INTERNACIONAL
El Diario Montañes
13.11.11 - 00:05 - GERARDO ELORRIAGA
La excolonia española celebra un referéndum hoy para modificar la Constitución y permitir el relevo generacional en la presidencia de la familia Obiang
Los ecuatoguineanos han sido convocados hoy para votar una reforma constitucional de gran importancia. La noticia apenas ha trascendido. Hubo un tiempo, a mediados de los setenta, en el que toda la información proveniente de la excolonia española era materia reservada, condición que implicaba la imposibilidad de publicar nada en torno a la terrible dictadura del demente Francisco Macías, su primer presidente. La democracia levantó la orden im- puesta por Carrero Blanco y, en la actualidad, el país africano es, simplemente, materia ignorada para la opinión pública de su antigua metrópoli. Ni siquiera los partidos más progresistas, como denunció Juan Goytisolo, parecen interesados por la suerte de este territorio que habla castellano.
La pretensión de crear un régimen presidencialista puro, literalmente, anima este proyecto, según el órgano de comunicación de la Jefatura de Estado. Los críticos denuncian que el fin implícito es la instauración, de facto, de una monarquía hereditaria. Tras más de tres décadas de poder, Teodoro Obiang Nguema prepara el relevo y, al parecer, el delfín se encuentra a su lado. Los críticos denuncian que se trata de un mecanismo para respaldar la futura ascensión de Teodoro Nguema Obiang Mangue, hijo y actual ministro de Agricultura y Bosques. A Teodoro le sustituirá Teodorín. La continuidad quedaría garantizada en un Estado caracterizado por el clima constante, las lluvias regulares, el petróleo abundante y contundentes victorias electorales por más del 95% de los sufragios emitidos.
Guinea Ecuatorial celebró elecciones legislativas hace tres años. Entonces, el partido gobernante se hizo con 99 de los cien escaños de la Cámara de Representantes. Placido Micó, el líder del partido opositor Convergencia para la Democracia Social, ha pedido el no para una iniciativa que quiere establecer una apertura acorde con los nuevos aires impulsados por la primavera árabe, pero que, según los analistas, sanciona el control político por los Obiang.
La instauración de un límite de dos mandatos de siete años para la máxima autoridad ejecutiva se acompaña de la creación de una vicepresidencia y otros órganos como un Senado en el que buena parte de sus miembros serán designados arbitrariamente. También se da carta de naturaleza a un Consejo de Estado que habrá de ser dirigido por el futuro expresidente de la República, sancionado con una inmunidad vitalicia.
Consolidación dinástica
La designación de Teodorín como vicepresidente allanaría el camino para la consolidación dinástica, un proceso que ya comenzó en 1979 con el golpe de Estado de Teodoro Obiang contra su tío, posteriormente ejecutado. Este drama shakesperiano parecía el desenlace de un periodo de opresión brutal y furia antiespañola, pero el autoritarismo siguió protagonizando la escena política guineana. Además, el descubrimiento de petróleo en sus aguas territoriales durante la década de los 90 convirtió a un país insignificante en el tercer exportador de crudo del África subsahariana. Las compañías yanquis consiguieron lo que no habían obtenido las españolas y el Gobierno de Washington estrechó lazos con el de Malabo.
Desde entonces, Guinea Ecuatorial ha experimentado un crecimiento extraordinario en sus estadísticas macroeconómicas que, lamentablemente, no se ha correspondido con el desarrollo social de una población que aún subsiste en la miseria y sin servicios básicos. La proyección internacional de los Obiang tampoco ha sido afortunada. El descubrimiento en el Banco Riggs de unas sesenta cuentas gestionadas por el propio presidente con un saldo superior a los 700 millones de dólares (unos 510 millones de euros) constituyó un escándalo y dio pistas sobre el uso de la renta petrolífera.
Tampoco su hijo gozó de mejor fortuna. Fascinado por la cultura estadounidense, sus inversiones inmobiliarias en el país, la creación de una colección de vehículos de lujo o la puesta en marcha de un sello de hip hop se han traducido en su reciente procesamiento por el Departamento de Justicia norteamericano bajo la acusación de robo, malversación y blanqueo de dinero negro, entre otros delitos.
La credibilidad del patriarca tampoco pudo ser restaurada con su filantrópico deseo de patrocinar un premio de la Unesco dedicado a la investigación. La insólita propuesta fue repudiada y, por si fuera poco, hace dos años las ONG Transparencia Internacional y Sherpa presentaron una demanda en París por desvío de fondos y blanqueo contra tres dirigentes africanos, incluido el líder ecuatoguineano.
El referéndum parece la última baza para recuperar ciertas credenciales en estos tiempos difíciles para los presidentes de larga duración. La implantación de una ley seca y la prohibición de la circulación automovilística, entre otras normas, quieren fomentar una atmósfera sosegada para la votación, necesario preludio de una nueva etapa institucional. Previsiblemente, la consulta se solventará con un apoyo abrumador al cambio. Todos los signos aventuran el fin progresivo del mandato de Teodoro Obiang y una nueva etapa a cargo de Teodoro Obiang. Es Guinea Ecuatorial, el país sin estaciones.