La insostenible posición del presidente empresario. ¿O empresario presidente?
Por: Indàtyi jia Ibìno Redacción África Central
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Generalmente, en los países «normales», el legislador suele establecer normativas o reglas que regulan los regímenes de incompatibilidad, señalando claramente los casos anormales y, si fuera necesario, extendiendo alguna autorización de compatibilidad en casos específicos y admisibles.
Estas normativas dejan claramente establecido que trabajar en la función pública casi siempre es incompatible con el ejercicio de cualquier cargo, profesión o actividad privada que impida o menoscabe el estricto cumplimiento de los deberes de la función pública, a riesgo de comprometer la imparcialidad o la independencia del funcionario o de perjudicar los intereses generales. Esto es así, que se trate de trabajo por cuenta propia como de trabajo por cuenta ajena; que sea retribuido u honorífico. A los trabajadores de la función pública se les prohíbe invocar o usar su condición para el ejercicio de actividades mercantiles, industriales o profesionales. Con alguna excepción (p. e., la docencia universitaria), tampoco se les permite percibir más de un sueldo de cualquier cuantía y denominación, ya que cobran directamente de los Presupuestos del Estado.
Es obligatoria la declaración de actividades lucrativas profesionales, laborales, mercantiles o industriales que se ejerzan fuera de la Administración Pública, exceptuando aquellas derivadas de la administración del patrimonio personal o familiar, sujetas al régimen de incompatibilidades. Por último, reafirmar dos cosas:
—la total incompatibilidad de la función pública con actividades privadas (asesorar o pertenecer a Consejos de Administración de empresas privadas) cuando su actividad esté directamente relacionada con la de la Administración Pública donde ejerce el funcionario;
—y la prohibición de tener una participación superior al 10 % en el capital de sociedades que tengan conciertos de prestación de servicios con la Administración Pública en la que está adscrito el funcionario.
Chirria mucho que el dictador de Guinea Ecuatorial, experto en cleptocracia, Obiang Nguema Mbasogo y su familia de ladrones, no se dé cuenta de la incompatibilidad de su cargo con sus actividades fraudulentas empresariales, lo mismo que el sarasa de su vástago.
Este hombre tiene una camaleónica tendencia a adaptar su «ego» al aspecto personal que quiere hacer ver, en función de la situación en la que se encuentra.
Si ayer era aquél militar que «liberó» Guinea Ecuatorial de su tío, el caníbal dictador Francisco Macías Nguema, cuando perdió toda credibilidad en este aspecto cambió el uniforme militar por la chaqueta.
Si ayer rechazaba cualquier comparecencia de su vástago inútil ante la Justicia Francesa, acusado de vaciar las cajas del Estado para satisfacer sus excentricidades de «nuevo rico»; hoy sale ante la prensa a justificar su actuación, considerándola muy coherente y loable e ignorando todas las razones que han conducido a su búsqueda y captura internacional.
Gracias a esta rueda de prensa hoy sabemos que el Presidente de Guinea Ecuatorial se considera un floreciente empresario, lo mismo que su hijo. Por esta razón ha abandonado o ha hecho dejación de su responsabilidad como presidente de este país, anteponiendo sus intereses personales, familiares y clánicos a los intereses generales de todos los guineoecuatorianos. Esto explica la ignorancia supina que tiene de la realidad cotidiana que rodea a cualquier ciudadano medio de su país; que a todo el mundo le consta que deben obrar milagros todos los días para poder sobrevivir con 1 dólar al día menos al presidente y a su gobierno.
Solo por esta razón, a cualquier guineoecuatoriano medio que debe sobrevivir con 1 dólar al día, le parecerá justo que la Justicia Francesa le investigue y que, ante su incomparecencia, dicte contra ‘Teodorín’, el máximo exponente de la cleptocracia en Guinea Ecuatorial, una orden de búsqueda y captura internacional. La razón por la que, en términos generales, la ciudadanía celebra con júbilo esta orden de captura es muy simple: La Justicia de Guinea Ecuatorial nunca ha podido proceder con libertad, ya que se sometió, lleva mucho tiempo prisionera de las sucesivas dictaduras nguemistas y no es capaz de actuar con libertad y condenar a los criminales que pululan por todo el país.