lunes, 26 de noviembre de 2012

La confiscación de bienes de los Obiang en Francia ha sido validada por el Tribunal de Apelación de Paris


(Le Point 24/11/2012)
PARIS (Reuters) -


El Tribunal de Apelación de Paris ha dado por buena la confiscación de los coches de lujo pertenecientes a Teodorín, una decisión crucial para poder proseguir la investigación que está poniendo a prueba las relaciones entre Francia y sus ex colonias.

Los jueces han estimado que existirían indicios “suficientes para considerar que el conjunto de esos vehículos han podido ser adquiridos mediante la desviación de fondos en perjuicio de la sociedad Somagui Forestal y del Estado guineano”, según se supo en una sentencia aparecida el lunes pasado, a la que Le Monde da a conocer y Reuters tuvo confirmación de fuente judicial.

Y no es necesario que la infracción de origen tenga que tener lugar en Francia para que los jueces tengan fundamento para proseguir la investigación, añade la sentencia, la primea sobre el caso.

La sentencia concluye que Teodorín Obiang, hijo del dictador guineano, “no ha aportado ningún elemento que justifique el origen de los fondos utilizados”.

Después de este litigio sobre los coches de lujo, los jueces franceses también confiscaron un lujoso inmueble utilizado por Teodorín, en la avenida Foch de Paris, obras de arte, mobiliario antiguo, vinos finos y otros objetos preciosos de un valor global estimado en varias decenas de millones de euros. Hay un mandato de detención internacional contra Teodorín.

 
Thierry Lévêque, édité par Yves Clarisse

DESALMADO Teodoro Obiang Nguema Mbasogo


Desconocido dictador de Guinea Ecuatorial

Como Desalmado del mes, elegimos a un sátrapa africano cuyas fechorías pasan inadvertidas en Occidente. Teodoro Obiang Nguema Mbasogo malgobierna Guinea Ecuatorial, un pequeño país de Africa Central con el cual compartimos el idioma, pues fue hasta 1968 una colonia española. El mandatario nació en 1942, estudió en la academia militar de Zaragoza y en 1979 orquestó un golpe de Estado contra su tío, el dictador Francisco Macías Nguema, un exitoso cleptócrata de la era poscolonial. El bueno de Teodoro argumentó entonces que quería acabar con la corrupción, el autoritarismo, la sed de poder y sangre. Pero a 30 años de aquel golpe, muchos sospechan que estas características residen en el DNA de la familia Nguema. Los negocios turbios, las políticas represivas y el sepulcral silencio a los opositores son habituales. Eso sí: se han realizado avances. Cada tanto se celebran elecciones y Teodoro gana por el 98% de los votos. Lo curioso es que ni siquiera los candidatos rivales votan por sí mismos. Los voceros del régimen aceptan que su democracia tiene imperfecciones y aclaran que está “en fase de ensayo” desde 1993. Al repasar la lista de delitos de su añeja gestión, nos preguntamos: ¿Por qué la ONU no se ocupa de Teodoro? La respuesta es casi obvia: negocios.
Este país es el tercer exportador de crudo del África subsahariana, celestial don que le permitió al ex presidente George W. Bush reiniciar las relaciones diplomáticas con el auspicio de la industria petrolera. Una estrategia apenas menos vergonzosa que la de los lobbistas ingleses, inspirados en fines nada altruistas y arrestados al organizar un complot. Mientras, España y Francia sienten debilidad por las exportaciones de maderera tropical. Después de este racconto, nadie puede dudar sobre la causa de su inmerecido anonimato.