Terminábamos la par I de este artículo preguntando ¿A qué
distancia está Guinea Ecuatorial de ser un agujero sin ética, sin moral,
salvaje, prehistórico, brutal, tiránico, abusivo e incongruente?
Pues bien, si analizamos con frialdad lo que ocurre en
Guinea Ecuatorial, nos encontramos con que todo tiene su origen en el
comportamiento de las fieras, animales
libres en la naturaleza, o en cautividad que no son susceptibles de
domesticación. Vamos a aclararnos: Los gobernantes del país han creado una especie
de doctrina que ha pasado por alto la creación de un dogma o, el seguimiento de
otro preestablecido que verifique afirmaciones o juicios determinados. Una
sentencia ética, juicio moral o declaración normativa, que determine o contenga
términos tales como "bueno", "malo", "correcto", "incorrecto",
"obligatorio", "permitido", etc., referidos a una acción,
una decisión o incluso también las intenciones de quien actúa o decide algo. No
existe medio para la valoración moral de las personas, situaciones, cosas o
acciones, porque se han asegurado de que no exista forma humana, por ejemplo
parámetros lógicos de establecer juicios morales, por ejemplo, "Eso es malo",
"no se debe matar", etc., con lo que en las actuaciones generales no
aparecen términos como: "malo",
“bueno”, "no se debe", etc., que implican valoraciones de tipo moral.
En la Guinea Ecuatorial de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, no
hay reglas o normas por las que se rige la conducta o el comportamiento de los gobernantes en relación a la sociedad. Por ejemplo,
habiendo tribunales, jueces, Consejo Superior del Poder Judicial, el
vicepresidente II ordena por el motivo que sea el encarcelamiento de un juez y
se produce, sin que nadie diga “no se debe” y de eso, se ha contagiado después 45 años
a la sociedad, porque los gobernantes han convertido esa perspectiva como lo
que deben de hacer los hombres y mujeres
del país para conservar una estabilidad muy personal, dejando a la sociedad en
una posición de inexistente.
Es tan nula la valoración moral de la tiranía de Guinea
Ecuatorial que, hacia el año 2010, una supuesta empresa de nombre ENPIGE dirigida por uno de los tantos
sobrinos del tirano proponía la construcción de viviendas valoradas en seis
millones de cfas en la zona de Buena Esperanza (Malabo), previo pago de una
entrada de un millón y medio de francos. Más de 3,000 familias abonaron la
entrada, bajo la promesa de recibir las llaves en 2 años. Sin embargo, el 1 de
febrero 2013, eran convocadas las personas esperanzadas de recibir sus viviendas, para decirles con toda
la cara dura del mundo, que no iban a
tener viviendas y que habían perdido el dinero anticipado. Ocurre que
entre el sobrino, ministros del dictador y él mismo, tras terminar la construcción
de las viviendas, las adjudicaron a sus familiares, amigos y amantes. Ante
la desesperación de los estafados y el revuelo creado, salió a la palestra el mismísima
delincuente mayor de la cofradía del robo Obiang Nguema a prometer a los
estafados, que él mismo les entregaría
las llaves de sus viviendas en 6 meses; o sea en agosto. Pues bien, aquí estamos
en septiembre del 2013, siete meses
después de aquella falsedad del presidente, algunas personas no puede siquiera
hacer preguntas porque serían detenidas, mientras para otras, es muy normal lo
sucedido. El mismo Teodoro Obiang Nguema Mbasogo avaló el crimen de la
estafa y como buen mentiroso, ha vuelto a mentir a más 3,000 familias que
entregaron un millón y medio a su sobrino, porque a la fecha, no les ha
entregado nada.
Teodoro Obiang Nguema Mbasogo y los que con él mal
gobiernan Guinea Ecuatorial, en el
desarrollo de sus principios absolutistas y delictivas, han implantado la inmoralidad y la falta de ética como medios para alcanzar
sus objetivos; han destruido todos los principios racionales que
determinaban las acciones éticamente correctas y las acciones éticamente
incorrectas y con ello, han destruido el tejido cultural de la sociedad, convirtiendo el país en un agujero sin ética, sin moral, salvaje,
prehistórico, brutal, tiránico, abusivo e incongruente.
Rafael Evita Ika
Presidente de Etômbâ â Ndôwé