Los muertos vendrán a la vida, sus espíritus volverán a sus
cuerpos. Debemos esperar aquí, en los hogares de nuestros padres".
"Baila durante cuatro noches seguidas, no debes herir a nadie, cuando la
tierra tiemble no te asustes. No te pasará nada"
WAVOKA fue Líder
religioso, residente en la reserva del Valle Mason (Nevada), propagador de la
creencia en la "Danza de los Espíritus" extendida entre los guerreros
a partir de 1880, según la cual, el hombre blanco estaba a punto de
desaparecer, la caza volvería, resucitarían los muertos y las tribus nativas
volverían al modo de vida de décadas pasadas. La nueva religión, que incluía el
consumo del peyote y el baile hipnótico durante varias horas, caló hondamente entre
los guerreros Sioux, que vestidos con camisas espirituales se creían inmunes a
las balas de los soldados. La "Danza de los Espíritus" fue prohibida
por las autoridades blancas en 1890.
Wavoka decía que
"Todos los indios deben danzar. En todo lugar. Seguir la danza. Muy
pronto, con la próxima primavera, vendrá el Gran Espíritu. Traerá caza de toda
clase. Abundarán las piezas por doquier. Todos los indios muertos regresarán y
vivirán entre nosotros. Serán fuertes, como nuestros jóvenes guerreros. Cuando
el Gran Espíritu venga a nosotros, los indios todos subirán a las montañas, a
lo más alto y alejado de los blancos, donde no puedan hacernos daño. Mientras
los indios permanezcan allí, una gran inundación arrastrará a sus enemigos y
los ahogará. Después las aguas se retirarán y nadie sino los indios poblarán la
tierra y la caza generosa estará por todas partes. Hasta entonces, los hombres
medicina dirán a los indios que dancen y que corran la voz. Quienes no
participen en la Danza de los Espíritus, quienes no crean en estas palabras,
crecerán poco, apenas un palmo y así se quedarán. Otros se convertirán en
madera y serán pasto de las llamas."
ALGO DE HISTORIA
Debido a la desesperación al ver perder sus tierras, la desintegración de sus tradiciones, los indios norteamericanos se volcaron sobre diversos movimientos religiosos, muy especialmente durante el siglo XIX, aunque los poderes religiosos se habían mostrado totalmente inoperantes ante la maquinaria colonizadora. La situación de los Lakota en Dakota del Sur fue especialmente caótica. En 1.889 el gobierno americano había reducido aún más el territorio asignado a esta tribu, esto como es de suponer produjo un gran malestar dentro de los líderes Lakota.
Al mismo tiempo el gobierno dictó; que después de 15 años en las reservas esta tribu tenía que ser autosuficiente dentro de la agricultura, de modo que aparte de perder más terreno las raciones de alimentos se redujeron. Para más desgracia la cosecha de 1.890 se perdió por culpa de la sequía. Como suele suceder en estas desgracias los movimientos religiosos radicales se encuentran como pez en el agua. Y el líder de ese movimiento se llamaba Wovoka, indio Paiute, éste pasó su infancia dentro de una familia blanca y quedó sumamente impresionado por la Biblia y la vida de Jesús y sus milagros. Después de su paso por esta familia Wovoka volvió a vivir con los suyos. En 1888 cayó enfermo sufriendo alucinaciones, una de esas alucinaciones fue el mensaje del Gran Espíritu hacia su pueblo. Ese mensaje era que todos los indios tenían que ser buenos, no robar, ni mentir. Y como vehículo de ese mensaje el Gran Espíritu le dio a Wovoka una especie de baile ritual. Este baile era La Danza de los Espíritus.
Debido a la propagación de esta Danza Ritual se produjeron dos conflictos entre los indios norteamericanos y el gobierno de Estados Unidos. Los colonos blancos se sentían atemorizados por los rituales y solicitaron la intervención federal. La policía de la reserva creía que el jefe Toro Sentado (Sitting Bull) era el instigador de una inminente rebelión, y le mató cuando se resistió a ser detenido. Sus seguidores huyeron al campamento del jefe Big Foot. El VII de Caballería persiguió a los sioux y les llevó a un campamento situado cerca de Wounded Knee.
El 29 de diciembre de 1890, sonó un tiro dentro del campamento y el Ejército comenzó a disparar. Los soldados mataron a unos 300 sioux, entre mujeres, niños y hombres desarmados. Aquellos que trataron de escapar a la matanza fueron perseguidos y asesinados.
