domingo, 15 de enero de 2012

De la destructiva colonización española a la cainita colonización fang.

De la destructiva colonización española a la cainita colonización fang.
Por: Elèmbba ea Vikunya.
Ngèle

Es de notoriedad pública que la colonización española está llena de episodios de destrucción de las culturas que encontraron en tierras ajenas.

Los Ndowe ya habían «visto pasar» a todo tipo de blancos (europeos o no) por sus tierras y costas cuando los españoles aparecieron para «tomar posesión de sus tierras ecuatoriales». Al acercarse a las costas del País Ndowe, los españoles notaron de inmediato la influencia anglosajona en los autóctonos; sobre todo al nivel religioso. Los Ndowe, que se mantenían fieles a sus tradiciones ancestrales, además eran casi todos cristianos y casi todos presbiterianos; y su vida se había ido regulando de acuerdo a las enseñanzas cristianas de estos.

Es un hecho constatado que, de la misma manera que España obligó a los judíos a convertirse o a abandonar Sefarad, la «conversión» al catolicismo de la mayoría de los Ndowe fue obligada.

Aquellos que no se convertían no tenían el derecho a estudiar en las escuelas españolas; y estaban condenados a seguir siendo «esclavos de las iglesias presbiteriana», como dejaron entender los Españoles. A la vista de la situación, con el tiempo, las ayudas de los presbiterianos a la formación de los autóctonos fueron disminuyendo poco a poco.

La colonización española fue muy dura con los Ndowe por esta razón. Sin embargo, si bien al principio los colonos españoles utilizaron la fuerza para someter a los Fang, cabe decir que estos acogieron mucho más fácilmente el catolicismo que los Ndowe, ya que todavía muchos de ellos no habían visto de cerca a un blanco y los curas católicos españoles pusieron mucho empeño en imponer su visión católica del cristianismo a los Fang.

Con el paso del tiempo, a principios de los años 60, las presiones internacionales para que España concediera la independencia a sus provincias ecuatoriales, empezaban a dar resultados. En previsión de la aplicación del estatuto de autonomía de estas provincias, anterior a su declaración de independencia, era urgente suavizar las cosas.

Fue hacia el mes de Agosto de 1963, cuando el Gobernador Civil de Río Mùnne, Víctor Suances, hacía entrega de las viviendas promocionadas por la Diputación Provincial para las familias Ndowe de Mogàndda y las de Asònga; fue la primera remesa. Después seguiría la promoción de viviendas de San Pedro de Lea, la del Patronato en Ukòmbba, etc.

Estas viviendas se construían en terrenos cedidos por la junta de cada poblado. Estos actos, «de gran relevancia» para el gobierno español, formaban parte de las mejoras del nivel de vida de la población en vísperas de la puesta en práctica del régimen autonómico en los Territorios Españoles del Golfo de Guinea. La población acogió esta iniciativa con mucha ilusión. Los beneficiarios debían pagar una especie de hipoteca «moderada» durante un cierto número de años al cabo de los cuales se convertían en dueños de hecho de sus viviendas.

El régimen franquista discriminó abiertamente a los Ndowe, tachándolos de «protestantes», para facilitar las cosas a los neo-católicos Fang. Desgraciadamente, el primer acto de nacimiento del nguemismo atávico fue la expropiación por expulsión «manu militari» de sus dueños y la ocupación inmediata de estas viviendas por los milicianos Fang, provenientes del interior, en el país Fang; la mayoría de ellos nunca había visto el mar y habían sido adoctrinados para someter a cualquier precio a los «kombes».

"Estos milicianos Fang eran la punta de lanza de la ofensiva Fang que empezaba su estrategia de sometimiento de las demás etnias no-Fang en todo el país." Desde entonces, la expropiación gratuita fue la norma.

Los susodichos milicianos, que no cobraban, se alimentaban de la «expropiación» de animales domésticos de los autóctonos Ndowe (gallinas, pollos, cerdos, cabras, etc.), plantas de subsistencia de los autóctonos Ndowe (plátanos, malangas, naranjas, papayas, etc.), pescado de los Pescadores autóctonos Ndowe directamente de las playas o esquilmando todos los ríos del País Ndowe.

Antes sufrimos la destructiva colonización española y ahora nos tocaba sufrir la cainita colonización Fang. Fue muy duro para nosotros los Ndowe volver a los aciagos tiempos de la colonización; esta vez, por negros africanos como nosotros, compañeros de lucha por liberar nuestros territorios africanos. Tras 43 años de colonización cainita Fang, en los primeros años de la segunda década del siglo XXI, los Ndowe creemos que ya es hora de que nos dejen respirar aire fresco, libre de la ranciedad colonial que hemos soportado de los blancos españoles por un lado y de nuestros hermanos de raza, los Fang, por otro.

"Es por lo que los Ndowe apoyamos la decidida acción de Etombba ea Ndowéÿé– Partido del Pueblo Ndowe en pro a recuperar nuestra autoestima, nuestras tierras ancestrales y nuestra libertad de decidir como pueblo; dejando una pequeña apertura para seguir formando parte de Guinea Ecuatorial aunque en condiciones más democráticas y de respeto a la integridad del Pueblo Ndowe."

De la misma manera que la esclavitud se declaró crimen contra la humanidad, el colonialismo o la colonización de un pueblo por otro sometiéndolo por la fuerza es otro crimen similar contra la humanidad.

Los Ndowe, tras haber visto pasar a las diferentes «remesas » de blancos, tenían una preparación muy óptima en el albor de la independencia para crear un Estado de derecho real. Pero no utilizaron este hecho como ariete para discriminar o estigmatizar a los menos preparados, los Fang. Pero la política cainita de estos, sometiéndolos a la «desaparición» política y haciéndolos primero transparentes para después discriminarlos en todos los niveles del Estado de Guinea Ecuatorial, demuestra un cierto complejo de inferioridad que creyeron que se supera por medio de la eliminación física del diferente.

Los asesinatos y las expropiaciones de nuestras tierras van a tener consecuencias muy serias. La esquilmación y los desfalcos de los ingresos petroleros que están utilizando los inútiles de Mongomo para comprarse un «futuro», ya sea aquí en la tierra como en el cielo, lo hacen con un producto que extraen de nuestro País Ndowe.

Sabemos que estamos en la última parte de la pendiente de bajada de este nguemismo de segunda hora; y que, en breve, va a «sonner le glas» (tañer las campanas) como el réquiem por el fin de esta moribunda dictadura de cleptócratas nepotista de Akoakam.

Sabemos que la impunidad está a punto de terminar. Haremos todo lo posible para que sus crímenes no queden impunes. Palabra de Ndowe.