"Los Obiang saquean el país con la complicidad de las potencias y bancos internacionales" Ferraris, Rolls Royces o una mansión en Malibú de 35 millones de dólares son algunos de los caprichos que se permite "Teodorín" Obiang con un sueldo de unos 3000 euros al mes
Jean-Christophe Servant
Tras el informe realizado por Human Rights Watch ("Well Olid and Human Rights in Equatorial Guinea", 9 de julio de 2009), la ONG inglesa Global Witness también fustiga a los círculos dirigentes de Guinea Ecuatorial, ex colonia española y petrodictadura que produce 400 000 barriles de petróleo diarios, en su mayoría para el mercado estadounidense. Este último informe se publicó unos días antes de las fraudulentas elecciones presidenciales del 29 de noviembre pasado en las que el jefe del Estado, Teodoro Obiang Nguema, en el poder desde hace treinta años, obtuvo el 96,7% de los votos y ejercerá un nuevo mandato de siete años.
La investigación de Global Witness (1) confirma sobre todo la presencia de un eslabón débil entre las personalidades africanas denunciadas en el caso de los "bienes mal adquiridos": Teodoro Nguema Obiang Mangue, alias "Teodorín", alias "TNO", hijo del presidente de un país que tiene todos los rasgos de "la caricatura de una cleptocracia petrolera", retomando las palabras del periodista estadounidense Peter Mass, autor del libro World, the violent Twilight of Oil (2). Mediante la malversación de los ingresos públicos obtenidos de la explotación de maderas preciosas y más tarde, desde el año 2000, de los provenientes de la extracción de petróleo, el Círculo familiar de los Obiang habría reunido una fortuna estimada entre 500 y 700 millones de dólares. El 76% de la población ecuatoguineana -a pesar de un PIB oficial por habitante de 29 883 dólares- sigue viviendo bajo el umbral de la pobreza.
Tres asociaciones especializadas en la defensa de los derechos humanos lanzaron en 2007 el caso de los "bienes mal adquiridos". Survie, Sherpa y la Fédération des Congolais de la Diáspora alegaron que familias dirigentes de varios Estados petroleros del África ecuatorial -de Gabón a Guinea Ecuatorial, pasando por la República del Congo- habían adquirido bienes en territorio francés por valor de varios millones de euros, por medio de transferencias ilícitas de dinero público entre las cuentas nacionales y sus cuentas personales, todo esto sobre un fondo de sospecha de corrupción y de concesión de retrocomisiones. En 2007, recuerda Global Witness, "una investigación de la policía francesa demostró que Teodorín tenía numerosas cuentas en Francia en bancos tales como Barclays, BNP, Paribas y HSBC, utilizadas para comprar un Ferrari 550 Maranello así como un Ferrari 512M. Entre los otros coches comprados en Francia había dos Maseratis, un Rolls Royce y varios Bugattis por valor, cada uno, de más de un millón y medio de dólares. Según Tracfin, la célula francesa de lucha contra el blanqueo de dinero, estos flujos sacados a la luz podían ser representativos del blanqueo resultante de una malversación de fondos públicos". La fiscalía de París archivó en dos ocasiones la demanda de las ONGs francesas, al considerar que las infracciones "no eran lo suficientemente evidentes".
Un año más tarde, fue el turno de la ONG anticorrupción Transparency Internacional de presentarse como parte civil por "ocultación de malversación de fondos públicos". El Tribunal de Apelación de París la desestimó definitivamente a finales de octubre de 2009, al negarse a abrir una investigación requerida por Francoise Desset, juez decana de delitos financieros de París (3).
El informe de Global Witness dedicado a los gastos en territorio estadounidense de Teodorín, ministro de Agricultura y de Bosques remunerado oficialmente con 4000 dólares mensuales, pone a la justicia estadounidense frente a sus obligaciones. No sólo revela "una espectacular falta de ética entre algunos bancos", sino también y sobre todo "una inquietante cadena de lagunas en el marco de la aplicación [por Estados Unidos] de las leyes contra el blanqueo". A pesar de los distintos indicios del origen delictivo de más de 73 millones de dólares transferidos a cuentas abiertas en bancos estadounidenses, Teodorín Obiang siguió viajando con regularidad a Estados Unidos.
