El pasado 11 de Febrero, mientras Egipto y Túnez vivían una auténtica revolución, en Guinea Ecuatorial, el gobierno prohibió informar sobre esos acontecimientos al ente público Radio Televisión
de Guinea Ecuatorial (RTVGE) por miedo a que el movimiento de protesta se pudiera contagiar a la sociedad guineoecuatoriana. Todo el personal de este ente público recibió instrucciones directas del ministro de información para que no informaran sobre lo que sucede en Túnez y en Egipto.
Podríamos especular sobre el corte o no de Internet en el país, sin embargo la relevancia de tal afirmación no cambiaría nada; puesto que las últimas estadísticas indican que sólo el 2% de la población en Guinea Ecuatorial tiene acceso a Internet.
La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) indica que en Guinea Ecuatorial no existe prensa privada; y los periodistas de los medios estatales están obligados a reproducir la propaganda oficial,
proveniente del Ministerio de Información que está “plagado” de miembros del “rodillo” Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) en el poder. Es evidente que el papel de dicho ministerio es
impropio a su función, puesto que funciona como órgano regulador de los medios de comunicación,
cuando esta función debería ejercerse desde la pluralidad y no desde el partidismo trasnochado.
El flamante presidente de turno de la Unión Africana no comenta ni se pronuncia sobre las rebeliones en el Norte de África. Las agendas internacionales de la Unión Europea y del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas llevan escrito en letra roja las revoluciones que barren como un reguero de pólvora el
norte de África. Pero la inactividad y el silencio que embarga al novísimo presidente de la UA, organismo representativo del continente donde se han generados las revoluciones no sabe, no contesta ni se pronuncia. Ahora verán, los que han permitido a este sanguinario, asesino y cleptócrata dictador
lo inútil que puede llegar a ser; inutilidad que suele suplir por gritos a sus subordinados lo que suele terminar casi siempre con algún asesinato.
Treinta y dos años después de su golpe de Estado, este cobarde general nunca ha opinado sobre nada.
Cuando todos los pueblos oprimidos de África se están congratulando con estas revoluciones, él
prohibe a los medios de comunicación de Guinea Ecuatorial informar sobre estos importantísimos cambios. Es más, tiene miedo a dejar paso al futuro; prefiere mantener su bota pisándo la cabeza del pueblo de Guinea Ecuatorial. Su ineptitud le impide ver lo irreal que pueden llegar a ser sus planes de mantenerse eternamente en el poder o de “legarlo” en herencia a su vástago inútil.
En la UA. el general Obiang es el representante del “lobby” que apoya a los dictadores; ese “lobby” que se ha quedado sin palabras ante los acontecimientos en curso en Libia y que, trabajan en la sombra para dar al traste con las esperanzas de los libios. Este déspota encabeza el “lobby” proGadaffi,
lo que explica su silencio. Este es el augurio de que no dudaría en utilizar al ejército para masacrar al pueblo, con tal de eternizarse en el poder por los siglos de los siglos.
MaBàlle maa Joba
de Guinea Ecuatorial (RTVGE) por miedo a que el movimiento de protesta se pudiera contagiar a la sociedad guineoecuatoriana. Todo el personal de este ente público recibió instrucciones directas del ministro de información para que no informaran sobre lo que sucede en Túnez y en Egipto.
Podríamos especular sobre el corte o no de Internet en el país, sin embargo la relevancia de tal afirmación no cambiaría nada; puesto que las últimas estadísticas indican que sólo el 2% de la población en Guinea Ecuatorial tiene acceso a Internet.
La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) indica que en Guinea Ecuatorial no existe prensa privada; y los periodistas de los medios estatales están obligados a reproducir la propaganda oficial,
proveniente del Ministerio de Información que está “plagado” de miembros del “rodillo” Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) en el poder. Es evidente que el papel de dicho ministerio es
impropio a su función, puesto que funciona como órgano regulador de los medios de comunicación,
cuando esta función debería ejercerse desde la pluralidad y no desde el partidismo trasnochado.
El flamante presidente de turno de la Unión Africana no comenta ni se pronuncia sobre las rebeliones en el Norte de África. Las agendas internacionales de la Unión Europea y del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas llevan escrito en letra roja las revoluciones que barren como un reguero de pólvora el
norte de África. Pero la inactividad y el silencio que embarga al novísimo presidente de la UA, organismo representativo del continente donde se han generados las revoluciones no sabe, no contesta ni se pronuncia. Ahora verán, los que han permitido a este sanguinario, asesino y cleptócrata dictador
lo inútil que puede llegar a ser; inutilidad que suele suplir por gritos a sus subordinados lo que suele terminar casi siempre con algún asesinato.
Treinta y dos años después de su golpe de Estado, este cobarde general nunca ha opinado sobre nada.
Cuando todos los pueblos oprimidos de África se están congratulando con estas revoluciones, él
prohibe a los medios de comunicación de Guinea Ecuatorial informar sobre estos importantísimos cambios. Es más, tiene miedo a dejar paso al futuro; prefiere mantener su bota pisándo la cabeza del pueblo de Guinea Ecuatorial. Su ineptitud le impide ver lo irreal que pueden llegar a ser sus planes de mantenerse eternamente en el poder o de “legarlo” en herencia a su vástago inútil.
En la UA. el general Obiang es el representante del “lobby” que apoya a los dictadores; ese “lobby” que se ha quedado sin palabras ante los acontecimientos en curso en Libia y que, trabajan en la sombra para dar al traste con las esperanzas de los libios. Este déspota encabeza el “lobby” proGadaffi,
lo que explica su silencio. Este es el augurio de que no dudaría en utilizar al ejército para masacrar al pueblo, con tal de eternizarse en el poder por los siglos de los siglos.
MaBàlle maa Joba