Por: José Maria Irujo
El matrimonio
Alfonsel se sorprendió cuando los tres funcionarios del Departamento de
Justicia de EE UU les mostraron en Madrid las inversiones que a nombre de la
empresa constructora guineana Eloba ha hecho Teodorín
Obiang, hijo del dictador africano, dentro y fuera de EE UU. Entre
ellas los 1.8 millones que gastó con la ayuda de un invisible intermediario en
las subastas del guante de cristal Swarovsky de Michael Jackson y otros
recuerdos del cantante o los 100.000 euros de gastos de jardinería en su villa
de Malibú (California).
¿Eloba es una
empresa grande?
—No, muy pequeña,
respondieron
—¿Han tenido muchos
proyectos?
—No y, además, se han
parado. Y no sabemos bien el porqué.
El famoso guante
de cristal de Swarosky que lució Michael Jackson en su mano derecha durante la
gira de Bad; Teodorín Nguema Obiang, vicepresidente de Guinea Ecuatorial
perseguido por la Justicia de EE UU y de Francia
por blanqueo de dinero; Roberto Berardi, un emprendedor de 48 años preso desde
hace un año en una cárcel de Bata (Guinea Ecuatorial); y Eloba, una misteriosa
empresa de construcción ubicada en un pequeño chalet de esa ciudad confluyen en
la misma historia.
A nombre de cuentas
corrientes de la sociedad Eloba Obiang compró la iconografía de Michael
Jackson—incluyendo la cazadora con la que grabó Thriller uno de sus vídeos más
vistos— que se acaba de exponer en el Centro Cultural Ecuatoguineano de Malabo
después de que un juez norteamericano decidiera devolverlos al vicepresidente
guineano junto a su mansión en Malibú, jet privados, yates y coches de lujo por
valor de 71 millones de dólares.
"Teodorín
Obiang utilizó Eloba para comprar por 1,8 millones toda la iconografía del
cantante."
El hijo de Obiang ha recuperado
sus bienes embargados, pero la investigación y la acusación continuan. Jennifer
Shasky, directora de la Sección de Lavado de dinero del Departamento de
Justicia de EE UU, el agente especial de corrupción Roberto Manzares y los
funcionarios del Departamento de Justicia Woo Lee y Stepehen A. Gibbons
acumulan nuevas pruebas que sustenten su demanda por presunto blanqueo de
capitales contra Teodorín. Y han venido a España tras el rastro de la
constructora.
Eloba es una de las
dos empresas que aparecen en la demanda presentada en EE UU contra el
vicepresidente guineano. A su nombre se han hecho compras
multimillonarias—incluyendo 9 apartamentos de lujo en Brasil— que los sabuesos
norteamericanos creen que son fruto del pillaje y abuso de cargo público de
Teodorín sobre el que recae una orden de búsqueda y captura europea dictada por
un juez francés.
Tras el rastro de la
constructora Eloba la Justicia norteamericana ha enviado a Madrid a Manzanares,
Gibbons y Lee para para recabar el testimonio de José Ramón Alfonsel, un
arquitecto técnico de 65 años, y de su mujer Angelines, de 56, que durante
varios meses trabajaron en Eloba y lucieron la gorra azul con el anagrama de la
compañía. “Todos los que trabajamos allí fuimos utilizados. Aquello no era más
que una tapadera de Obiang para sus negocios. Resultó ser una farsa Nos deben
74.000 euros de nuestro sueldo que nunca cobramos y el director y socio ha
acabado en la cárcel”, afirma Alfonsel.
Roberto Berardi, un
empresario italiano que lleva 25 años trabajando en África, lleva doce meses en
una celda de la cárcel de Bata cumpliendo una condena de dos años y cuatro
meses que le ha impuesto un tribunal guineano por apropiarse de dos millones de
euros de Eloba, la constructora cuya propiedad compartía con Teodorín. Él y sus
dos empleados españoles aseguran que todo es una farsa.
"El
matrimonio español se sorprendió de las compras hechas a nombre de la sociedad"
En una carta remitida
a EL PAÍS desde su encierro Berardi clama por su inocencia y describe las
supuestas prácticas del hijo del dictador en una empresa en la que Obiang tenía
el 60 por ciento y el italiano el 40. “No ha depositado nunca el capital
social, no ha contribuido a los gastos notariales y administrativos....Además
he comprado el equipo, importado materiales y maquinarias. Todo para dar un
comienzo positivo a la empresa y con la esperanza de recobrarlo”.
