A
mediados de noviembre, la Policía Judicial registró en la Comunidad de Madrid
varios inmuebles que pertenecen presuntamente a la familia Obiang. Se han
encontrado documentos que acreditan el paso de familiares del dictador guineano
de manera regular por nuestro país.
La Policía Nacional registró a mediados de noviembre
varias propiedades ubicadas en Madrid que pertenecen a dos presuntos
testaferros del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang. Se trata de un matrimonio ruso detenido en Panamá, al
que se acusa de blanquear grandes cantidades de dinero procedentes de
"actividades delictivas y de corrupción política" en el país
africano. En los registros, la Policía Judicial ha localizado documentos que
acreditan una red opaca de inmuebles que la familia del dictador guineano tiene
en la Comunidad de Madrid.
Según fuentes policiales, la documentación incautada
constata el paso de familiares de Teodoro Obiang de manera regular por nuestro
país. Hay escritos y facturas que demuestran que
un familiar del dictador guineano se operó en España de un tumor por el que
tuvo que estar ingresado varios meses en España. Varios familiares más se
alojaron en estas propiedades, ubicadas en la Comunidad de Madrid durante el
tiempo que duró el tratamiento.
Los dos ciudadanos de origen ruso, propietarios de uno de
los inmuebles registrados, fueron detenidos a principios de
septiembre tras permanecer varios meses en paradero desconocido. La UDEF les acusó de ser los presuntos testaferros en
España de políticos de alto nivel en Guinea Ecuatorial.
Entre las operaciones localizadas por la Policía que
inculpan a esta pareja de ciudadanos rusos, está una en la que Obiang aparece
como firmante de la cuenta de petróleo de Guinea Ecuatorial desde la que se
movieron 700 millones de dólares procedentes de petroleras estadounidenses.
Entre los años 2000 y 2003, se realizaron un total de 13 transferencias por un
total de 26,4 millones de dólares a una sociedad panameña, Kalunga Company SA,
cuyos titulares eran el matrimonio ruso. El dinero se ingresó en una cuenta del
Banco Santander en las Palmas de Gran Canaria, donde residían los dos presuntos
testaferros.
Con estas actuaciones presuntamente delictivas, el
matrimonio ruso amasó un importante patrimonio. Antes de su huida de España en el año 2012, los Kokorev
contaban con seis propiedades en el país, tres en las Palmas de Gran Canaria y
tres en Madrid. Además, eran dueños de un complejo de 25 apartamentos en
Lanzarote, el Sands Beach Resort, que habían comprado en el 2006 a través de
otra empresa, Phase Invest, por cuatro millones de euros.
El caso recayó en la Audiencia Nacional ante la sospecha
de blanqueo de capitales mediante la utilización de sociedades pantalla y
transferencias a paraísos fiscales, pero
la Audiencia lo remitió a los juzgados de Las Palmas al entender que el delito
se había producido en esa provincia. Vladimir Kokorev siempre ha sostenido que
su dinero procedía de actividades pesqueras en Guinea Ecuatorial.