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No puedo asegurar lo que desconozco. Pero sí puedo manifestar un sueño: ojalá
Concha Buika, libertaria del espíritu asentado en la naturaleza pura y salvaje,
se haya negado a que su actuación se pueda interpretar como un apoyo explícito
al dictador Teodoro Obiang. Otros, como Julio Iglesias, muy
recientemente, sí han cantado directamente ante el tirano que masacra a su
pueblo. Ya se sabe, el dinero del petróleo pesa mucho.
Puede ser que Concha Buika presienta que va a estar enferma dentro de
una semana. Tal vez, un problema de última hora haya roto su agenda. Puede ser.
Pero yo, que aquí no informo, sólo comparto un sueño: que la musa de la
poesía rota, una mujer a la que admiro porque su tronante voz me hace temblar,
en este caso con su silencio, le haya pegado una sonora bofetada al sátrapa de
Guinea Ecuatorial.
MIGUEL ÁNGEL MALAVIA