domingo, 2 de diciembre de 2012

Rafael Evita Ika: Un maquiavélico plan para callar a Ngôlôkôdî

Ngôlôkôdî hablaba y hablaba y eran tantos los problemas que estaba causando el bocazas al gran Rey de la tribu de los hombres gorila, convencido de la incapacidad de sus ministros que no conseguían corromper y callar a
 
Ngôlôkôdî, que el temible gran Rey de la tribu de los hombres gorila convocó una junta general del Estado de los hombres de la tribu gorila, para buscar una solución.
Llegaron de todo el país de los hombres de la tribu gorila, miles destinados en el país de los hombres del mar para su alienación, así como 3 hombres de la tribu de los hombres del mar, bajo el síndrome de Estocolmo, defensores de la represión contra su propio pueblo de los hombres de la tribu gorila. Sentados todos los personajes, atentos y esperando, apareció de entre unas pesadas cortinas el gran Rey de la tribu de los hombres gorila y se levantaron todos los emisarios como máquinas reverenciándolo,  todos al mismo tiempo agachando sus cabezas en señal de sumisión al gran Rey.  

-¡Esto debe terminar!- furioso declaró el gran Rey de la tribu, mientras lento caminaba dejando su trono detrás de él. Los ministros y convocados se miraron entre ellos perdidos, cuando de nuevo intervino el gran Rey de la tribu de los hombres gorila:- Ese insignificante hombre puede con todos vosotros- Acto seguido sentenció:- Ngôlôkôdî habla y habla, y ninguno de vosotros mis ministros de la tribu de los hombres gorila, con todo el dinero y poder que os he dado, sois capaces de comprarle, decir algo para que se calle.
-¡Enselensia! (Excelencia)- trató de llamar la atención del gran Rey de la tribu de los hombres gorila, uno de sus esbirros ministros. El ministro de relaciones con la tribu de los Búhos, encargados por la Comunidad Internacional para observar cuanto sucedía en el país de los hombres del mar.
-¡No me interrumpas!-decepcionado recriminó el gran Rey a su ministro, para seguido agregar:-Quiero soluciones inmediatas o empezarán a rodar cabezas- y finalmente zanjó:- Esas cabezonas que lleváis sobre los hombros, que parecen serviros solo para sombreros- seguido, giró sobre sus talones, ahora de espaldas a ellos, volvió a  caminar despacio yendo a ocupar su trono, cuando, sin mirar siquiera hacia ellos y de manera despectiva, levantó el brazo izquierdo y pronunció en tono de pregunta:-Tú mi ministro de relaciones y control de la tribu de los hombres Búhos, ¿que ibas a decir?
Las miradas del hemiciclo se dirigieron hacia el ministro de relaciones con la tribu de los Búhos; emisarios de los países desarrollados delegados para observar el desarrollo de los eventos en el país de los hombres del mar.
-Ejem…, ejem..., por dos veces seguidas tosió el ministro, a continuación  se levantó de su asiento, antes de que se sentase el temido gran Rey de la tribu de  los hombres gorila, para acto continuo anunciar:- ¡Tengo un plan Enselensia!...
-¡Ohhhhhh!- exclamaron todos los presentes, al valor del ministro de la tribu de los hombres gorila encargado de controlar a los hombres de la tribu de los Búhos, porque aquello detuvo el caminar del gran Rey, quien permanecía de espaldas; bruscamente giró la cabeza y la mirada hacia la posición ocupada por el ministro. Seguido, un silencio se apoderó del hemiciclo, mientras presumido, mirada fija en el gran Rey de la tribu, era invitado el ministro por un gesto de mano del gran Rey a que revelara el plan:
-¡Dupliquemos a Ngôlôkôdî!- anunció el ministro, extendiendo sus brazos…
¿Queeeeeeeeeeeee?- al unísono preguntaron todos los presentes, incluso el gran Rey, que además frunció la frente ante el anuncio del ministro. Acto seguido, el ministro delegado de relaciones del Estado viendo el gesto del gran Rey, dirigió la mirada hacia él pidiendo permiso para acercarse hasta este, petición que asintió el temido  Rey con un gesto de la cabeza. De su asiento se levantó seguido el ministro de relaciones con el Estado  y se acercó hasta el gran Rey  y le susurró al oído:
-Enselensia (Excelencia), ese hombre es nuestro flamante ministro, que ha mantenido muy bien al margen  y alejados a los hombres de la tribu de los Búhos de nuestros asuntos internos- Seguido agregó muy convincente:- Podría tratarse de una propuesta interesante- continuo añadió tratando de minimizar consecuencias al asunto:- En todo caso enselensia, nada perdemos por escucharle-para finalmente agregar:- Es mi hijo Enselensia; un hombre de casa.