Esto deja un sabor amargo. La poca capacidad de algunos para poder entender la fe de otros. Nos habla de Intolerancia e incomprensión. Pero nos deja también una gran enseñanza de valor, porque a pesar de tener todo en contra los Indios seguían firmes a sus creencias. Ni el temor a la muerte los hizo desistir. Gran enseñanza de fortaleza, de unión y de Fe. También tenemos otras danzas que encierran el mismo concepto, como por ejemplo La danza Ritual de los Ndowe.
IVANGA, DANZA RITUAL
NDOWE - África Central, Golfo de Guinea.
Los Ndowe pertenecen a la gran familia Bantu, poseen una filosofía de la vida ligada al mar, donde todo el mundo es igual "manga a be na upolo" "en el mar no hay reyes". Habitan a lo largo de las costas de Guinea Ecuatorial, con ramificaciones en las costas de Camerún y Gabón.
El proceso de socialización culmina en los ritos de pasos a los que se somete los adolescentes, donde demuestran su madurez y capacidad para la vida social. Ivanga se considera una danza de iniciación con un fuerte componente mágico. Ivanga es una parte fundamental del patrimonio cultural ndowe El Ivanga es una danza ritual, femenina de una gran belleza y un fuerte contenido mágico. Esta danza se celebra durante las noches, siendo idóneas las de plenilunio (luna llena). Un coro de diez mujeres junto con el acompañamiento de cuatro tambores y el sonido contínuo de las vibraciones de los cascabeles crean un ambiente sonoro propicio a la concentración y a la comunicación con el ritual. Se realiza para apoyar acontecimientos felices, bodas, encuentros o cualquier otro acontecimiento positivo, el lugar donde se celebre la danza debe ser un lugar propicio donde reinen las fuerzas benéficas. La preparación de la danza es secreta y sólo participan en esta fase inicial un grupo de mujeres de especial relevancia y las danzarinas. Las danzarinas, mekumbas, cubren su cuerpo con una sábana blanca, en la cabeza llevan una especie de diadema y una pluma blanca. En las caderas llevan atada una amplia banda cubierta de cascabeles, que hacen sonar con un contínuo movimiento mezclando su sonido con el de los tambores que tocan los hombres y con las voces del coro de otras mujeres. Están maquilladas con Pembe, para ahuyentar los malos espíritus.
Las danzarinas comienzan la ceremonia iluminadas por una antorcha encendida, Adjo, que permanece encendida en toda la ceremonia. La ceremonia y la danza la dirige la Akaga que guarda la cesta, la elinga, que traen las danzarinas, marca el ritmo a los tambores que son tocados por hombres y cuidan del desarrollo armónico de la danza. La akaga desempeña un papel muy importante en la sociedad ndowe, debe ser una persona con capacidad de dialogo para aunar esfuerzos en la preparación de la danza. La danza recoge los acontecimientos más importantes de la vida del pueblo ndowe.
La danza comienza con una invocación a los espíritus:
"Maganga kokolie, mungunani, nsange" "Espíritus por favor abrir el lugar al baile" "We Maganga" "vVamos espíritus".
Cada canción tiene un significado propio, que las danzarinas representan con movimientos y gestos, imitando en ocasiones a distintos animales costeros. El contínuo movimiento y la música hace que las danzarinas lleguen a entrar en trance..
DANZA Y TRANCE EN LA CIUDAD
Los Ndowe pertenecen a la gran familia Bantu, poseen una filosofía de la vida ligada al mar, donde todo el mundo es igual "manga a be na upolo" "en el mar no hay reyes". Habitan a lo largo de las costas de Guinea Ecuatorial, con ramificaciones en las costas de Camerún y Gabón.
