Ciudad Vilangwa
Durante la
época o tiempos de la esclavitud que recordamos todos, de cuando los africanos
eran sacados de sus países originales para ser trasladados a las Américas como esclavos
en el negocio de la trata de negros; un cruel método practicado durante siglos
por muchos seres humanos que no entendían de la dignidad del hombre, y no solo
del africano en particular, si no, del ser humano en general. Vemos que,
afortunadamente, hubo personas, hombres y mujeres de bien que alzaron sus voces
para denunciar prácticas abominables de unos seres contra otros, con el
propósito de ser mas humanos que otros; incluso atreviéndose a denunciar a
aquellos que llamaban inferiores a los que no tenían ciertas características
similares a las de ellos.
Como iba
diciendo, hubo hombres visionarios que se atrevieron a poner fin en sus países
a tan aberrante situación. Entre ellos podemos citar a que fuera presidente de
los EE. UU. Abraham Lincoln, quien abolió la esclavitud, y el no menor caso de
Sur África en el cual una minoría blanca practicara con la mayoría negra el tan
terrible apartheid. Ambos casos son de una clara segregación racial donde todos
estos métodos eran permitidos con la única finalidad de eliminar, neutralizar,
denigrar, destruir y acallar a la población negra. Donde muchos cuestionaban y
debatían si el hombre negro era un semejante, si este carecía de alma, y, si la
tenía por esas casualidades, era inferior a la de los hombres blancos, que
predicaban su supremacía por, afirmando que los negros “no eran obra de dios” Decían unos y otros,” y si lo son, los hizo
inferiores a nosotros” por lo tanto no sufrían ni padecían, amén de otras
teorías.
No menos
importante fue la aportación de Fredeerik de Klerk que junto al presidente
Mandela se sentaron a reconstruir abriendo un debate en el país acerca de la
reconciliación y el reconocimiento del daño causado a la población negra.
Tenemos también el caso del periodista y activista surafricana Hellen Zille que
denunció el asesinato de Steve Bikó entre otros.
¿Por qué? Nos
preguntaremos, ¿todos los citados hasta este momento son de raza blanca? Cuando
Tata Madiba (Nelson Mandela) acababa de ser condenado a cadena perpetua,
recordemos el discurso del senador Kennedy en el 1966 en pleno apogeo del
apartheid, cuando dijo: “Cada vez que un hombre por una idea actúa
para ayudar a otro o se rebela ante la injusticia, ésta genera una ola de
esperanza”.
¿Por qué? Me
preguntaba muchas veces: ¿por qué en Guinea Ecuatorial se están repitiendo las
mismas injusticias contra las que lucharon estos hombres? Porque el pueblo Fang
con su mayoría absoluta está sometiendo al resto de los pueblos. Recordemos que
Guinea Ecuatorial fueron territorios que se unieron en un momento de su
historia bajo una administración y en la cual cada pueblo aportaba lo que hoy
conocemos como tal estado, sin que ninguno se sintiera con el derecho de ser
más que otro. El tiempo nos invita a cambios. Es un momento para la reflexión y
para poder decidir entre todos nuestros pueblos qué futuro queremos para
nosotros. Sólo así África y sus pueblos avanzaremos, reconociéndonos y
respetándonos mutuamente. Está corriente del reconocimiento de los pueblos está
siendo apoyada por reconocidos africanistas que creen al igual que el pueblo
Ndowé que la solución de los conflictos de África se resolverá cuando demos
protagonismo a todos los pueblos, sólo así saldremos los africanos de este
bucle que se repite. Son tiempos de incertidumbre, confusos pero también
tiempos de esperanza que nos empujan a abrirnos y a solucionar nuestras
diferencias; a cambiar la historia de África y la de Guinea Ecuatorial.
Es importante
también educar a nuestros hijos en la historia para poder prevenir que se
repitan errores anteriores y más importante aún es que no se tergiverse ésta.
Yo
personalmente invito al pueblo Fang a hacer un ejercicio de empatía y que
intenten ponerse en nuestra situación y a que de alguna manera se empiecen a
hacer iniciativas, ya sea a nivel gubernamental, de asociación o de manera
individual, a que sean solidarios con los pueblos excluidos y marginados Ndowé,
Bubi, Ambo y Bisió, cuyos derechos son pisoteados en Guinea Ecuatorial.
Vivimos en un
país rico, con una gran historia y tenemos recursos suficientes para garantizar
el estado del bienestar para todas las personas sin discriminar a nadie por
razones de procedencia o pertenencia o no a un pueblo, etnia, tribu, clan, raza
o religión. Por ello, les invito a que rescribamos nuestra historia y no
tengamos miedo a embarcarnos en un gran viaje hacia el futuro ya que de este
dependerán las acciones que tomemos en el presente.
Tengamos
pues esperanza en que llegue la reconciliación y la concordia.