-¡Habla!- exigió el gran temido Rey al ministro, que relajado relató su gran plan, ante las expectantes miradas de todos:
-Se trata de que a uno de los nuestros disfracemos como Ngôlôkôdî  y le introduzcamos en el país de los hombres de mar- su relato estaba llamando a la atención de los asistentes, cuando preguntó el gran temido Rey de la tribu de los hombres gorila:
-¿Yyyyyy..., que más?- haciendo que las miradas que estaban centradas en el ministro, se volcaran esta vez al temido Rey por unos segundos, para seguido, volverlas hacia el ministro, que no hubo desglosado con detalle su plan, y prosiguió:
-Primero, pediremos a nuestros servicios secretos en el país de los hombres del mar, que averigüen sobre el terreno por qué zona anda predicando su doctrina de libertad el intransigente brujo Ngôlôkôdî- el ambiente en el hemiciclo comenzó a distenderse, mientras el flamante ministro continuo su relato:- Una vez que tuviéramos dicha información, a nuestro Ngôlôkôdî enviaríamos a otra zona del país de los hombres del mar, para que deshaga el trabajo que está realizando ese maldito Ngôlôkôdî, que tanto ha  animado a los hombres del mar a desafiarnos, poniéndose en contacto con los hombres de la tribu de los Búhos, que tienen por misión observar cuanto acontece en el país de los hombres del mar.
Un murmullo generalizado se acaparó del ambiente. Unos elogiando la idea del flamante ministro e indicando con sus gestos satisfacción, otros aplaudiendo ligeramente hasta que…:
-¿Y cómo piensas hacerlo?- inquirió curioso el gran Rey de la tribu al flamante ministro, este relajado por el efecto causado por su propuesta en el hemiciclo, relató como sigue la segunda parte de su plan:
-Una vez nuestro hombre camuflado bajo con  disfraz  de Ngôlôkôdî y en el país de los hombres del mar, se encargará de desacreditar a Ngôlôkôdî- atónitos los presentes y antes de que formulase nadie otra pregunta, aclaró el flamante ministro:-Haremos que a nuestro Ngôlôkôdî se le  vea en compañía de nuestros Comisarios de represión en el país de los hombres de la tribu del mar y aparentemente satisfecho- finalmente zanjó:- Haremos que discretamente a nuestro Ngôlôkôdî se le vea recibiendo un paquete sospechoso; que aparente un soborno. Seguido,  deberá nuestro Ngôlôkôdî hacerse el emborrachado al extremo de perder la cabeza, incapaz de hablar  y quedar dormido en la calle.
-Y…., - aparentemente confuso pareció querer preguntar algo el ministro de relaciones con el Estado, pero optó por pedir nuevamente permiso al temido gran Rey, que consintió con la cabeza la petición, causando con ello que prosiguiera el  ministro de relaciones con el Estado y cuestionara:- ¿Borracho y tirado en la calle nuestro Ngôlôkôdî….?- seguido, vaciló unos segundos y zanjó en tono de pregunta:- ¿No le será robado el dinero?
-Está todo fríamente calculado-aseguró el flamante ministro de relaciones con los hombres de la tribu de los Búhos, para seguido exponer:- De manera muy discreta, los nuestro estarán siempre cerca- lo que no terminaba de aclarar la situación, por lo que aclaró:- Borracho nuestro Ngôlôkôdî, los nuestros actuando como delincuentes le arrebatarán el dinero y se lo llevarán.