Así, estuvo presente en la inauguración, a finales de septiembre de 2009, del Consulado de Guinea Ecuatorial en Houston, centro de las compañías petroleras, grandes e independientes, que trabajan con la dictadura del golfo de Guinea. Convertido en un personaje de la prensa del corazón estadounidense desde su tumultuosa relación con la rapera Eve y sus extravagancias "bling bling" en las tiendas de Beverly Hills, Teodorín va asiduamente a su residencia de Malibú, que compró por 35 millones de dólares. Sin embargo, indica Global Witness, en virtud de una ley federal y de una resolución presidencial de enero de 2004 -la 7750- Estados Unidos podría denegar, según el caso, la concesión de un visado a todo extranjero y a su círculo familiar cuando existan posibles sospechas de corrupción.
Es el caso de Teodorín: un memorándum del Departamento de Justicia estadounidense, de septiembre de 2007, obtenido por el New York Times (4), demuestra que Washington pensaba entonces que los ingresos de Obiang provenían de "extorsiones, robo de fondos públicos y otras prácticas corruptas". Otra investigación, iniciada por la oficina de Miami de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento de Seguridad Nacional (el ministerio de Seguridad Interior), precisa que Teodorín viajó en varías ocasiones a territorio estadounidense con más de un millón de dólares en efectivo, infracción que lógicamente podría costarle una pena de cinco años de cárcel. En 2007, mientras arrancaba el caso de los "bienes mal adquiridos", el ICE habría transmitido esta información a la justicia francesa dentro del marco de una comisión rogatoria internacional destinada a buscar el origen de estas transferencias internacionales realizadas a las cuentas de Teodorín y de sus familiares.
Detrás del informe de Global Witness se halla el periodista estadounidense de investigación Ken Silverstein, quien ya hizo varias revelaciones rotundas. Cuando aún escribía para Los Angeles Times, el periodista de Harper's dilucidó, junto con su colega T. Christian Miller, las relaciones "particulares" entre la presidencia de la antigua colonia española, el Departamento de Estado estadounidense, las compañías petroleras de Estados Unidos y algunos bancos de este país. Informaciones que llevaron al Senado a crear una comisión de investigación destinada a buscar el origen de 35 millones de dólares de los movimientos de capitales sospechosos transferidos a una cuenta del banco Riggs abierta a nombre del Jefe de Estado ecuatoguineano. La comisión detalló cómo el presidente Obiang había desviado la riqueza petrolera del país para financiar numerosas transacciones personales en territorio estadounidense(5). Entonces se cerró el banco Riggs, después de que lo condenaran a pagar una multa de 25 millones de dólares por haber infringido la ley de manera "deliberada y sistemática".
Sin embargo, el clan Obiang siguió con sus negocios turbios. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), Guinea Ecuatorial tendría así dos mil millones de dólares en bancos comerciales en el extranjero provenientes- de ingresos del Gobierno. "Las lecciones de Riggs no parecen haberse aprendido", señalaba un informe anterior de Global Witness (6). Teodorín, en concreto, habría ordenado, entre abril de 2005 y 2006, a través del Banco de Francia, la transferencia de unos 73 millones de dólares a sus cuentas estadounidenses (abiertas en sucursales de Wachovia, Bank of America y UBS). Una fortuna que los documentos judiciales estadounidenses estiman que se desvió a partir de impuestos que Somagui Forestal, empresa perteneciente a Teodorín, estableció sobre la explotación de madera ecuatoguineana.