El proceso de socialización culmina en los ritos de pasos a los que se somete los adolescentes, donde demuestran su madurez y capacidad para la vida social. Ivanga se considera una danza de iniciación con un fuerte componente mágico. Ivanga es una parte fundamental del patrimonio cultural ndowe El Ivanga es una danza ritual, femenina de una gran belleza y un fuerte contenido mágico. Esta danza se celebra durante las noches, siendo idóneas las de plenilunio (luna llena). Un coro de diez mujeres junto con el acompañamiento de cuatro tambores y el sonido contínuo de las vibraciones de los cascabeles crean un ambiente sonoro propicio a la concentración y a la comunicación con el ritual. Se realiza para apoyar acontecimientos felices, bodas, encuentros o cualquier otro acontecimiento positivo, el lugar donde se celebre la danza debe ser un lugar propicio donde reinen las fuerzas benéficas. La preparación de la danza es secreta y sólo participan en esta fase inicial un grupo de mujeres de especial relevancia y las danzarinas. Las danzarinas, mekumbas, cubren su cuerpo con una sábana blanca, en la cabeza llevan una especie de diadema y una pluma blanca. En las caderas llevan atada una amplia banda cubierta de cascabeles, que hacen sonar con un contínuo movimiento mezclando su sonido con el de los tambores que tocan los hombres y con las voces del coro de otras mujeres. Están maquilladas con Pembe, para ahuyentar los malos espíritus.
Las danzarinas comienzan la ceremonia iluminadas por una antorcha encendida, Adjo, que permanece encendida en toda la ceremonia. La ceremonia y la danza la dirige la Akaga que guarda la cesta, la elinga, que traen las danzarinas, marca el ritmo a los tambores que son tocados por hombres y cuidan del desarrollo armónico de la danza. La akaga desempeña un papel muy importante en la sociedad ndowe, debe ser una persona con capacidad de dialogo para aunar esfuerzos en la preparación de la danza. La danza recoge los acontecimientos más importantes de la vida del pueblo ndowe.
La danza comienza con una invocación a los espíritus:
"Maganga kokolie, mungunani, nsange" "Espíritus por favor abrir el lugar al baile" "We Maganga" "vVamos espíritus".
Cada canción tiene un significado propio, que las danzarinas representan con movimientos y gestos, imitando en ocasiones a distintos animales costeros. El contínuo movimiento y la música hace que las danzarinas lleguen a entrar en trance..
DANZA Y TRANCE EN LA CIUDAD
En la actualidad miles de personas se reúnen en torno del baile, en distintos países con distintas tradiciones. Y no es necesario viajar tan lejos para ver esto o poder expresar tus creencias o tu fe a través de la danza. La enseñanza que viene de los antiguos Indios nos habla de fe, nos habla de Dios. El baile hipnótico para llamar a los espíritus, buscando orientación y recibiendo la energía de la madre tierra. Sólo basta con que un pequeño grupo de personas se reúna entorno a la música, a los tambores tribales, a algún sonido de naturaleza para que se pueda lograr una conexión mágica. Nuestra mente está dormida, entre el trabajo, la rutina diaria y la televisión; no nos damos el tiempo para buscar esas cosas mágicas y sencillas que están a nuestro alrededor.
A través del baile he logrado encontrar que sólo basta cerrar los ojos y sentir. Conectarse con el que está al lado y sentir su vibración. Trance significa eso, entrar en una conexión divina con los demás y con Dios. Con la Danza puedes viajar y sentir ese amor que nace de todo lo que te rodea y compartirlo en un baile frenético e hipnótico que eleva tu vibración y te hace ser uno con todos.
Hay un grupo de personas que están experimentando este cambio de mentalidad desde hace años. Iniciados en la búsqueda de la magia del sentir.
Seguidores del término: "expansión de la conciencia"; profundizan en sí mismos para sanar sus mentes y sus cuerpos, son los llamados AYAHUASQUEROS, que realizan un trabajo constante y profundo. Los ves caminando en la calle; son tus compañeros de trabajo, es tu mejor amigo, son tus padres. Ellos al igual que muchos están iniciados en un camino que tomaron por voluntad propia. Un camino difícil que habla de comprensión, de amor, de tolerancia y perdón. Habla de una búsqueda constante de la verdad, de nuestro ser más profundo, del equilibrio de lo divino y lo terrestre.
Están también los TRANCEROS, QUE AL RITMO DE LOS BEATS, se dejan llevar en un viaje lleno de energía y alegría. El sonido especial de esa música los conecta con la vida, con el ser interno, los hace recordar sus orígenes galácticos, la verdadera esencia. Volviendo a la frecuencia natural, al pulso del corazón, de la vida y de la creación.
Todos y cada uno de ellos son los que yo llamo PSYCONAUTAS que en la nave Divina viven el día a día, trabajando en la búsqueda del amor incondicional y la enseñanza divina.