribu del mar que atemorizados se miraban los unos a los otros tratando de huir a esconderse, y de nuevo sonó la firme e inquebrantable voz de Ngôlôkôdî:- ¡No os mováis de donde estáis!- seguido aseveró¨- somos un pueblo con nuestros Derechos y en nuestra tierra. Debemos defender dichos Derechos y nuestra tierra con nuestra sangre si es necesario.- Algunos murmullos precedieron a aquella práctica sentencia de muerte de Ngôlôkôdî, quien seguido matizó en tono de pregunta y muy convincente:-¿Cuál el valor real de vivir pisoteados y escondidos?- Aquella pregunta consiguió frenar a aquellos atemorizados que miraban desorientados en busca de un cobijo, y de nuevo la voz Ngôlôkôdî aseguró- Aquí no hay escondrijos- para finalmente indicar- aquí lucharemos defendiendo nuestras libertades tan pisoteadas por nuestro agresor y venceremos, porque la justicia está de nuestra parte.-A continuación señalando hacia lo alto de un árbol dijo a su Pueblo- allá están los de la tribu de los Búhos- y preguntó seguido a su Pueblo:- ¿los veis?- alzaron la mirada y antes de que respondiera nadie prosiguió:- En lo alto de todos los árboles observen y verán que un centenar de Búhos hay.- Todos volvieron a mirar y efectivamente era cierto, por lo que prosiguió Ngôlôkôdî tranquilizando a su Pueblo:-Esos son los representantes de la tribu de los Búhos, no están ahí por casualidad, son los embajadores de las distintas naciones observando los males que sufre nuestro Pueblo, ante la agresividad y la tiranía de los hombres de la tribu de los gorilas.

Instantes después llegaba al lugar el temido Rey de la tribu de los hombres gorila; allá estaba también la armada de mercenarios al servicio de los hombres gorila escuchando a Ngôlôkôdî repetir una y otra vez:- ¡viva la liberación de mi Pueblo!-en aquel instante le cortó furioso el gran Rey de la tribu de los gorilas:


¡Acabemos de una vez con esto!- seguido agregó:-Tú Ngôlôkôdî, termina ya con esto y te haré mi ministro de la tribu de los hombres del mar.

-¡No!- replicó rechazando Ngôlôkôdî la oferta del gran Rey de la tribu de los hombres gorila- y continuó diciendo:- No busco tu ministerio, ni mi satisfacción personal- finalmente aclaró- QUIERO LA LIBERACIÓN DE MI PUEBLO, QUIERO A MI PUEBLO LIBRE.

-¡Entonces serás fusilado!-sentenció el gran Rey de la tribu  gorila mientras Ngôlôkôdî, prosiguió muy alto su cantar diciendo:  

-Ya acabaste con Saturnino Ibongo Iyanga…, le arrancasteis la vida en plena flor…; ya acabaste con Julián Hinestrosa Evita…, le arrancasteis la vida en plena flor…, ya acabaste con Rafael Mambo Matala Upiñalo, le arrancasteis la vida en plena flor…; ya acabaste con Hilario Mokumu Engura Ndyady, le arrancasteis la vida en plena flor…, ya acabaste con Agustín Eñeso Neñe, le arrancasteis la vida en plena flor…- y se fueron sumando voces de hombres y mujeres de la tribu de los hombres del mar a su cantar-…, ya acabaste con Expedito Rafael Momo Bocara, le arrancasteis la vida en plena flor…; ya acabaste con Valentín Banganga, le arrancasteis la vida en plena flor…; ya acabaste con Manuel Kombe Maje, le arrancasteis la vida en plena flor…; ya acabaste con Felix Ivina Botoko, le arrancasteis la vida en plena flor…; ya acabaste con Kigne, le arrancasteis la vida en plena flor…; ya acabaste con Josefina Ewèla Ikako, le arrancasteis la vida en plena flor…, hasta que el grueso de hombres y mujeres de la tribu del mar tomaron el cantar de Ngôlôkôdî, y continuaron su cantar muy alto, nombrando a todos los hombres y mujeres de su tribu del mar vilmente asesinados por los hombres de la tribu de los gorilas. El sonido de voces roncas quebradas del dolor contenido durante tantos años, y el enfado, teñido de sangre ensordeció la voz del Rey de la tribu de los hombres gorila, que miraba lo alto de los árboles sobre los que se veían los grandes ojos de la tribu de Búhos, embajadores dispuestos a enviar el mensaje del genocidio contra el Pueblo Ndôwé.

El temido gran Rey de la tribu gorila observó que los testigos Búhos de la tribu de embajadores miraban callados posados en los árboles, y decidió marcharse con su armada de mercenarios.

-¡Viva la liberación de nuestro Pueblo!- proclamó una y otra vez Ngôlôkôdî, dando a entender al pueblo de los hombres del mar, que había llegado la hora de levantarse y defender sus Derechos.

Mientras se alejaba el temible Rey con sus hombres gorila y su armada de mercenarios, gritaba sin cesar Ngôlôkôdî- SOMOS UN PUEBLO, EL PUEBLO NDÔWÉ Y HOMBRES DEL MAR. Nunca más consentiremos que volváis a pisotearnos, nunca más, nunca más, gritó y gritó Ngôlôkôdî consiguiendo que el grueso de su pueblo repitiera con él, ¡NUNCA MÁS!..., ¡NUNCA MÁS!...

Así es como se creó Êtômbâ â Ndôwé-Partido del Pueblo Ndowé, aquel 26 de Junio 2010. Un día como hoy diciendo a nuestros opresores, NUNCA MÁS CONSENTIREMOS QUE SE PISOTEEN NUESTROS DERECHOS, SÓLO PORQUE SEAN MÁS GRANDES QUE NOSOTROS . Y NOSOTROS SÍ CUMPLIMOS CON LO QUE PROMETEMOS.

¡NUNCA MÁS!, ¡NUNCA MÁS! Y ¡NUNCA MÁS!

¡VIVA EL PUEBLO NDÔWÉ!

Rafael Evita Ika
Presidente de Êtômbâ â Ndôwé-Partido del Pueblo Ndowé