Por:
Severo-Matías MOTO NSA, Periodista, político guineo y opositor al régimen
dictatorial de Obiang Nguema.
(Una aportación a la
HISTORIA)
“¿En qué mundo
estaremos viviendo, donde asesinar a seres humanos, como hace Obiang Nguema, es
menos importante que robar y vaciar las arcas del país, como lo está haciendo
Obiang Nguema?
MI CONVERSACIÓN, EN
LA CARCEL DE BLACK BEACH, CON DON JOB OBIANG MBA
Don Job Obiang Mba
–me llamaba siempre “amigo”, por razones de tribu “esaguong”- era una eminente
personalidad cultural; ilustrado, intelectual (Maestro Diplomado de la Escuela
Superior Indígena (Malabo) y luego, Maestro de Primera Enseñanza, por la
Escuela Normal del Magisterio (La Salle) de Bata; donde compartimos aulas y
profesores.
Era, entre otros, uno
de los valores culturales, profesionales, humanos y, finalmente políticos que
el Distrito de Mongomo podía exhibir en el conjunto de VALORES de que disponía
Guinea Ecuatorial, al acceder a la independencia. Don Job Obiang Mba,
pertenecía al nutrido y selecto grupo de personas cultas y preparadas que el
régimen de Macías Nguema y Obiang Nguema, bautizaron como “ESTA CLASE DE
GENTE” (que no cabían en el régimen de violencia e incultura institucionalizado
en Guinea Ecuatorial, al acceder el país a la independencia); y que
constituyeron la base de los asesinatos, masacres y genocidio intelectual
(Masacre de NGOL’AYOP) que el Teniente Coronel y Jefe supremo de las cárceles
guineanas, Obiang Nguema, desarrolló, a la sombra de su tío Macías
(11 años); y en solitario (33 años…)
Como señalé en la
segunda entrega, estábamos los presos políticos hacinados y sentados en el duro
suelo de la sala más grande de Black Beach.
Don Antonio Nkulu Oye
y yo, habíamos sido trasladado de la cárcel Modelo de Bata, al infierno
de Black Beach, donde casi se percibía todavía el olor de la sangre vertida
en la famosa noche infernal del BAILE DE MOKÖM, y las comentarios se
centraban en el mismo tema: sobre los muertos y sobre los que se salvaron de la
masacre, y permanecían en las celdas. Todavía ONDO ELA se movía, como un
destartalado tanque vetusto y arrugado; mordiendo sus encías vacías; luciendo
su sable y exhibiendo un gigantesco perro asesino. Todavía no me habían
recluido entre los demás presos, en la finca de Aleñá, propiedad de Obiang
Nguema, donde me encontraría con un nutrido grupo de “ESA CLASE DE GENTE”.
OLEGARIO (Un elegante y acicalado guardia colonial- con su fino bigote siempre
bien arreglado, su uniforme impecable y sus botas brillantes, coronado todo por
una pistola gigantesca y una espada bien afilada) aún estaba recibiendo
instrucciones para suplir a ONDO ELA. Puede afirmarse que tras la terrible e
infernal masacre del BAILE DE MOKÖM, Black Beach pareció abrir un paréntesis. Y
las visitas del supremo Jefe de las cárceles, Teodoro Obiang Nguema empezaron a
ser periódicas; no diarias, como antes.
Aquel día anunciaron
que los de las celdas iban a salir a vaciar sus latas y cajas de heces y
hacer “pis” en las letrinas de la sala grande donde nos hallábamos.
Efectivamente. Los
presos fueron desfilando, ante nuestros desorbitados ojos. Don Job Obiang Mba,
entró en las letrinas; y a su salida, coincidieron nuestras miradas.
Valiente y atrevido me invitó a sentarme a su lado durante el tiempo que
tardaron en volver a las celdas.
- Amigo. ¿Cómo estás?
Así que te han traído aquí también. Ya me enteré de tu caso.
- Sí. ¿Y tú como te
encuentras, Maestro?
- Bien… Pero me van a
llevar a Bata a un juicio. Lo que te confieso y aseguro es que, de todos modos,
voy a morir. Ese “chico” no me va a perdonar. Porque, si me llevan a Bata y me
hacen declarar, lo diré todo. Y eso, el “chico” no me lo va a perdonar.
- ¿Quién es el
“chico”?
