martes, 29 de octubre de 2013

Rafael Evita Ika: Parte I-¿Es razonable que un Fang vuelva a ser el próximo presidente de Guinea Ecuatorial?

Habida cuenta de lo superficial del factor territorial, la multinacionalidad, la diversidad étnica, clánica, tribal, que hace que el país reúna todos los ingredientes para ser tratado de especial, no responderemos a esta pregunta con un sí o un no, simplemente porque responder sin explicarlo induce a desarrollar irreconocibles e inconfesables sentimientos de culpabilidad, que se ocultan tras conscientes malinterpretaciones de la verdad para justificar acusaciones de un odio visceral contra los Fang, precisamente en desesperados intentos de callar a las víctimas. En ese sentido, vamos a analizar fríamente lo que es “gobernar”, luego aplicamos el resultado de dicho análisis a un Estado y a una manifestación ya hecha público por los mismos Fang, para llegar a la conclusión que dé respuesta a la pregunta del título de este artículo.

Pues si gobernar es la conclusión, la premisa es mandar con autoridad o regir una cosa y se puede gobernar un país, una empresa, etc. En nuestro caso, nos referimos concretamente al hecho de gobernar bien un país; lo que engloba a las personas e instituciones. Eso, es ejercer la dirección, la administración y el control de un Estado, ciudad o colectividad y gobernar bien un país se refiere a su vez a dirigir,regir o administrar un país mediante la creación y aplicación efectiva de leyes para todos, con el fin de crear bienestar y proteger por igual a todos los ciudadanos. Ese es nuestro sentido común de gobernar un país.
Si arrancamos por una parte reconociendo que las bases necesarias para llegar a una buena gobernabilidad en un país heterogéneo como Guinea Ecuatorial son que, el gobernante defienda con su propia vida la paz, salvaguarde los intereses de todos los ciudadanos y en Guinea Ecuatorial, Bubis, Fang, Bissió, Ambo, Bissió y Ndowé, somos todos ciudadanos. Pues dicho gobernante deberá por supuesto ser capaz de defender las costumbres de todos y cada uno de esos Pueblos, las religiones y creencias de cada etnia, la potestad de la justicia, las Leyes, los tribunales y sus veredictos, las costumbres de nuestros mayores, la propiedad privada, las provincias, las alianzas nacionales e internacionales, el prestigio de la nación, el ejército y el erario; las lenguas de todos y cada uno de nuestros Pueblos, la seguridad física y mental de todos y cada uno de los ciudadanos de nuestros Pueblos. Un buen gobernante para Guinea Ecuatorial debe pues desterrar la discriminación, la exclusión y ser más sensible a las emociones de todos los colectivos del país, para que dicho gobernante pueda con eficacia utilizar toda la fuerza y la razón de la dialéctica para llegar y colmar las aspiraciones de todos; calmar o excitar las mentes de todos los colectivos de la nación.
Para ello, aquel que aspire a gobernar Guinea Ecuatorial, deberá ser capaz de abstenerse de desesperar a la gente con la impunidad de la corrupción institucionalizada como ocurre en la actualidad, deberá ser capaz de abstenerse de escudarse detrás de resortes legales como el intervencionismo con la justicia para eludir la responsabilidad penal; deberá ser capaz de abstenerse de utilizar la discriminación y la exclusión, para favorecer a la familia, al clan, la tribu y a la etnia. Sin embargo, basar los principios de la gobernabilidad en los siguientes puntos:
I.- Respetar las leyes divinas que garantizan las libertades fundamentales de todos los nacionales y constreñir la conducta de quien gobierna.
II.- Respetar y hacer respetar la Constitución del país sin limitaciones para nadie.
III.- Montar un gobierno justo fundamentado en un sistema de supervisión y equilibrio, que haga participar a todos en la gobernabilidad del país, para que todos defendamos los intereses de todos.
IV.- Eludir poner en peligro la seguridad de los demás pueblos, ajenos al suyo para favorecer al círculo familiar, ciánico, tribual y étnico.
V.- Castigar a aquellos que eludan las leyes constitucionales con objeto de satisfacer a sus familias, clanes, tribu y etnia,
VI.- No tener miedo de tender los brazos y lazos a los oponentes políticos, evitando la terquedad y el orgullo.
VII.- Ser el gobernante con una visión más amplia y profunda de las cosas, con objeto de ver más allá de lo que ve el ciudadano de a pie.
VIII.- Desterrar la codicia, los sobornos y el fraude, porque son los monstruos que devoran al Estado desde su base y lo debilitan para dejarlo vulnerable.
IX.- Tener presente que la corrupción es una seria amenaza que desalienta a la ciudadanía y fomenta la cólera que conduce a la rebelión y es también un mal moral. Por lo tanto, un gobierno justo debe basarse en un sistema que lo controle y establezca un equilibrio; un gobierno que se someta al imperio de la Ley, ya que si no es así, hasta el gobernante más justo y leal degeneraría en déspota y tirano por vicio, al no haber ningún elemento de equilibrio con sus prohibiciones que frene sus dictados y lo aparte del mal camino.

Por la particularidad de Guinea Ecuatorial, un país de territorios distintos, distantes y dispares, con gente dispareja de distintos pueblos, etnias, tribus, clanes y familias con diferentes costumbres, credos. A mi juicio, hay tres elementos imprescindibles para gobernar el país y hacerlo bien y son:

a.- Todos los elementos  indicados arriba como requisitos en los puntos, I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII y IX,

b.-   La concepción que tenga el aspirante a Presidente o gobernante de lo que es un Estado y,

c.-  La natural y humana confianza que puede inspirar a los gobernados.

Continuará…

Rafael Evita Ika
Presidente de Êtômbâ â Ndôwé- Partido del Pueblo Ndowé