Lo que dicen los informes internacionales sobre Guinea Ecuatorial y lo que afirma el Gobierno del país, el más longevo en África, son dos mundos paralelos. RT ha recorrido los barrios de este país para captar lo que las estadísticas no reflejan.
Una imagen de este mundo la dibujan los datos del país, que muestra el Gobierno de Guinea Ecuatorial, que se ha propuesto acelerar el desarrollo del país en los últimos 20 años. La otra imagen es la que conforma la oposición en el exilio, así como algunos países y organizaciones occidentales. Mientras algunas instituciones globales dicen que el 80% de Guinea Ecuatorial vive bajo el umbral de la pobreza, el Gobierno defiende una realidad muy distinta.
Según Teodoro Obiang, presidente de Guinea Ecuatorial, en su país no existe "pobreza", sino "penuria". "Y la penuria quiere decir que cuando a usted le falta algo, está en penuria por esa falta de algo que necesita", explica el presidente.
La brecha entre los datos oficiales del país y los que manejan otras entidades extranjeras es enorme; lo que se refleja en el escepticismo y la desconfianza que enfrenta a ambas partes.
"Tienen que hacer un esfuerzo de transparencia que los organismos multilaterales les llevan muchos años pidiendo", insiste Rodrigo Rato, ex director del Fondo Monetario Internacional. En el informe de Transparencia Internacional de 2013, Guinea Ecuatorial suspende en la percepción de la corrupción que tienen sus ciudadanos. De hecho, es la decimocuarta nación que sale peor parada de 167 países.
Sin embargo, Owono Edu, ministro de finanzas de Guinea Ecuatorial, cree que esta visión ha quedado anclada en la propaganda del exterior y en las cifras ya caducas que usan los organismos internacionales. "Manejan datos estadísticos de hace más de 10 años, por no decir más", asegura el ministro.
Teodoro Obiang lleva casi 34 años en el poder, lo que convierte a su régimen en el más longevo del continente africano. En Occidente no solo se le considera un dictador, sino que se le acusa de manejar los recursos petroleros a su antojo. Los más críticos aseguran que la corrupción es el mal endémico del país.
"No conozco ninguna dictadura que sea transparente, que garantice el derecho de acceso a la información o que garantice la transparencia legalmente", resalta el miembro de Transparencia Internacional, Manuel Villoria. "El problema de Guinea es que no es una democracia", concluye.
Mientras tanto, el Gobierno sostiene que solo hay que viajar por el país para darse cuenta de que Guinea Ecuatorial ya no es el mismo país de hace dos décadas. Dicen que hay una importante evolución en el bienestar de sus ciudadanos. Hace años las carreteras de Malabo eran de arena. Sin embargo, con el paso del tiempo cada esquina del país ha ido transformándose. Ahora lo que se puede ver son máquinas de construcción que van cambiando todo: de la tierra al asfalto, y esa es una de las principales metamorfosis que ha vivido el país.
No obstante, el propio presidente reconoce que se cometen errores a la hora de reflejar lo que están haciendo en los últimos años. "Una de las deficiencias de este país es la falta de informes estadísticos. No se está publicando lo que es hoy en día el país", afirma el presidente Obiang.
La relación entre el Gobierno ecuatoguineano y las organizaciones internacionales ha sido un diálogo de sordos. Pero más allá de esos tiras y aflojas, al final a quien le debe transparencia el régimen Obiang es a sus propios ciudadanos.
Una imagen de este mundo la dibujan los datos del país, que muestra el Gobierno de Guinea Ecuatorial, que se ha propuesto acelerar el desarrollo del país en los últimos 20 años. La otra imagen es la que conforma la oposición en el exilio, así como algunos países y organizaciones occidentales. Mientras algunas instituciones globales dicen que el 80% de Guinea Ecuatorial vive bajo el umbral de la pobreza, el Gobierno defiende una realidad muy distinta.
Según Teodoro Obiang, presidente de Guinea Ecuatorial, en su país no existe "pobreza", sino "penuria". "Y la penuria quiere decir que cuando a usted le falta algo, está en penuria por esa falta de algo que necesita", explica el presidente.
La brecha entre los datos oficiales del país y los que manejan otras entidades extranjeras es enorme; lo que se refleja en el escepticismo y la desconfianza que enfrenta a ambas partes.
"Tienen que hacer un esfuerzo de transparencia que los organismos multilaterales les llevan muchos años pidiendo", insiste Rodrigo Rato, ex director del Fondo Monetario Internacional. En el informe de Transparencia Internacional de 2013, Guinea Ecuatorial suspende en la percepción de la corrupción que tienen sus ciudadanos. De hecho, es la decimocuarta nación que sale peor parada de 167 países.
Sin embargo, Owono Edu, ministro de finanzas de Guinea Ecuatorial, cree que esta visión ha quedado anclada en la propaganda del exterior y en las cifras ya caducas que usan los organismos internacionales. "Manejan datos estadísticos de hace más de 10 años, por no decir más", asegura el ministro.
Teodoro Obiang lleva casi 34 años en el poder, lo que convierte a su régimen en el más longevo del continente africano. En Occidente no solo se le considera un dictador, sino que se le acusa de manejar los recursos petroleros a su antojo. Los más críticos aseguran que la corrupción es el mal endémico del país.
"No conozco ninguna dictadura que sea transparente, que garantice el derecho de acceso a la información o que garantice la transparencia legalmente", resalta el miembro de Transparencia Internacional, Manuel Villoria. "El problema de Guinea es que no es una democracia", concluye.
Mientras tanto, el Gobierno sostiene que solo hay que viajar por el país para darse cuenta de que Guinea Ecuatorial ya no es el mismo país de hace dos décadas. Dicen que hay una importante evolución en el bienestar de sus ciudadanos. Hace años las carreteras de Malabo eran de arena. Sin embargo, con el paso del tiempo cada esquina del país ha ido transformándose. Ahora lo que se puede ver son máquinas de construcción que van cambiando todo: de la tierra al asfalto, y esa es una de las principales metamorfosis que ha vivido el país.
No obstante, el propio presidente reconoce que se cometen errores a la hora de reflejar lo que están haciendo en los últimos años. "Una de las deficiencias de este país es la falta de informes estadísticos. No se está publicando lo que es hoy en día el país", afirma el presidente Obiang.
La relación entre el Gobierno ecuatoguineano y las organizaciones internacionales ha sido un diálogo de sordos. Pero más allá de esos tiras y aflojas, al final a quien le debe transparencia el régimen Obiang es a sus propios ciudadanos.
Vean el viedo: http://youtu.be/ND635XIYKVs