jueves, 24 de octubre de 2013

Rafael Evita Ika: Parte I- En el sueño de Ngôlôkôdî, el noble Pueblo Fang había salvado a Guinea Ecuatorial de la escisión


Tras el fracaso de “Otugu-tugu”, el falsificado y torpe Ngôlôkôdî del gobierno de la tribu de los hombres gorila en la ciudad de los hombres del mar tratando de suplantar la identidad de Ngôlôkôdî para manchar su reputación, consciente de la gravedad de la situación, Ngôlôkôdî no hubo vuelto a aparecer ante la gente; incluso había rumores infundados que apuntaban hacia la dirección de que, asustado hubiera huido del país. Lejos de los murmullos, Ngôlôkôdî seguía allá organizando a su Pueblo para la gran prueba final y durante esos meses tuvo un sueño, en el que volvía a aparecer en público. En su sueño, el minúsculo y valiente hombre de la tribu de los hombres del mar Ngôlôkôdî, seguro de sí se dirigió hasta el lugar más concurrido por personas de la tribu de los hombres gorila y, se subió al estrado reservado únicamente para el gran Rey de la tribu de los hombres gorila en la Plaza más importante de la capital del ocupado país de los hombres del mar. Plaza renombrada burlescamente o, cínicamente por los hombres de la tribu de los hombres gorila como la Plaza de la “LIBERTAD” ya que ninguna libertad había en los territorios ocupados y, procedió a llamar la atención del público que mayoritariamente era compuesto por colonos de la tribu de los hombres gorila, al dirigirse hasta el mástil en cuyo alto ondeaba la bandera nacional, la bajó y la pisoteó ante las miradas atónitas de todos.-

¡Ohhhh!- exclamaban algunos…

- ¡Se ha vuelto loco!- proclamaban otros, mientras precedían murmullos y, Ngôlôkôdî sereno aseveraba:

- Cuando decidimos hacer un país de nuestros territorios, nos sentamos todos; nosotros los hombres del mar, los hombres de las montañas, los hombres de la tribu de los hombres gorila, los hombres de sangre de ballena, nuestros amigos los hombre de la tribu Ntumba quar y confeccionamos una bandera que nos representaba a todos. Aquella bandera se izó por primera vez a este mástil aquel día 12 de octubre de 1968.

-Colgarle hasta la muerte- exigieron furiosos algunos hombres y mujeres de la tribu de los hombres gorila, mientras otros pocos entre sus dientes presagiaban en voz alta:

-Este loco acaba de firmar su sentencia de muerte, porque de esta no se salvará.- Pero, Ngôlôkôdî, tranquilo y sereno prosiguió:

-NO! Hermanos, no estoy loco como piensan algunos-aseguró Ngôlôkôdî el pequeño gran hombre de la tribu de los hombres del mar. Seguido matizó tranquilo y relajado:- Esta no es nuestra bandera- creando confusión entre los presentes.

Algunos enfurecidos proclamaron que era demasiado el atrevimiento de Ngôlôkôdî, que se había excedido y pedían que ese loco fuese inmediatamente bajado de ahí y escarmentado por haber osado pisotear la bandera nacional de la República. Sonriente mientras Ngôlôkôdî los miraba revueltos  prácticamente enfurecidos y continuó:

- Aunque les cueste entenderlo, esta bandera del suelo no es nuestra bandera- Acongojados los hombres de la tribu de los hombres gorila gritaban expresando con los brazos signos de violencia una y otra vez exigiendo:

- ¡BAJADLO, BAJADLO DE AHÍ Y DÉMOSLE UN ESCARMIENTO, ARRANCÁNDOLE LAS UÑAS DE UNA EN UNA PARA QUE SUFRA Y APRENDA A RESPETAR EL SÍMBOLO NACIONAL Y FINALMENTE FUSILÉMOSLE AQUÍ MISMO ANTE TODOS!

Todo parecía estar sentenciado para Ngôlôkôdî, cuando pidió atención a los congregados y aseveró seguido:- Al menos, esta bandera que estoy pisoteando no tiene los colores de aquella bandera que izamos aquí en esta Plazas aquel día 12 de Octubre de 1968- seguido, Ngôlôkôdî metió la mano en el bolso de plástico que traía y de él extrajo otra bandera de características similares a la que hubo bajado del mástil y que estaba pisoteando. Acto seguido, desplegó la bandera que se habría traído y la levantó con la mano derecha, para seguido añadir en voz alta:- Aquella bandera que izamos todos aquel día 12 de Octubre de 1968 como símbolo de nuestra libertad y que preconizaba UNIDAD, PAZ Y JUSTICIA para todos, es esta que les estoy mostrando.- Un silencio cómplice se apoderó del tumulto, mientras Ngôlôkôdî se agachó, recogió del suelo con la mano izquierda la bandera que antes pisoteaba y mostró seguido ambas manos al público diciendo:- Comparen señores, los colores de las dos banderas- y exigió seguido:- Díganme ustedes ¿cuál de las dos es la bandera Nacional?- El mutismo precedió a la pregunta de Ngôlôkôdî, quien seguido, al suelo arrojó de nuevo la bandera de colores cambiados. Sereno, amarró su bandera a las cuerdas del mástil y mientras la izaba dacia en voz alta:- Esta que estoy izando sí es nuestra bandera; esta sí es la bandera de la República de Guinea Ecuatorial- los presentes admirados, confusos se miraban entre ellos y un murmullo generalizado menos agresivo precedía a las palabras del atrevido Ngôlôkôdî, hombre de la tribu de los hombres del mar.

Continuará

Rafael Evita Ika
Presidente de Êtômbâ â Ndôwé- Partido del Pueblo Ndowé.