Por Matuka ma-a Lòbbe
Ndòté-21 de Junio de 2012
Poco a poco se va conociendo la historia reciente de Guinea Ecuatorial y, a pesar de la fuerte campaña llevada a cabo por las dos dictaduras fang que han dirigido el país en el sentido de hacer creer que todos los guineoecuatorianos son fang o bubi, ya quedan menos los que desconocen que en Guinea Ecuatorial coexisten en realidad 5 pueblos diferentes: Los Ndowé, los Bubis, los Ambo, los Fang y los Bissió.
Ya se sabe de los asesinatos selectivos y masivos llevados a cabo por las dictaduras fang contra los pueblos no-fang, hechos que podían haberse asumido si después se hubiera restablecido los derechos de todos, juzgando a los culpables. Sin embargo, en su proyecto de convertir el país real multiétnico en un país forzado mono-étnico, los gobernantes nguemistas optaron por no restablecer los derechos de las personas y de los pueblos no-fang.
La llegada de la era del petróleo lo complicó todo, porque dejó al descubierto a los nguemistas ante los suyos. El reparto de los ingresos petroleros y otros fondos del Estado se limita a la familia, al clan y a otros acólitos y amigos de Obiang Nguema e hijos, dejando en la miseria a la gran mayoría de la población fang y a toda la población no-fang.
Una de las cosas que más han dolido a la población Ndowé es la inmoralidad de la impunidad establecida como norma. La comunidad fang ha dado cobijo en su seno a asesinos, ladrones, maleantes y malhechores; lo que ha «normalizado» aquello que en la mayoría de las sociedades humanas no se admite. Cuando una persona asesina a otra, en un país donde impera la ley, este acto no queda impune. Pero, si estamos en un país en el que es el mismo gobernante el que incentiva este acto, premiando al asesino si es fang, algo está fallando.
En sociedades multiculturales, se debe tener un cuidado muy especial cuando la víctima pertenece a otra comunidad. Se podrían explicar casos esperpénticos en los que la víctima no-fang de un acto criminal es llevada a juicio por los fang que los cometieron ¡y encima es condenada!
"Recuerdo el caso de una joven Ndowé que fue maltratada por dos jóvenes fang, lo que tuvo como resultado la amputación de una de sus piernas. Dolorida, la joven Ndowé llevó el caso a los tribunales. El juicio concluyó con la condena de la joven de la pierna amputada a un año de cárcel, mientras que los responsables fueron absueltos y siguen fuera. Increíble pero cierto; su único crimen es ser Ndowé"
La falta de tacto que ha caracterizado la actuación de los diferentes gobiernos fang de Guinea Ecuatorial está en la base de la desintegración del sentimiento de pertenencia a una nación de todos que en teoría debía vivir en la unidad, en la paz y en la justicia.
Cuarenta y cuatro años después de la proclamación de una independencia que, teóricamente, iba a conducirnos a ser la «Suiza de África», dos años después de que el Pueblo Ndowé rompiera un silencio de casi 42 años –esperando inútilmente que los gobiernos fang recondujeran la situación–, la «inteligentica » fang, siempre a remolque y en su afán de defender la obra de Macías Nguema y Obiang Nguema, acaba de cambiar su estrategia de defensa acuñando un «nuevo» término para designar las exigencias Ndowé de sus derechos como pueblo, pisoteados por los nguemistas.
¡Ahora, los Ndowé son «racistas» porque exigen que se respeten sus derechos humanos!
Ya no les funcionan tópicos como «minoría Ndowé», «etnocentrismo Ndowé», etc., simplemente porque «no se puede engañar a toda la gente durante todo el tiempo», parafraseando a un importante político norteamericano. Leer a un político o intelectual
fang afirmando y generalizando que los Ndowé son racistas es algo que me cuesta un poco digerir. Realmente, ¿cuál es el objetivo de tal apreciación? Yo creo que, si un político o intelectual fang afirma que los Ndowé son racistas, está buscando únicamente el statu quo en el país; está animando a sus compatriotas fang a seguir en la «senda» de la inmoralidad, manteniendo a los Ndowé bajo el yugo colonial que les impusieron privándoles de todos sus derechos.
La colonización de un pueblo por otro es independiente del color de piel o de la lengua que habla el que coloniza, sea español o fang. Y cuando se lucha contra esta abominación, es evidente que esto no tiene nada que ver con el racismo. Un intelectual, que además ama a su pueblo, debería ser el primero en reconocer los errores y animar a los suyos a apartarse de esta vil senda del mal. Porque es para preguntarse si ¿es más legítimo discriminar, asesinar, ningunear a los Ndowé que estos exijan sus derechos inalienables? El único crimen que han cometido los Ndowé ha sido confiar en que los compañeros de lucha por la independencia de los Territorios españoles del Golfo de Guinea harían lo posible por crear un país de todos «en fraternidad y sin discriminar».
Hoy sabemos todos que, desde el año 1969, al amparo de la fuerza que da el Estado, los Fang sometieron al Pueblo Ndowé a un colonialismo cainita y a un consecuente, cruel y fatal subdesarrollo. Los Ndowé ya saben la importancia que tiene la memoria y que, para no volver a pasar por esta situación, siempre se debe tener presente el pasado.
Los verdugos fang también deberían hacer lo mismo para que puedan empezar a curarse de este mal que les embarga y corroe internamente. Esto es un consejo de hermano.