Diario Siglo XXI.com
Por: Nicolás de Miguel, coordinador territorial de UPyD en el País Vasco
El domingo 13 de Noviembre los ciudadanos de la ex colonia española enclavada en el Golfo de Guinea fueron llamados a votar en un referéndum convocado por el tirano Teodoro Obiang que controla el poder de la pequeña nación africana desde hace más de tres décadas. Una consulta-farsa para reformar la Constitución ecuatoguineana cuyo único fin es aumentar los ya cuasiabsolutos poderes del Presidente y en una siniestra vuelta de tuerca, hacer de su cleptocracia un régimen hereditario, al colocar a su hijo, Teodoro (cariñosamente Teodorín) Obiang Mangué, ministro de Agricultura y Bosques. Así pues su sanguinario y corrupto sistema se convierte en una suerte de monarquía despótica que controla todos los resortes económicos de un Estado, que por su inmensa riqueza petrolífera y forestal debería ocupar una posición en el ranking de renta per cápita internacional similar a la de países como Noruega o Suiza. Lejos de ello, la realidad es que los poco más de un millón de ecuatoguineanos viven sumidos en la pobreza mientras la familia, ahora real, Obiang se enriquece sin escrúpulos. Miembros destacados de la misma - entre los que sobresale el Delfín- se han visto envueltos en escándalos de corrupción que alcanzan a los EEUU, potencia que obtuvo en los años 90 suculentas concesiones de explotación del crudo a través de la Mobil y las riquezas del país ecuatorial de apenas 28.000 Km que no obtuvo la ex metrópoli.
Como viene ocurriendo en todas las consultas y pseudoelecciones que se han venido produciendo en Guinea, los resultados afirmativos a la reforma se aproximan al 100% de los votos emitidos. El fraudulento referéndum, denunciado por la oposición, ONGs y observadores internacionales, como suele ser habitual en estados de escasa o nula legitimidad política y social no hace mella en la férrea dinastía que sucedió al genocida Macías. Miembro destacado de la lista de Estados que vulneran sistemáticamente los DDHH: secuestros, asesinatos, tortura, nula libertad de prensa, una justicia que no merece llevar tal nombre y un rosario de atrocidades son la que adornan el hermoso país ecuatorial que hace pocos meses visitara nuestro Presidente del Congreso, Bono. En aras suponemos de incrementar y asegurar los intereses comerciales de España, supuso una bofetada a las aspiraciones democráticas del pueblo guineano y una afrenta a la oposición al dictador que es posible tenga consecuencias en el futuro. De poco sirvieron las protestas de algunos grupos políticos entre los que sobresale UPyD, que desde su fundación se distingue por la defensa de los DDHH como parte del ADN de la formación magenta y muestra un sobresaliente interés por lo que acontece en el único enclave de lengua castellana en el corazón del África negra. Unión, Progreso y Democracia está comprometida con la oposición a los Obiang, exiliada en nuestro país y ya adquirió el compromiso de presionar para que en los próximos presupuestos españoles se destine una cantidad importante para la ayuda a este colectivo.
España debe reconsiderar su estrategia con respecto a su antigua colonia, como la gestión de los doce millones de euros que Madrid destina a la cooperación con Malabo y conocer su destino final. La tristemente famosa "materia reservada" que levantó en el tardofranquismo Carrero Blanco y que mantenía un férreo silencio acerca de todo lo concerniente a la entonces recién independizada Guinea y que fue derogada durante el proceso de restauración democrática en nuestro país sigue de facto en pié, puesto que son escasas las noticias que nos llegan del maltratado país ante la indiferencia de la sociedad española, que, como en el casa saharaui, tiene una deuda pendiente con el pueblo guineano y UPyD no dejará de apoyarla y recordarla.
