Cayetano Ros Valencia
La Fundación del club firmó un convenio con la federación africana que ahora califica de “protocolo de intenciones”
Es un “convenio marco” por el que la
Fundación del Valencia CF y la federación guineana de fútbol se comprometen a
desarrollar proyectos de interés común “en el ámbito socio-solidario, formativo
y del deporte”. Lo firmaron la semana pasada, pero el Valencia ya se ha
arrepentido y dice que se trata solamente de un “protocolo de intenciones”,
“muy genérico”, “informal”, que no irá más allá. Es su reacción tras la cascada
de indignación levantada en España ante el amistoso esta noche de La Roja en
Malabo frente a la selección de Guinea Ecuatorial, por lo que supone de
respaldo al régimen del dictador Teodoro Obiang.
El primer contacto se produjo hace ya
años, cuando Lobo Diarte [ya fallecido] entrenaba a Guinea y el director
general de Deportes de ese país africano era Emilio Oñebuela, que había
estudiado en Valencia y está muy ligado a Ruslan Obiang, uno de los hijos del
dictador, muy aficionado al fútbol y muy unido también a la capital valenciana.
Aunque el compromiso se firmó con Domingo Mituy, actual presidente de la
federación guineana de fútbol.
La
Fundación del Valencia necesita generar ingresos propios. Le urge. Entre otras
cosas para devolver un préstamo de 81 millones a Bankia concedido en 2009 para
comprar el 70% de las acciones del club (y avalado en su día por la Generalitat
presidida por Francisco Camps, un aval validado ayer por el Tribunal Superior
de Justicia valenciano). Así que la Fundación, cuyo presidente es el
catedrático Aurelio Martínez, exconsejero socialista de Economía de la
Generalitat, ha impartido cursos formativos en diferentes partes del mundo a
cambio de un dinero. “Tenemos una escuelita en Egipto”, explicaron ayer desde
la Fundación. Y en esa línea iba la idea de Guinea Ecuatorial, frenada ahora
por la airada reacción de los medios de comunicación españoles ante la visita
de La Roja a Malabo. Desde la Fundación del Valencia, lo achacan “al fuerte
lobby de la oposición [guineana] en Madrid”. Y también se quejan de “la
hipocresía” reinante en España al recordar los lucrativos acuerdos de clubes
españoles con China, Arabia Saudí o Catar, que tampoco son un ejemplo de
respeto de los derechos humanos. “El Madrid también tuvo algún acuerdo con
Guinea”, se lamentan. E insisten en que no hay dinero de por medio ni posible
indemnización a pagar por parte del Valencia si el “convenio marco” se quedara,
como apuntan, en agua de borrajas.