GuinGuibali-Javier Domínguez Reguero (Malaui)
La selección española de fútbol se mide este sábado en el
partido amistoso contra la selección de Guinea Ecuatorial, un país gobernado
por el dictador Teodoro Obiang y donde las vulneraciones de derechos humanos
son constantes.
Si La Roja va gratis a Malabo, habría que preguntarse por
qué la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) descartó a selecciones como
Gabón o Angola por no existir garantías de cobro.
Una vez confirmada la celebración del partido entre la
selección española y la ecuatoguineana, se comunicó que La Roja no cobrará
ninguna compensación económica por jugar en la capital del país gobernado por
el dictador Teodoro Obiang. Sin embargo, si es así y el equipo español va
gratis a Malabo, habría que preguntarse por qué la Real Federación Española de
Fútbol (RFEF) descartó a selecciones como Gabón o Angola debido a que no existían garantías de cobro.
La noticia fue recibida con expectación en la antigua
colonia española, aunque la RFEF parece no haber estado acertada en su
decisión. Guinea Ecuatorial es actualmente el tercer país productor de petróleo
en África. A pesar de ello, el 80% de su población apenas sobrevive con unos
escasos 2 dólares al día, apartada así del potencial de su territorio. Ante este
demoledor dato, Obiang, el gobernante más longevo de cualquier país del mundo,
y sus subordinados se dedican a intentar limpiar su imagen a base de fútbol.
Entre enero y febrero del pasado año, Guinea Ecuatorial
fue la encargada de acoger junto con Gabón la 28 edición de la Copa Africana de
Naciones de Fútbol. Ahora espera a la campeona de Europa y del mundo para jugar
en el "muy coqueto" Nuevo Estadio de Malabo, según comentó el cónsul
español en tierras ecuatoguineanas. El Gobierno de Guinea Ecuatorial vive tan
apartado de la sociedad que incluso puede permitirse repartir 5 millones de
euros a su equipo nacional si consigue la victoria contra España. Con el fútbol como excusa, Obiang
coloca a su país en la escena internacional mientras hace caso omiso a la
situación de la mayoría de la población.
Con un Parlamento donde el partido del dictador controla
99 de los 100 escaños, la política de Guinea Ecuatorial se basa en el pucherazo y en la persecución de la oposición, que no tiene más que exiliarse. El
Gobierno, además, realiza un férreo control a los medios de comunicación y la
censura es una herramienta activa. La libertad de expresión apenas tiene
espacio en un país que arresta a activistas a favor de los derechos humanos,
como le sucedió a Clara Nsegue Eyí, que fue puesta en libertad el pasado mes
tras ser detenida sin cargos en junio.
Todas estas informaciones son la evidencia de que Guinea
Ecuatorial haya sido la nación africana con menos visitas en 2012 de todo el
continente africano, según informó la Organización Mundial del Turismo (OMT).
Sin embargo, la corrupta dictadura ha pasado desapercibida para la Federación
Española de Fútbol.
La misma mañana en la que se confirmaba el encuentro, el
director del espacio deportivo de la Ser El Larguero, José Ramón de la Morena,
"volvía a las trincheras para enfrentarse a la RFEF" preguntándose
“¿Por qué Guinea?” . De la Morena explicaba que el país habría
confirmado el pago solicitado por España poniendo en duda de nuevo ese gesto
filantrópico de ir a jugar a Malabo sin cobrar.
Los informes sobre la violación de los derechos humanos en Guinea Ecuatorial son
clarificadores y describen el quehacer de una ilícita dictadura que lleva
asentada 34 años en el poder. La RFEF ha hecho oídos sordos al aceptar la invitación
del Gobierno ecuatoguineano acreditando de esta forma al régimen dictatorial.
Mientras, el 80% de la población verá cómo la selección
española de fútbol también se une a la pantomima montada por Obiang.