- El teniente Coronel…
Don Job Obiang Mba
pareció acercárseme más, para confesar:
- Esas personas que ha asesinado, no
tienen ninguna culpa de nada. Éramos nosotros, los de Mongomo, los que nos
reuníamos con el propósito de sacar a Macías del poder, y poner a uno de
Mongomo; antes que el poder lo tomara otra persona que no fuera de Mongomo.
Macías ya está muy mal visto. Queríamos sacarle del poder, pero sin matarlo.
El “chico”, por ser militar era el encargado de llevar a cabo la detención y
encarcelamiento de Macías; pero sin matarlo. Se trataba solo de quitarlo del
poder y poner a otro civil de Mongomo; ¡Pero sin matar a Macías!
(repetía,
insistentemente, Don Job Obiang Mba)
…Cada vez que nos
reuníamos, -continuó Don Job- el “chico” preguntaba: ¿Y quién va a ser el
Presidente? El plan, evidentemente, no era que fuera él el presidente, sino un
civil. Resulta que en estas reuniones estábamos todavía, los de Mongomo,
cuando nos enteramos de que Macías ya conocía el plan de nuestras reuniones. El “chico”, para salvarse y salvar a los de
Mongomo, decidió inculpar y asesinar a gente de otros distritos. Así han muerto
esos inocentes. Macías al saber que esa gente “se había suicidado” -según
el “chico”- en la cárcel y que yo seguía vivo, ordenó que me llevaran a
Bata para contar la verdad. Sé que, me llevan a Bata; pero no voy a vivir,
después de contar la verdad. Amigo, esto te lo cuento para que lo publiques
cuando salgas de aquí, o cuando puedas...
Ese fue la
conversación –como puede suponerse, dura, con sabor a despedida, y descarnada-
que tuve con Don Job Obiang Mba en la cárcel de Black Beach, unos días antes de
que fuera, efectivamente, llevado a Bata, donde, ni fue llevado a los
tribunales, ni se supo más de él. Y, desde luego, no tuvo la oportunidad de
encontrarse con Macías y contarle la verdad de los planes del Teniente Coronel
Obiang Nguema, “ese chico” tan malintencionado, taimado, maquiavélico y
traidor, quien, atrapado y acojonado por la segura muerte que le esperaba: (“…Al ver que él ya iba a por mí, decidí
adelantarme”-declaración de Obiang Nguema) ya ni acudía a las citas de su
tío Macías, ni atendía a las llamadas que le hacía Macías; y emprendió el
camino final hacia la liquidación del primer dictador, para ocupar su puesto.
El relato de
Bonifacio Nguema Eson Ncham, en cuanto a los de Mongomo, que se reunían,
para apartar a Macías del poder, sin matarlo, pone los puntos sobre las
íes, en cuanto a los nombres (entre ellos el del siniestro y planificador
Bathó, íntimo e inseparable asesor de maldades de Obiang Nguema Mbasogo)
La reunión
convocada por Bonifacio Nguema Eson Ncham, a petición de Obiang Nguema para denunciar
a Don Job Obiang Mba, deja claro que Obiang delata de forma traicionera a
Job ante el Vicepresidente del Gobierno de Macías (Nguema Esono) porque Job no
aceptaba que el Teniente coronel, “el chico” además de detener y encarcelar a
Macías, fuera él también, el presidente, es una simple y flagrante acto de
traición, lo mismo que, de forma global, lo fue el plan para desplazar a
Macías del poder y asesinarlo después de un juicio cargado de lagunas, vacíos y
especial ausencia de quien Macías en sus declaraciones cita débilmente
diciendo:
“¡¡¡…Yo
no era el jefe de Cárcel!!!”
Según todas las
declaraciones, el Teniente Coronel Obiang Nguema Mbasogo, Jefe Supremo de las
Cárceles de Guinea Ecuatorial, estuvo presente y dirigió el infernal y macabro
episodio del BAILE DE MOKOM, en el que sucumbieron entre otros : Jesús Alfonso
OYONO ALOGO, Buenaventura OCHAGA NGOMO, Padre José ESONO, Manuel NSI MBA, Pablo
NSENG, y otros valores políticos en los que aún descansaba el peso social de
Guinea Ecuatorial. Las lágrimas de sus viudas, hijos, familiares y amigos
siguen derramando sangre de reclamo, hasta que Obiang Nguema sea llevado a los
tribunales.