"El informe detalla
que el ataque fue a gran escala"
Por: Maria Ramírez (Corresponsal) | Nueva York
Casi un mes después del ataque, los inspectores de la ONU
confirmaron este lunes que más de 1.400
personas murieron el 21 de agosto a las afueras
de Damasco por los efectos del gas sarín. Por su
limitado mandato, los
expertos no pueden indicar quién es el culpable, si bien
aportan pruebas que apuntan
al régimen de Bashar Asad.
"Las muestras medioambientales, químicas y médicas
que hemos recogido aportan pruebas claras y convincentes de que se utilizaron
misiles tierra-tierra con el agente nervioso gas sarín en la región de Guta de
Damasco", dice el informe
publicado este lunes y basado en entrevistas y exámenes a más de 50 supervivientes,
médicos y personal de emergencias y en 30
muestras de sangre, orina y tierra.
La trayectoria de los misiles, desde las zonas dominadas
por el Gobierno hacia los barrios controlados por la oposición, el tipo de
plataformas para lanzarlos y las sustancias empleadas, son algunas indicaciones de que el origen del
ataque estuvo en el régimen.
En un gesto inusual, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon,
también aseguró el viernes que Asad "ha cometido crímenes contra la
humanidad" por los que un día será llevado ante la justicia. Este lunes
pidió represalias contra los culpables del ataque.
"La comunidad internacional tiene una
responsabilidad moral de pedir cuentas a los responsables y asegurarse de que
las armas químicas no pueden reemerger como un instrumento de guerra",
dice Ban en una nota al principio del informe. El secretario general de la ONU
subrayó que el uso de gas sarín es "un crimen de guerra" desde el
Protocolo de Ginebra de 1925.
El informe, centrado en los rastros del sarín y de los
misiles, no habla expresamente de culpables. Los inspectores se limitan a
decir: "Los
resultados nos dejan con la más profunda de las preocupaciones".
El 1 de septiembre, Estados Unidos ya anunció que los
expertos habían encontrado restos de gas sarín en los cuerpos
del personal de emergencias que había atendido a los civiles intoxicados. John Kerry, el
secretario de Estado, reveló este detalle, que encaja con anteriores ataques.
En abril, el gas sarín también fue el agente tóxico
empleado contra civiles en varias ofensivas de Asad, cuyo régimen tiene uno de los mayores arsenales químicos del mundo,
estimado por el Pentágono en más de
1.400 toneladas de agentes venenosos.
Los inspectores de la ONU concluyen que se utilizaron
armas químicas "contra civiles incluyendo a niños a una escala
relativamente grande". También es algo que ha repetido la Administración
Obama, que ha estado al borde de la intervención militar contra Asad por la
dimensión del ataque del 21 de agosto, aunque no fuera el primero.
Según los servicios secretos británicos, el régimen de
Asad ha usado sus armas químicas en al menos 14 ocasiones desde que
estalló la guerra civil en primavera de 2011.
El presidente de una comisión de investigación de la ONU,
separada de los inspectores y encargada de evaluar crímenes de guerra, dijo
este lunes en que Asad debe ser castigado por la masacre de civiles. El
portugués Paulo Sergio
Pinheiro, que lidera este grupo con sede en Ginebra, dijo que
Asad ha cometido "crímenes contra la humanidad!, cosa que no se puede
imputar a los grupos opositores porque "no
hay una cadena clara de mando".
Sin embargo, los
castigos a Asad son improbables ahora que la Administración
Obama y sus aliados europeos negocian con él la entrega del arsenal
químico de sustancias prohibidas.
Tras el acuerdo entre Estados Unidos y Rusia el sábado, el Consejo de Seguridad de la ONU se
prepara para debatir una resolución sobre la destrucción de
arsenal de gas sarín y otras sustancias en poder de Siria. El texto podría
estar listo a finales de esta semana y exigirá al régimen identificar sus armas
y cooperar para su traslado y destrucción. Por deseo de Rusia, la resolución
no contendrá ninguna referencia a una amenaza militar si Siria no cumple con el
trato.