martes, 20 de mayo de 2014

Guinea Ecuatorial o la falacia de un Estado democrático, de derecho y social

Por Moÿànga u-a Edùkka
Ciudad- Vilangwa-15 de Mayo de 2014
 
Por definición y por evidencias, toda dictadura como la dictadura del endiosado Teodoro Obiang Nguema, cleptócrata redomado que discrimina a muchos ciudadanos y que no cesa de pisotear sus derechos humanos, jamás defiende ni protege los derechos humanos; a pesar de los múltiples parches realizados con miras a los organismos internacionales que les vigilan desde el exterior.

Los diferentes compromisos internacionales suscritos por el país no representan impedimento alguno para que en todos los ámbitos se siga agravando la situación de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial. Es más cualquier delegación de los organismos internacionales de defensa de los derechos humanos desplazado a este país solo puede constatar las dificultades encontradas para la aplicación de dichos compromisos. Tampoco es de extrañar puesto que el presidente del país tiene la fama de firmarlo todo y no cumplir nada, como se le critica en privado en la sub-región de la CEMAC.
Lo que explica en parte esta situación y que tanto el gobierno como el presidente de Guinea Ecuatorial no han querido ni quieren entender es simplemente la falta de formación de aquellos que a dedo (dedocráticamente como dicen algunos) han sido colocados en cargos de los que ignoran por ejemplo su función. Esta situación empezó desde la primera dictadura en que, el tío de Obiang Nguema, el dictador Masie Nguema Biyogo puso en marcha una purga nacional de aquellos elementos que no pertenecían a su etnia. Esta segunda dictadura apretó más los tornillos: Ya no basta con que seas de la etnia del presidente, ahora es necesario que seas del clan del presidente, de su mujer o acólito, es decir, un monigote o títere que baila a su voluntad. En pocas palabras, han cambiado a todo el funcionariado por sus familiares y servidores para poder controlar todo. En la gran mayoría de los casos, se trata de personas sin formación alguna.
Por lo tanto, se puede pensar lógicamente que cualquier compromiso internacional suscrito por el país jamás será aplicado por funcionarios que no lo entienden. Es evidente que de donde no hay, no se puede sacar. Dado el nulo o bajo nivel de formación que se exige al nuevo funcionariado, y su ignorancia de cualquier proceso simplificado administrativo, sería menester establecer cursos de formación y reciclaje para todos ellos.
Es aberrante que en pleno siglo XXI esté pasando algo así, que por aquellos lares era normal en la década de los años 60 del siglo pasado. Afirmar que Guinea Ecuatorial es un Estado democrático y de derecho es un cinismo y una falacia sin par. En fin seamos justos: Guinea Ecuatorial es un "Estado ligeramente democrático" porque se hacen "elecciones tramposas". Pero de ahí a hablar de Estado de derecho es más bien cínico y falaz.
¿Es de un Estado de derecho expulsar a los Ndowe de sus poblaciones, dejándoles a la intemperie sin indemnización alguna ni terreno de recambio para que puedan reconstituir su población en otra parte?
¿Es de un Estado de derecho tapar los últimos asesinatos llevados a cabo por militares o por acólitos influyentes del clan de Mongomo?
Este régimen es la continuación del anterior. La impunidad campa a sus anchas en todo el país, y para colmo, se les llena la boca con frases como "erradicar las injusticias y violaciones del régimen anterior”. Pero, si es el mismo régimen nguemista! Es el mismo perro luciendo otro collar retocado con el aura de una pseudodemocracia. Uno de los grandes defectos de esta gente es que prefieren parecer, en lugar de ser. Creen que basta ser parte en varios instrumentos internacionales de derechos humanos, para ser consagrados como defensores de estos derechos. Es increíble la incoherencia de Teodoro Obiang Nguema entre lo que dice y lo que hace; cosa que no parece molestarle. Si la tuvo alguna vez, la vergüenza la perdió desde que se apropia de los dineros del petróleo del Pueblo. El gobierno de este país afirma que desde la constitución de 1982 el país ha ido avanzando hacia el logro de un Estado democrático y social. La democracia es como ir en bicicleta, para mantener la marcha es necesario seguir pedaleando; y si dejas de pedalear termina cayéndose. Los países que se dicen democráticos nunca dejarán de modificar sus leyes para adaptarlas a nuevas realidades políticas y sociales. El inmovilismo del régimen dictatorial de Guinea Ecuatorial es totalmente incompatible con la democracia. Mientras países como Canadá, siguen reconociendo los derechos de bolsas enteras de poblaciones que hasta hace poco no los habían exigido, Guinea Ecuatorial no quiere oír hablar de los derechos de los Pueblos Ndowe, Ambo, Bubi, Bissio, de algunas tribus Fang y Comunidad Criolla.
Un Estado social es todo lo contrario de Guinea Ecuatorial. ¿Cómo pueden hablar de un Estado social donde solo tres personas tienen todos los derechos del mundo y todas las demás ninguno?
Queda cada vez más claro que en muchas ocasiones, las autoridades de este país no comprenden muy bien el sentido de algunas palabras que utilizan a profusión. En este conjunto existe mucho "loro" suelto.