-¡Hagamos la Paz con los hombres del mar!- bruscamente interrumpió otro ministro. Esta vez, el ministro de la sociedad, que asombrado escuchaba las maquinaciones del flamante ministro contra Ngôlôkôdî- creando otro murmullo general que precedió a sus palabras y los presentes en  sala miraron hacia él. Sabedor de su osadía, interrumpiendo al temido gran Rey de escuchar al flamante ministro, se levantó de su asiento el ministro de la sociedad jugándose el todo y continuó firme su alocución:- Es insostenible la situación creada por las palabras de Ngôlôkôdî  - y para de alguna manera llamar a la serenidad y al sosiego entre los presentes aseveró:- las palabras de ese pequeño hombre que llaman Ngôlôkôdî son muy grandes,  no solo han calado profundamente en los hombres de la tribu del mar- antes de que continuase, fue interrumpido por voces proclamando:
-¡Que sea quemado vivo Ngôlôkôdî...!- pese al alboroto que no permitía hablar al ministro de la sociedad, este alzó su voz y gritó:
-¡No podemos tocar a Ngôlôkôdî!- con ello, consiguió callar a todos y prosiguió:- Hemos violado todas las Constituciones de nuestro país, hemos firmado pactos internacionales que no hemos respetado, además en estos instantes, estamos pidiendo ayuda a la Corte Internacional de Justicia, para parar la orden de busca y captura de nuestro  Vice-Presidente II. Hay varias y  muy nutridas delegaciones de hombres y mujeres de la tribu de los Búho observando cuanto acontece en el país de los hombres del mar- seguido repitió convincente:- ¡No podemos tocar a Ngôlôkôdî! Ante esos enormes ojos de los hombres de la tribu de los Búhos, que observan- consiguiendo de ese modo calmar la furia generada por sus palabras anteriores.
El ambiente parecía controlado por el ministro de la sociedad, con lo que  pudo éste seguido, agregar en tono muy suave:- Las palabras de Ngôlôkôdî  además, están llegando y calando en nuestros propios hijos; hijos de los hombres de la tribu gorila afincados en la tierra de los hombres del mar, hijos de muchos de los aquí  presentes y lo sabemos- acto seguido, continuó pero esta vez con tono muy afligido:- Estos hijos nuestros, han comenzado a hacernos preguntas muy incómodas sobre la verdad de lo sucedido en el país de los hombres de la tribu del mar- finalmente resolvió enérgico:- ¡Es hora ya de sentarnos y de hacer la Paz! La sentada de los Pueblos para alcanzar esa paz  que tan insistentemente piden desde años los hombres de la tribu del mar a través de  Ngôlôkôdî, porque se ha traducido en una coalición que llaman CEIBA, en la que participan nuestros propios hijos; hijos de algunos aquí presentes.
Un profundo silencio con olor a pánico precedió al discurso del ministro de la sociedad, interrumpido al minuto y medio por la intervención del temible gran Rey de la tribu de los hombres gorila:
-¡Interesante intervención!- indicó el temido Rey, por la alocución del ministro de la sociedad, mientras con gestos y movimientos de la cabeza  de izquierda a derecha, indicaba no aprobar la propuesta. Como dejando de lado la iniciativa de su ministro de la sociedad, sin más dilación, de nuevo retomó la propuesta de su flamante ministro preguntándole:- ¿Qué se supone que le pasará a nuestro Ngôlôkôdî cuando despierte de la santa borrachera?- Sin titubear y muy firme respondió el flamante ministro de relaciones con la tribu de los Búhos:
-Una vez le hayan arrebatado el dinero, al lugar llegaría nuestra Policía represiva de una de las múltiples Comisarías que tenemos diseminadas en el país de los hombres del mar. Simularán arrestarlo y lo conducirán hasta la Comisaría, donde será despojado del disfraz de Ngôlôkôdî y puesto a descansar hasta el día siguiente, que ya sin disfraz de Ngôlôkôdî, saldrá tranquilo de la Comisaría.
- ¡Viva la tribu de los hombres gorila! Proclamó el temible gran Rey, indicando acertado el maquiavélico plan del flamante ministro, a quien indicó que tenía luz verde para desarrollar su plan con prioridad absoluta del Estado. A continuación, se levantó el temible Rey de su trono y pronunció muy alto:- ¡Por fin!..., por fin, una cabeza que piensa entre mis ministros- para seguido, indicar señalando con el dedo al flamante ministro, zanjar:- Te haré mi primer ministro de la tribu de los hombres gorila, si tu plan consigue desprestigiar a Ngôlôkôdî y callar su voz.
Continuará, con “las aventuras del Ngôlôkôdî de los hombres de la tribu gorila, en el país de los hombres del mar”
Rafael Evita Ika
Presidente de Etômbâ â Ndôwé