La justicia investiga al hijo del presidente de Guinea Ecuatorial por desvío de fondos y blanqueo
A pesar de las protestas diplomáticas, la justicia francesa no ceja en su empeño de investigar a Teodorín Obiang, segundo vicepresidente e hijo del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema, por desvío de fondos y blanqueo de dinero. Los jueces encargados del caso, que a mediados de julio emitieron una orden de arresto internacional contra Teodorín, han embargado su suntuoso palacete parisiense, un hotel particular valorado en hasta 150 millones de euros, según reveló ayer una fuente judicial a la agencia France Presse. Malabo reivindica que se trata de una residencia protegida por la inmunidad diplomática porque Teodorín fue nombrado delegado adjunto de su país ante la UNESCO, pero Francia asegura que nunca recibió ninguna petición al respecto.
La operación se enmarca en el seno de una amplia investigación abierta por la justicia francesa en diciembre de 2010 que trata de averiguar el origen de los fondos con los que tres jefes de Estado africanos y sus familiares -además del clan Obiang, el del congolés Denis Sassou Nguesso y el del difunto presidente gabonés Omar Bongo Ondimba- se han hecho con un importante patrimonio en Francia. En el caso de Teodorín, la justicia le sospecha de desvío de fondos públicos, blanqueo, abuso de bienes sociales y abuso de poder.
El hotel, de seis pisos y miles de metros cuadrados, albergaba entre otros una discoteca y una peluquería.
En febrero, los jueces ya se habían incautado de los bienes de Teodorín que se encontraban en el interior de la misma vivienda, valorados en decenas de millones de euros. Los registros se alargaron diez días y fueron necesarios varios camiones para transportar unos 200 metros cúbicos de muebles de lujo, cuadros de grandes maestros, vinos caros y otros bienes prestigiosos, como un reloj de tres millones de euros. En septiembre de 2011, la justicia también se había incautado de unos 14 bólidos de lujo de Teodorín.
Teodorín fue nombrado a finales de mayo segundo vicepresidente de su país después de haber sido ministro de Agricultura desde 2008. Un cargo que a juicio de sus abogados le otorga la inmunidad diplomática pero que la justicia francesa no reconoce. En octubre de 2011, Malabo había tratado también una primera maniobra para evitar que prosperara la investigación al nombrarle delegado permanente adjunto de Guinea Ecuatorial ante la Unesco el 13 de octubre de 2011, pero Francia asegura que nunca recibió ninguna demanda oficial.
