Informe del
Departamento de Estado, Estados Unidos, sobre los Derechos Humanos:
Preocupaciones sobre Guinea Ecuatorial
mayo de 2016
El mes pasado, el
Departamento de Estado de Estados Unidos publicó el Informe Anual de
Derechos Humanos. El Informe documenta detalles sobre la situación actual
de derechos humanos en 199 países y territorios del mundo entero. Cada
año, los diplomáticos y oficiales de las embajadas y consulados de Estados
Unidos trabajan con activistas pro-derechos humanos, con gobiernos, y
organizaciones no gubernamentales, y con colegas en Washington, para averiguar
y confirmar los hechos y datos contenidos en los borradores de informes
individuales de cada país. Tal como lo exige el Congreso de
Estadounidense, el Gobierno de Estados Unidos utiliza los informes como parte
integral de la formulación de nuestra política exterior, incluidas las
consideraciones relacionadas a la ayuda prestada por nuestro Gobierno a los
países en desarrollo. El Informe de Derechos Humanos de Guinea
Ecuatorial de este año pone acento sobre los fallos respecto al estado de
derecho en el país.
Durante años hemos
articulado nuestras preocupaciones del registro de derechos humanos en Guinea
Ecuatorial, con los líderes principales del país, incluido el Presidente
Obiang, y hemos observado que el Gobierno ha impuesto restricciones importantes
al disfrute de la libertad de expresión y asociación, a las manifestaciones
pacíficas, así como a la libertad de prensa. Hemos visto las limitaciones
impuestas por el Gobierno a la oposición política, y a las actividades de las
organizaciones no gubernamentales (ONGs) tanto domésticas como
internacionales. Hemos observado cómo detenciones arbitrarias y
extra-judiciales han tenido lugar en Guinea Ecuatorial.
Con la Ceremonia
de Investidura del Presidente el 20 de mayo, estas preocupaciones se ponen cada
vez más relevantes. Guinea Ecuatorial sigue en el camino del desarrollo de su
democracia, y hacia elecciones parlamentarias próximamente. Hacemos un
llamamiento al Gobierno de Guinea Ecuatorial a asegurar y respetar los derechos
de todos sus ciudadanos, afín de ejercer su libertad de expresión, de
conciencia, y de asamblea pacifica – señales universales de las democracias
verdaderas.
La situación
actual llama la atención sobre tres áreas en particular: primero, el espacio
político así como las estructuras favorables a los derechos humanos, quedan
desgraciadamente cerrados en Guinea Ecuatorial. Hay informes de acoso a
los grupos de la sociedad civil y a los partidos de la oposición. Segundo, esta
tendencia está reforzando lecciones desfavorables para Guinea Ecuatorial –
sobre todo la noción de que un país pueda seguir disfrutando un crecimiento
económico y beneficiarse de la inversión económica internacional, al mismo
tiempo que ejerce represión sobre sus propios ciudadanos, reduciendo el espacio
democrático. Este no es un camino sostenible. Tarde o temprano -- a
menos que haya mejoramiento en este campo -- las violaciones de los derechos
humanos empezarán a poner obstáculos al crecimiento económico, a la estabilidad
y a la disposición de los inversores internacionales a seguir alimentando el
capital desde el exterior, y de entrar en relaciones comerciales.
Tercero, el registro de derechos humanos de Guinea Ecuatorial crea un
precedente inquietante para la región y el Continente. En mis conversaciones,
las contrapartes con frecuencia apuntan a Guinea Ecuatorial y se preguntan si
la protección de los derechos de sus ciudadanos importa cuando se puede lograr
un desarrollo económico sustancial. La respuesta por supuesto es que la
protección de los derechos de todos los ciudadanos y habitantes de Guinea
Ecuatorial es fundamental, con respecto a la estabilidad y a la prosperidad a
largo plazo, a la continuación de la trayectoria económica positiva, y con
respecto a la creencia por parte de otros países en la capacidad de seguir un
camino similar para una prosperidad mayor. Cuando los gobiernos reprimen
las libertades fundamentales y los derechos humanos universales, las
inversiones internacionales pueden ser afectadas negativamente, ya que esta
represión es una señal de divisiones sociales que puedan llevar a la
inestabilidad y a la violencia. El mismo principio se aplica cuando los
gobiernos ponen obstáculos a las organizaciones de la sociedad civil, que
sirven para detectar y controlar la corrupción, y piden cuentas de las acciones
y transparencia del gobierno. Guinea Ecuatorial puede servir como modelo
para la región, o bien pasar detrás en la historia, sin cumplir jamás su
potencial.
Tengo esperanza de
que el Gobierno actual de Guinea Ecuatorial amplíe el espacio de libertades
para las voces y puntos de vista independientes. Así podrá fortalecer su
credibilidad y el desarrollo económico futuro del país, y realizar su pleno
potencial.