Tras el anuncio del Ejército, Tahrir ha
estallado de júbilo. Cientos de miles de personas se han congregado en la plaza
y en los alrededores del palacio presidencial de Itihadiya para celebrar el fin
de Mursi. Reclaman que sea juzgado por el supuesto asesinato de
manifestantes durante su mandato, e incluso gritan consignas que piden su
ejecución. Exigen también que los dirigentes del grupo islamista sean
presentados ante la Justicia.
El Baradei calificó de un "paso
hacia la reconciliación nacional" la hoja de ruta presentada por el
Ejército. El Nobel de la Paz afirmó que con lo ocurrido este miércoles "se
corrige la Revolución del 25 de Enero", que derrocó a Mubarak y se
responde a las demandas del pueblo egipcio. Por su parte, el jeque Al Tayeb
consideró que con esta iniciativa el dividido pueblo egipcio podrá "tender
puentes", mientras que el papa copto, Teodoro II, señaló que la hoja de
ruta se ha aprobado para "resolver el actual callejón sin salida".
Mursi intentó responder en el último
momento al ultimátum que las Fuerzas Armadas lanzaron el lunes e, instantes
antes de que expirara, emitió un comunicado para ofrecer un Gobierno de
unidad nacional. Llegó tarde. Blindados militares y soldados empezaron a
ocupar las calles. El Ejército cerró todos los accesos a la plaza de Rabea al
Adauiya, en el este de El Cairo, junto a la Universidad, donde se congregaron
decenas de miles de islamistas seguidores de Mursi.
También erigió alambradas y barreras
alrededor del cuartel donde se encuentra el presidente. Una fuente militar ha
asegurado que la medida fue adoptada "para preservar la vida de las
personas y evitar enfrentamientos". Las fuerzas armadas han asegurado que
han asegurado la zona y negaron presuntos informaciones de que habían atacado a
los partidarios del presidente. "El Ejército de Egipto pertenece a
todos los egipcios", afirmaron.
La jefatura de la Zona Militar Central
de Egipto ordenó asimismo un fuerte despliegue en Tahrir y junto al Palacio
Presidencial de Itihadiya, donde se congregan los opositores. Según esa
fuente, el objetivo de los militares es "cumplir con el máximo grado de
protección a los manifestantes en esta etapa crítica de la historia de
Egipto". A dos horas de que concluyera el ultimátum, el Ejército ya había
empezado a desplegarse por las calles de El Cairo, incluidos los alrededores de
las embajadas y la plaza Tahrir, e incluso llegaron a ocupar el edificio de
la televisión estatal.
El Ejército toma la televisión egipcia
La cúpula castrense había dado un
plazo de dos días, que ha terminado hoy a las 17 horas, para que Mursi alcanzara
un acuerdo político y "respondiera a las demandas del pueblo". Al
Sisi ha mantenido durante el día varias reuniones con la oposición y distintos
"símbolos religiosos, nacionales, políticos y juveniles" para
analizar con todos ellos la hoja de ruta que el Ejército empezará a implementar a
partir de ahora.
El presidente, que ya rechazó el ultimátum militar, ha defendido en todo
momento su legitimidad y responsabilizó a las fuerzas de la oposición de
boicotear en los últimos meses los intentos de diálogo lanzados desde la
Presidencia. En un mensaje televisado, urgió a los egipcios a alejarse de los
remanentes del anterior régimen de Mubarak y evitar el
derramamiento de sangre entre ellos, al tiempo que dijo estar dispuesto a
sacrificar su vida por el país. Siguiendo con esa retórica, el jefe de las
Fuerzas Armadas egipcias respondió a través de un mensaje en una página
semioficial en Facebook e indicó que para los militares "es más
honorable morir que ver al pueblo egipcio sentirse aterrorizado o
amenazado".
Fuentes:AFP