El empresario afirma
que desde que crearon la empresa en 2008 hizo numerosas esperas en la antesala
del despacho del vicepresidente sin ser recibido. “Solo me decían que esperara,
pero sin ningún resultado. Un día me convoca y me dice que tiene una obra lista
obra para nuestra empresa, que me desplace a Malabo para la firma del contrato.
Esto renovó mi confianza en él”.
La obra pertenecía a
la empresa ABC, propiedad de Constanza, madre de Teodorín y primera dama, y
consistía en construir dos mercados públicos en Bata, los de Ikunde y Bikuy.
Eloba actuaría como subcontratada por 13.5 millones de euros. “La suma
ingresada como anticipo era la mitad de lo establecido en el contrato”, se
queja Berardi en su escrito.
El empresario asegura
que pidió un crédito al banco para continuar con las obras a la espera de
cobrar la otra mitad del anticipo y las primeras certificaciones de los
trabajos hasta que fue llamado por Teodorín. “Me insultó y amenazó diciendo que
cuando entra dinero en la caja de la empresa quien toma las decisiones sobre lo
que se hace es solamente él. Me intimidó para efectuarle un depósito de 450.000
euros como anticipo sobre los futuros dividendos”.
"Berardi,
socio de Obiang, está una cárcel de Bata condenado por apropiarse de dinero,
pero clama por su inocencia"
Berardi relata que la
primera dama le reclamó trabajos extras en otra obra, el mercado de Nkolombong,
pero que cuando presentó a ABC las primeras certificaciones de todos sus
trabajos en el mercado de Ikunde no hubo contestación. Semanas más tarde el italiano
se encontró con la primera dama en esta obra y con “insultos” le comunicó que
se la había concedido a una compañía china. En el mercado de Bikuy sucedió más
tarde algo parecido. La primera dama expulsó a Eloba cuando llevaba realizados
el 70 por ciento de la obra. Para Constanza se habían hecho trabajos por 3.5
millones.
El empresario
describe nuevas disputas con Teodorín que envió a un hombre de su confianza a
Eloba para controlar las cuentas y reclamar una parte de un pago parcial de
750.000 euros que hizo ABC, la empresa de la primera dama. Eloba se quedó sin
actividad y un mínimo de personal hasta que el Estado le adjudicó la obra de un
nuevo cuartel militar en Mongomo, proyecto para el que contrató al matrimonio
español, una obra de 20 millones de los que certificó 4.6 antes de ser detenido
y juzgado. “Cuando me presenté en su despacho me atacó porque no había cobrado
todavía parte del dinero ingresado por el Estado”, afirma. Obiang le reclama 2
millones después de encargar una auditoría, que según Berardi, no contempla los
alquileres, los sueldos de empleados ni el dinero cobrado por Teodorín.
"José
Ramón Alfonsel: nos han engañado a todos. Las inversiones no corresponden con
su actividad"
Alfonsel y su esposa
Angelines defienden a su jefe pese a que no cobraron sus salarios. “Nos han
engañado a todos. A Berardi y a los trabajadores. A él lo ha utilizado de
hombre de paja. La empresa es una tapadera. Eloba tenía cuentas desde el 2005,
años de ser constituida, y ha hecho inversiones en EE UU que no se corresponde
con la actividad que tuvo. Es solo una pantalla”, afirma el arquitecto español.
Durante meses el
matrimonio español ha asistido en la cárcel de Bata al empresario italiano que
ha perdido 40 kilos y superado varias crisis de paludismo. En abril la pareja
regresó a España donde están sus tres hijos. “No podíamos seguir allí. Roberto
comparte la celda con 10 personas y alrededor de todo el edificio hay un canal
con un olor nauseabundo. Para comer le dan arroz con pollo y pescado”, describe
Angelines.
Una comisión judicial francesa dirigida
por los jueces Roger
Loire y René Grouman interrogará en los próximos días en Madrid al matrimonio
Alfonsel y a otros empresarios españoles que aseguran haber sido extorsionados
por Teodorín.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/31/actualidad/1391187973_485479.html
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