Por Ma-Bàlle ma-a Joba,
Sàngo à Mboka
Sàngo à Mboka
La velocidad geométricamente creciente de las mutaciones que se están
produciendo en el mundo globalizado actual hace que aquellos que se enrocan en defender
la concepción caduca y arcaica de Estado, como el que existe hoy en día en Guinea
Ecuatorial, se queden desfasados y, sientan cualquier proposición de
modificarlo ―sin siquiera analizarla y aunque sea para mejorarlo―como una
agresión.
Esta actitud, comprensible por otro lado, denota una limitación de su nivel
de comprensión y su terquedad a pensar que la razón es suya; que todo lo que venga
de las etnias no fang (según ellos, «minorías») no debe ser considerado. Como dijo
alguien, podrán vencer pero no convencer. Lo extraordinario es la manera tan infantil
que tienen de «esquivar» el problema. Siendo tan «buenos escritores y novelistas»,
hasta cuándo deben tratar un asunto tan serio como la terrible situación que
sufren las etnias no-fang, tienden a «novelarlo» todo a lo «Marcial Lafuente
Estefanía».
Señores, la tendencia actual consiste en el desmontaje o aligeramiento
paulatino de la pesada maquinaria del Estado como se conoce desde el siglo
antepasado. La realidad es tozuda. Hablando en plata, el Estado tal como se
conoce hasta ahora en Guinea Ecuatorial ―inexistente en realidad― debe ser desmontado
para actualizar sus viejas, arcaicas y viciadas estructuras y aumentar su
eficacia en la resolución de los acuciantes problemas que sufren las
poblaciones más desfavorecidas; que, como por casualidad, pertenecen a las
etnias no-fang. Las enormes inercias burocráticas debidas a un excesivo número
de departamentos ministeriales y otras administraciones que sirven para
«cobijar a todo el clan nguemista» y sus acólitos, ralentizan la ya raquítica e
ínfima acción del Estado en la resolución de los verdaderos problemas de la
gente —no hablo de los escaparates, que aparecen como champiñones por todas
partes.
Por lo tanto es necesario el establecimiento de estructuras locales más
dinámicas y eficaces que sean más cercanas a la gente; estructuras locales que podrían
tomar en consideración las seis comunidades culturales diferenciadas que
existen en Guinea Ecuatorial que son: La comunidad cultural Ndowé , la bissió,
la bubi, la ambo, la fang y la fernandina.
La propuesta de manifiesto «abierto» AM.BI.BU.ND.FA., presentado por el
Partido del Pueblo Ndowé no es ninguna
casualidad; teniendo en cuenta que este partido se mantiene al día sobre los
conceptos actualizados y las continuas mutaciones, fruto de la globalización.
He ahí una herramienta solvente que nos ayudaría a arrancar el motor del nuevo
Estado con fuerza y eficacia; con el objeto de que todos los hijos de Guinea
Ecuatorial, sin discriminación, puedan gozar de las mismas oportunidades.
Es más, somos conscientes de que la globalización impone un mundo compuesto
de macro-regiones económicas (CEDEAO, UE, CEEAC, CEMAC,...) en el que cada
Estado-nación tal como lo conocemos hoy, tras una periodo de transición, será
remplazado por micro-regiones políticas. Esta tendencia, que puede parecer contradictoria,
viene a indicar que son dos sistemas complementarios. Es cierto que estos
vertiginosos cambios traen de cabeza a muchos líderes africanos; pero deben darse
cuenta de que vamos de cabeza en esa dirección. Los hijos de Guinea Ecuatorial
tienen por delante varias opciones de Estado: Un Estado unitario realmente
democrático, un Estado de Autonomías, un Estado Federal o Confederal...
El reto es la valentía que debemos
tener todas las etnias para dar el primer paso: Una sentada de todos para refundar
un Estado de todos, que respete los derechos de todos.