Una práctica común en Guinea Ecuatorial, si se ha de creer el propio testimonio de Teodorín ante el Tribunal Supremo de Sudáfrica. En 2008, "de hecho, una empresa constructora sudafricana intentó embargar dos villas [pertenecientes a Teodorín] en Ciudad del Cabo como rembolso de los 5 millones de Libras esterlinas que Guinea Ecuatorialle debía", recuerda una investigación del diario económico La Tribune (7). "El abogado defensor argumentaba que las dos residencias eran forzosamente propiedad del Estado ecuatoguineano, pues los salarios oficiales del hijo del presidente eran insuficientes para comprarse dos villas valoradas cada una en más de 3 millones de dólares. En una declaración escrita, Teodoro Obiang Ngema explicó que, en su país, los ministros creaban sociedades conjuntamente con las empresas a las que se les adjudican los contratos públicos". En consecuencia -añadió-, "un ministro acaba teniendo una parte importante del contrato en su cuenta bancaria". "Es casi seguro que el Gobierno francés, al igual que el estadounidense, no tiene ningunas ganas de hacerse cargo del embarazoso caso de Teodorín Obiang -nos explica Ken Silverstein-. Parece que ambos toleran su bufonería y sus prácticas corruptas a pesar de la acumulación de pruebas que demuestran la falta de escrúpulos. No hay que ser un genio en geopolítica para comprender que todo eso desprende un olor a petróleo". Durante su discurso en Accra del 11 de julio de 2009, el presidente estadounidense Barack Obama indicó que "ningún país puede crear riqueza si sus dirigentes explotan la economía para enriquecerse personalmente. [ ... ] Nadie quiere vivir en una sociedad donde el derecho cede su lugar a la ley del más fuerte y a la corrupción. Eso no es democracia, sino tiranía, aunque de vez en cuando se organicen algunas elecciones aquí y allá. Y ya va siendo hora de que este estilo de Gobierno desaparezca". Ahora bien, aunque la resolución 7750 parece haberse aplicado docenas de veces desde su promulgación en 2004, el hijo del dictador ecuatoguineano curiosamente parece haberse librado por cuestiones claramente ligadas al petróleo. En un artículo publicado tras el informe de Global Witness, el New York Times cita las declaraciones de John Benett, antiguo embajador de Estados Unidos en Malabo entre 1991 Y 1994. Haciendo una comparativa entre la benevolencia de la Administración estadounidense respecto a Teodorín y la prohibición de viajar a Estados Unidos que pesa sobre varias figuras del Gobierno de coalición de Zimbabue, Bennet recalca que si los funcionarios de este país "tuvieran tanto petróleo como Guinea Ecuatorial, Estados Unidos les permitiría entrar".
''Tendría que haber víctimas directas para que pudiésemos seguir con nuestra acción, pero éstas se sienten amenazadas", explica Odile Tobner, presidenta de la asociación Survie. A la espera de que las ONG denunciantes encuentren la financiación que les permita proseguir la lucha, ¿veremos a Estados Unidos y a Francia alzar la voz tras las recientes elecciones presidenciales amañadas de antemano y que Teodore Obiang ganó con un resultado del... 96,7%? Gracias al aluvión de informes acusadores en contra del régimen ecuatoguineano puede que haya un tono menos conciliador que de costumbre ... pero aun así no estamos seguros de ello. A semejanza de Ali Bongo en el caso de Gabón, se presiente que Teodorín será el sustituto de su padre al frente del país. Ahora bien, mientras las empresas estadounidenses tienen el control de dos tercios de las reservas petroleras de Guinea, Francia no se queda corta.
A pesar de un "nivel de corrupción que ha llegado a su cima", los inversores franceses siguen aferrados allí. "Las empresas que quedan, independientemente de su notoriedad o de su peso financiero, Bouygues o incluso otras, deben aceptar condiciones leoninas en todo momento. Plazos de pagos extraordinariamente largos y 'cita obligada' cada mes ante una 'comisión de pagos' para descargar exorbitantes 'gastos de asistencia", señala el semanario Les Afriques (8). París sirve asimismo de mediador oficial entre Libreville y Malabo en cuanto al litigio territorial que enfrenta a los dos países a propósito de los islotes de Mbanié y Corisco.
El presidente ecuatoguineano viaja al extranjero a bordo de un Falcon 900 pilotado por tripulantes franceses. Y según la revista Lettre du Continent: "Mientras prefiere a los marroquíes y a los israelíes para garantizar su seguridad, el presidente Teodoro Obiang Ngema presta más atención a los consejeros franceses que a los españoles por lo que se refiere a los informes económicos y financieros".
Notas:
(1) Global Witness, "The Secret Life of a shcpaholic: How an African dictator's playboy son went on a multi-million dollar shopping spree in the U.S", 17 de noviembre de 2009.
(2) Worfd, the violent Twilight ot Oil, Randomhouse, Nueva York, 2009.
(3) "La justice refuse d'ouvrir une enquéte dans I'affaire des biens mal acquis", Le Mopde, 29 de octubre de 2009.
(4) tne New York Times, "Taint of Corruption Is No Barrier to U.S. Visa", lan Urbina, 16 de noviembre de 2009.
(5) "El Riggs Bank blanquea dictadores", Alain Astaud, Le Monde diplomatique en español, agosto de 2005.
(6) "Guinée équatoriale: des élites amassent les receltes de pétrole, selon un rapport", Martina Litvinsky, agencia IPS, 10 de julio de 2009. (7) La Tribune, "Argent public á usage privé", 4 de diciembre de 2008.
