Por: Ma-Bàlle ma-a Joba,
“El régimen dictatorial de Guinea Ecuatorial se beneficia de esta situación; y, seguro de sí mismo, Obiang Nguema sigue «ganando» elecciones y empobreciendo a los pueblos de Guinea Ecuatorial, excepto a su clan de brujos de Akoakam.”
Las dictaduras son cada vez más sofisticadas y, en su afán por no ser menos que las de los países árabes, las más ricas del África subsahariana se han agenciado Buenos asesores y expertos lavadores de imagen que les sacan las castañas del fuego; aunque para ello deban sufrir las consecuencias los habitantes del país.
Actualmente, en un exceso de cinismo, las dictaduras exhiben alegremente resultados electorales que avalan la “democracia” existente en su régimen, “demostrando” lo buenos demócratas que son o más bien que han asimilado muy bien el sentido de la democratita.
Lo peor es que los países que podrían presionarles para terminar con esta abominación dictatorial, que son países que en una época tenían como bandera la democracia y los derechos humanos, han renegado de todo ello y han puesto por delante sus intereses, lo que a primera vista parecería normal. Por esta razón, ser dictador ya no es tan feo como hacen 4 décadas. Los dictadores, sobre todo de los países productores de petróleo, pueden dormir en paz mientras sigan sirviendo el petróleo, gastando sus dineros en los países del primer mundo en crisis y haciendo la pantomima de elecciones cuando toca.
El viento cambiara de dirección cuando uno de estos factores cambie. Sera entonces cuando, para los países que podrían presionarles ahora con el objeto de terminar con esta abominación, tomara mayor relevancia los derechos humanos y la democracia. A partir de ese momento, al dictador se le caerá el velo que le mantiene ciego a la realidad de su pueblo, y empezara a querer explicarle a este olvidado pueblo su visión de las cosas o el por qué no ha podido mejorar la situación; prometiendo arreglarlo todo de inmediato. Por lo general, suele ser demasiado tarde para las explicaciones, porque en esos momentos el pueblo, que ha sido ignorado dictador ya no es tan feo como hacen 4 décadas. Los dictadores, sobre todo de los países productores de petróleo, pueden dormir en paz mientras sigan sirviendo el petróleo, gastando sus dineros en los países del primer mundo en crisis y haciendo la pantomima de elecciones cuando toca.
El viento cambiara de dirección cuando uno de estos factores cambie. Sera entonces cuando, para los países que podrían presionarles ahora con el objeto de terminar con esta abominación, tomara mayor relevancia los derechos humanos y la democracia. A partir de ese momento, al dictador se le caerá el velo que le mantiene ciego a la realidad de su pueblo, y empezará a querer explicarle a este olvidado pueblo su visión de las cosas o el por qué no ha podido mejorar la situación; prometiendo arreglarlo todo de inmediato. Por lo general, suele ser demasiado tarde para las explicaciones, porque en esos momentos el pueblo, que ha sido ignorado durante toda la dictadura, solo buscara librarse de él. Tenemos muy presentes el caso del hoy olvidado Gaddafi, que en sus últimos momentos estaba suplicando por su vida y prometiendo oro y dinero a los que le mataron. Era el Pueblo que ya no quería escuchar.
Por ejemplo, en Guinea ecuatorial, bien asesorado por esos caros asesores que se lucran con el dinero del petróleo, Obiang Nguema y su clan siempre han controlado los medios de comunicación. Esto les ha permitido llevar a cabo varias campañas de desinformación y manipulación de la población sin precedentes en el África subsahariana; una manipulación que se ha extendido también hasta los países europeos a través de “lobbies” que reciben cuantiosas subvenciones del dictador de Akoakam. Se han especializado en: — distorsionar los datos relevantes del país, — manipular los resultados de los procesos electorales, — ocultar la miseria que reina en el país real, al tiempo que el régimen llena el país de “escaparates “dignos de las maravillas de los cuentos orientales, para regocijo de los que solamente ven eso: Los engañosos escaparates. Si tuviéramos que dar un titulo a lo que pasa en Guinea ecuatorial, diríamos que se trata de: «Alí–Baba y los 40 ladrones de Akoakam, en palacetes de las mil y una maravillas ».
Resulta inmoral lo que pasa en ese país. Pero lo que es mucho peor son los apoyos que le están brindando los países europeos en plena crisis económico– financiera que parece no alcanzar a este país del Golfo de Guinea. Muchos son los españoles que, debido al paro galopante en su país, optan por ir a buscar mejor fortuna en Guinea ecuatorial. La mayor parte de las veces tienen que hacer la vista gorda a lo que está pasando realmente en el país; y, si hace falta, glorificaran al clan de Akoakam al país –que ya osan decir algunos que respeta rotundamente los derechos humanos– y a la “acertada” política del presidente Obiang Nguema; considerando que los que están exigiendo sus derechos y mas justicia social solo son pájaros de mal agüero sin razón alguna.
Es curioso, pero cuando los guineo-ecuatorianos, huyendo de la dictadura de la sinrazón nguemista, llegaban a España se les trató como parias. Hoy en día, muchos de los españoles que están viviendo bien en Guinea ecuatorial, cerraron literalmente sus puertas a los inmigrantes guineo-ecuatorianos, tratándoles peor que a otros inmigrantes.
Hoy en día ya no es una “mancha” admitir que Guinea ecuatorial fue colonia española; incluso algunos se jactan de ello, ahora que ese país el “hecho español” tiende a desaparecer ¡Las vueltas que da la vida!