En la entrada anterior y primera de esta nueva serie de
post vimos la situación de
la libertad en el mundo actual y sentamos las bases que
justifican los casos concretos de “dictadores y dictaduras” existentes en el
mundo actual. Hoy comenzamos finalmente con el primero de estos casos, el caso
de Guinea Ecuatorial y su dictador Teodoro Obiang dado que en las
últimas semanas este “señor” se ha paseado por el funeral de Adolfo Suárez o
por Bruselas, ocupando por ello los primeros titulares de la prensa nacional e
internacional.
No quiero continuar sin insistir en que este y los
próximos artículos de esta materia, no son fruto de ningún trabajo de
investigación ni pretenden en modo alguno penetrar en la profundidad de cada
uno de los casos tratados si no exponer de forma universalmente comprensible
una situación y despertar el interés por recurrir a fuentes de información
especializadas para conocer en profundidad los detalles de los regímenes
políticos y de los dirigentes que vamos a tratar.
Guinea Ecuatorial, un país independiente pero que aún no
conoce la libertad.
Guinea Ecuatorial es un pequeño país de poco más de 736.000 habitantes (2012), muy rico en
petróleo y ubicado en África central, y cuya población vive desde hace casi 45
años bajo un régimen carente de libertades, dictadura, si bien “oficialmente”
la República de Guinea Ecuatorial” figura como “Estado independiente, republicano,
unitario, social y democrático“, según dicta su Constitución, cuya forma de
gobierno es la república presidencialista, aunque dentro del marco de un régimen
dictatorial militar.
Primero fue el tío, Francisco Macías Nguema; después
llegó el sobrino, Teodoro Obiang Nguema. Juntos, y también uno después
del otro, han dirigido despótica y cruelmente la nación desde que el 12 de
octubre de 1968 la anteriormente conocida como Guinea Española obtuviese la
plena independencia respecto de España.
Durante 11
largos años Francisco
Macías Nguema llevó el timón de Guinea Ecuatorial purgando a la
oposición y saqueando el dinero público. Se estima que durante ese período cerca de un tercio de la población
del país fue asesinada o expulsada, sin que evidentemente
podamos conocer la cifra exacta. Durante ese tiempo su mano derecha fue su
propio sobrino, Teodoro
Obiang Nguema, quien finalmente sería quien acabara con él para
hacerse con el poder.
Obiang sirvió
a su tío como jefe de la Guardia Nacional y como carcelero de la infame cárcel
“Playa Negra“,
el centro de tortura del régimen, hasta que en 1979 dio un golpe de Estado,
Macías fue detenido, juzgado y ejecutado por un Consejo Supremo Militar
presidido por el propio Obiang. Desde entonces Teodoro Obiang ha salido vencedor de
todos los procesos electorales que se han celebrado en el país aunque claro,
ésto tiene truco:
En 1983 y 1988
tuvieron lugar elecciones parlamentarias, a las que concurrió una sola lista de
candidatos.
En 1989 se celebraron
elecciones presidenciales con Obiang como candidato único. Evidentemente ganó.
Entre enero y febrero
de 1992, los opositores que habían regresado al país tras un conato de tímida
apertura fueron encarcelados.
Meses después se
legalizaron algunas formaciones políticas opositoras al régimen pero, poco
antes de las elecciones legislativas de 1993, 10 de los 14 partidos fueron
ilegalizados lo que se tradujo en una abstención en torno al 80% y una nueva
victoria de Obiang.
En 1996, tras
encarcelar a uno de los líderes opositores acusado de corrupción y calumnias, e
impedir que otro participase gracias a una nueva ley electoral, Obiang obtiene
el 98% de los votos (un exitazo).
En las elecciones
presidenciales de diciembre de 2002, pese a las denuncias de fraude de la
oposición, Obiang fue reelegido, revalidando su mandato otros siete años (hasta
2009).
Como vemos,
toda una serie de artimañas y estratagemas claramente orientadas a revalidarse
en el poder a pesar de las críticas internacionales, sólo duras en momentos
concretos como en las elecciones de 1996, pero tímidas de forma general durante
los casi 34 años que Obiang
está en el poder.
Un gobierno de excesos
Como cualquier
otro régimen o gobierno de corte dictatorial, los excesos son moneda corriente
en Guinea Ecuatorial, no sólo en el plano político, si no también en lo social.
En 1995 el
embajador estadounidense del gobierno de Bill Clinton tuvo la “genial idea” de
promover el respeto a los derechos humanos en Guinea Ecuatorial lo que le valió
ser amenazado de muerte e instado a abandonar el país. Diez años más tarde
George Bush “hijo” reanudó las relaciones diplomáticas con el dictador Obiang;
por aquel entonces ya se había descubierto la “mina de oro” del país.
En 1998 tuvo
lugar un juicio sin ninguna garantía procesal contra 117 miembros de la etnia bubi
(la familia Nguema pertenece a la etnia fang,
mayoritaria en el país) cercanos al grupo opositor MAIB (Movimiento por la Autodeterminación de la Isla de
Bioko), supuestamente implicados en un intento de magnicidio. El simulacro de
juicio terminó con quince condenas a muerte.
Actualmente el
“gobierno” de Teodoro
Obiang está considerado como uno de los más represores del mundo,
según organizaciones internacionales de Derechos Humanos como Amnistía
Internacional y Human Rights Watch, quienes hacen referencia explícita a desapariciones de activistas,
tortura, falta de
libertad de prensa, falta de garantías jurídicas reales, manipulación de los
procesos electorales y un reparto de la riqueza del país extremadamente
desigual.
Podéis ampliar
información en el Informe Anual de Derechos Humanos en Guinea
Ecuatorial elaborado por Amnistía Internacional.
El petróleo de la legitimidad internacional.
1996 fue un
año decisivo desde el punto de vista económico para el país: la multinacional
estadounidense Mobil comenzó la extracción de petróleo en Guinea Ecuatorial.
Desde entonces, y gracias a unos ingresos petroleros fantásticos que en los
últimos años se han multiplicado por diez, Guinea Ecuatorial ha experimentado
una tasa de crecimiento situada en torno al 33%, un crecimiento económico que sin
embargo no ha servido para mejorar las condiciones socioeconómicas de la
población, si no para que la comunidad internacional suavice notablemente sus
críticas al régimen otorgándole incluso cierto grado de “legitimidad”
materializado en visitas oficiales de países como Estados Unidos o España entre
otros muchos, o en situaciones como la reciente asistencia de Teodoro Obiang al funeral por
Adolfo Suárez entre la incomodidad de los presentes y las críticas
de los medios, o la invitación recibida por el dictador por parte del
Instituto Cervantes y la UNED para participar en una conferencia en Bruselas,
sin olvidarnos de la visita oficial de la Selección Española a aquel país
en noviembre de 2013. Y es que ya lo dice el refrán: “poderoso
caballero es don dinero”, y Guinea Ecuatorial es actualmente el tercer
productor de crudo del África subsahariana (tras Angola y Nigeria).