(8) Les Afriques, "Le chassé-croisé des compagnies", febrero de 2009.
De Le Monde Diplomatique
Jean-Christophe Servant
Tras el informe realizado por Human Rights Watch ("Well Olid and Human Rights in Equatorial Guinea", 9 de julio de 2009), la ONG inglesa Global Witness también fustiga a los círculos dirigentes de Guinea Ecuatorial, ex colonia española y petrodictadura que produce 400 000 barriles de petróleo diarios, en su mayoría para el mercado estadounidense. Este último informe se publicó unos días antes de las fraudulentas elecciones presidenciales del 29 de noviembre pasado en las que el jefe del Estado, Teodoro Obiang Nguema, en el poder desde hace treinta años, obtuvo el 96,7% de los votos y ejercerá un nuevo mandato de siete años.
La investigación de Global Witness (1) confirma sobre todo la presencia de un eslabón débil entre las personalidades africanas denunciadas en el caso de los "bienes mal adquiridos": Teodoro Nguema Obiang Mangue, alias "Teodorín", alias "TNO", hijo del presidente de un país que tiene todos los rasgos de "la caricatura de una cleptocracia petrolera", retomando las palabras del periodista estadounidense Peter Mass, autor del libro World, the violent Twilight of Oil (2). Mediante la malversación de los ingresos públicos obtenidos de la explotación de maderas preciosas y más tarde, desde el año 2000, de los provenientes de la extracción de petróleo, el Círculo familiar de los Obiang habría reunido una fortuna estimada entre 500 y 700 millones de dólares. El 76% de la población ecuatoguineana -a pesar de un PIB oficial por habitante de 29 883 dólares- sigue viviendo bajo el umbral de la pobreza.
Tres asociaciones especializadas en la defensa de los derechos humanos lanzaron en 2007 el caso de los "bienes mal adquiridos". Survie, Sherpa y la Fédération des Congolais de la Diáspora alegaron que familias dirigentes de varios Estados petroleros del África ecuatorial -de Gabón a Guinea Ecuatorial, pasando por la República del Congo- habían adquirido bienes en territorio francés por valor de varios millones de euros, por medio de transferencias ilícitas de dinero público entre las cuentas nacionales y sus cuentas personales, todo esto sobre un fondo de sospecha de corrupción y de concesión de retrocomisiones. En 2007, recuerda Global Witness, "una investigación de la policía francesa demostró que Teodorín tenía numerosas cuentas en Francia en bancos tales como Barclays, BNP, Paribas y HSBC, utilizadas para comprar un Ferrari 550 Maranello así como un Ferrari 512M. Entre los otros coches comprados en Francia había dos Maseratis, un Rolls Royce y varios Bugattis por valor, cada uno, de más de un millón y medio de dólares. Según Tracfin, la célula francesa de lucha contra el blanqueo de dinero, estos flujos sacados a la luz podían ser representativos del blanqueo resultante de una malversación de fondos públicos". La fiscalía de París archivó en dos ocasiones la demanda de las ONGs francesas, al considerar que las infracciones "no eran lo suficientemente evidentes".
Un año más tarde, fue el turno de la ONG anticorrupción Transparency Internacional de presentarse como parte civil por "ocultación de malversación de fondos públicos". El Tribunal de Apelación de París la desestimó definitivamente a finales de octubre de 2009, al negarse a abrir una investigación requerida por Francoise Desset, juez decana de delitos financieros de París (3).
El informe de Global Witness dedicado a los gastos en territorio estadounidense de Teodorín, ministro de Agricultura y de Bosques remunerado oficialmente con 4000 dólares mensuales, pone a la justicia estadounidense frente a sus obligaciones. No sólo revela "una espectacular falta de ética entre algunos bancos", sino también y sobre todo "una inquietante cadena de lagunas en el marco de la aplicación [por Estados Unidos] de las leyes contra el blanqueo". A pesar de los distintos indicios del origen delictivo de más de 73 millones de dólares transferidos a cuentas abiertas en bancos estadounidenses, Teodorín Obiang siguió viajando con regularidad a Estados Unidos.
Así, estuvo presente en la inauguración, a finales de septiembre de 2009, del Consulado de Guinea Ecuatorial en Houston, centro de las compañías petroleras, grandes e independientes, que trabajan con la dictadura del golfo de Guinea. Convertido en un personaje de la prensa del corazón estadounidense desde su tumultuosa relación con la rapera Eve y sus extravagancias "bling bling" en las tiendas de Beverly Hills, Teodorín va asiduamente a su residencia de Malibú, que compró por 35 millones de dólares. Sin embargo, indica Global Witness, en virtud de una ley federal y de una resolución presidencial de enero de 2004 -la 7750- Estados Unidos podría denegar, según el caso, la concesión de un visado a todo extranjero y a su círculo familiar cuando existan posibles sospechas de corrupción.
Es el caso de Teodorín: un memorándum del Departamento de Justicia estadounidense, de septiembre de 2007, obtenido por el New York Times (4), demuestra que Washington pensaba entonces que los ingresos de Obiang provenían de "extorsiones, robo de fondos públicos y otras prácticas corruptas". Otra investigación, iniciada por la oficina de Miami de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento de Seguridad Nacional (el ministerio de Seguridad Interior), precisa que Teodorín viajó en varías ocasiones a territorio estadounidense con más de un millón de dólares en efectivo, infracción que lógicamente podría costarle una pena de cinco años de cárcel. En 2007, mientras arrancaba el caso de los "bienes mal adquiridos", el ICE habría transmitido esta información a la justicia francesa dentro del marco de una comisión rogatoria internacional destinada a buscar el origen de estas transferencias internacionales realizadas a las cuentas de Teodorín y de sus familiares.
Detrás del informe de Global Witness se halla el periodista estadounidense de investigación Ken Silverstein, quien ya hizo varias revelaciones rotundas. Cuando aún escribía para Los Angeles Times, el periodista de Harper's dilucidó, junto con su colega T. Christian Miller, las relaciones "particulares" entre la presidencia de la antigua colonia española, el Departamento de Estado estadounidense, las compañías petroleras de Estados Unidos y algunos bancos de este país. Informaciones que llevaron al Senado a crear una comisión de investigación destinada a buscar el origen de 35 millones de dólares de los movimientos de capitales sospechosos transferidos a una cuenta del banco Riggs abierta a nombre del Jefe de Estado ecuatoguineano. La comisión detalló cómo el presidente Obiang había desviado la riqueza petrolera del país para financiar numerosas transacciones personales en territorio estadounidense(5). Entonces se cerró el banco Riggs, después de que lo condenaran a pagar una multa de 25 millones de dólares por haber infringido la ley de manera "deliberada y sistemática".
Sin embargo, el clan Obiang siguió con sus negocios turbios. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), Guinea Ecuatorial tendría así dos mil millones de dólares en bancos comerciales en el extranjero provenientes- de ingresos del Gobierno. "Las lecciones de Riggs no parecen haberse aprendido", señalaba un informe anterior de Global Witness (6). Teodorín, en concreto, habría ordenado, entre abril de 2005 y 2006, a través del Banco de Francia, la transferencia de unos 73 millones de dólares a sus cuentas estadounidenses (abiertas en sucursales de Wachovia, Bank of America y UBS). Una fortuna que los documentos judiciales estadounidenses estiman que se desvió a partir de impuestos que Somagui Forestal, empresa perteneciente a Teodorín, estableció sobre la explotación de madera ecuatoguineana.
Una práctica común en Guinea Ecuatorial, si se ha de creer el propio testimonio de Teodorín ante el Tribunal Supremo de Sudáfrica. En 2008, "de hecho, una empresa constructora sudafricana intentó embargar dos villas [pertenecientes a Teodorín] en Ciudad del Cabo como rembolso de los 5 millones de Libras esterlinas que Guinea Ecuatorialle debía", recuerda una investigación del diario económico La Tribune (7). "El abogado defensor argumentaba que las dos residencias eran forzosamente propiedad del Estado ecuatoguineano, pues los salarios oficiales del hijo del presidente eran insuficientes para comprarse dos villas valoradas cada una en más de 3 millones de dólares. En una declaración escrita, Teodoro Obiang Ngema explicó que, en su país, los ministros creaban sociedades conjuntamente con las empresas a las que se les adjudican los contratos públicos". En consecuencia -añadió-, "un ministro acaba teniendo una parte importante del contrato en su cuenta bancaria". "Es casi seguro que el Gobierno francés, al igual que el estadounidense, no tiene ningunas ganas de hacerse cargo del embarazoso caso de Teodorín Obiang -nos explica Ken Silverstein-. Parece que ambos toleran su bufonería y sus prácticas corruptas a pesar de la acumulación de pruebas que demuestran la falta de escrúpulos. No hay que ser un genio en geopolítica para comprender que todo eso desprende un olor a petróleo". Durante su discurso en Accra del 11 de julio de 2009, el presidente estadounidense Barack Obama indicó que "ningún país puede crear riqueza si sus dirigentes explotan la economía para enriquecerse personalmente. [ ... ] Nadie quiere vivir en una sociedad donde el derecho cede su lugar a la ley del más fuerte y a la corrupción. Eso no es democracia, sino tiranía, aunque de vez en cuando se organicen algunas elecciones aquí y allá. Y ya va siendo hora de que este estilo de Gobierno desaparezca". Ahora bien, aunque la resolución 7750 parece haberse aplicado docenas de veces desde su promulgación en 2004, el hijo del dictador ecuatoguineano curiosamente parece haberse librado por cuestiones claramente ligadas al petróleo. En un artículo publicado tras el informe de Global Witness, el New York Times cita las declaraciones de John Benett, antiguo embajador de Estados Unidos en Malabo entre 1991 Y 1994. Haciendo una comparativa entre la benevolencia de la Administración estadounidense respecto a Teodorín y la prohibición de viajar a Estados Unidos que pesa sobre varias figuras del Gobierno de coalición de Zimbabue, Bennet recalca que si los funcionarios de este país "tuvieran tanto petróleo como Guinea Ecuatorial, Estados Unidos les permitiría entrar".
''Tendría que haber víctimas directas para que pudiésemos seguir con nuestra acción, pero éstas se sienten amenazadas", explica Odile Tobner, presidenta de la asociación Survie. A la espera de que las ONG denunciantes encuentren la financiación que les permita proseguir la lucha, ¿veremos a Estados Unidos y a Francia alzar la voz tras las recientes elecciones presidenciales amañadas de antemano y que Teodore Obiang ganó con un resultado del... 96,7%? Gracias al aluvión de informes acusadores en contra del régimen ecuatoguineano puede que haya un tono menos conciliador que de costumbre ... pero aun así no estamos seguros de ello. A semejanza de Ali Bongo en el caso de Gabón, se presiente que Teodorín será el sustituto de su padre al frente del país. Ahora bien, mientras las empresas estadounidenses tienen el control de dos tercios de las reservas petroleras de Guinea, Francia no se queda corta.
A pesar de un "nivel de corrupción que ha llegado a su cima", los inversores franceses siguen aferrados allí. "Las empresas que quedan, independientemente de su notoriedad o de su peso financiero, Bouygues o incluso otras, deben aceptar condiciones leoninas en todo momento. Plazos de pagos extraordinariamente largos y 'cita obligada' cada mes ante una 'comisión de pagos' para descargar exorbitantes 'gastos de asistencia", señala el semanario Les Afriques (8). París sirve asimismo de mediador oficial entre Libreville y Malabo en cuanto al litigio territorial que enfrenta a los dos países a propósito de los islotes de Mbanié y Corisco.
El presidente ecuatoguineano viaja al extranjero a bordo de un Falcon 900 pilotado por tripulantes franceses. Y según la revista Lettre du Continent: "Mientras prefiere a los marroquíes y a los israelíes para garantizar su seguridad, el presidente Teodoro Obiang Ngema presta más atención a los consejeros franceses que a los españoles por lo que se refiere a los informes económicos y financieros".
Notas:
(1) Global Witness, "The Secret Life of a shcpaholic: How an African dictator's playboy son went on a multi-million dollar shopping spree in the U.S", 17 de noviembre de 2009.
(2) Worfd, the violent Twilight ot Oil, Randomhouse, Nueva York, 2009.
(3) "La justice refuse d'ouvrir une enquéte dans I'affaire des biens mal acquis", Le Mopde, 29 de octubre de 2009.
(4) tne New York Times, "Taint of Corruption Is No Barrier to U.S. Visa", lan Urbina, 16 de noviembre de 2009.
(5) "El Riggs Bank blanquea dictadores", Alain Astaud, Le Monde diplomatique en español, agosto de 2005.
(6) "Guinée équatoriale: des élites amassent les receltes de pétrole, selon un rapport", Martina Litvinsky, agencia IPS, 10 de julio de 2009. (7) La Tribune, "Argent public á usage privé", 4 de diciembre de 2008.
(8) Les Afriques, "Le chassé-croisé des compagnies", febrero de 2009.
De Le Monde Diplomatique