Por: Ma-Bàlle ma-a Joba
En aquellos gloriosos años en que casi todo el continente africano se coordinó para poner fin a casi 5 siglos de colonialismo europeo, la descolonización y la liberación de África representaba el ideal más importante para todo africano.
Tras convencer a todos los pueblos africanos que aparquen sus diferencias étnicas, los padres del Panafricanismo habían conseguido que, entre los africanos, la prioridad fuera la liberación del continente; dejando para más tarde la resolución de los contenciosos locales de forma pacífica.
Era responsabilidad de los africanos que estaban en la vanguardia de la lucha por la liberación de África, hablar a los colonialistas europeos en nombre de todos los africanos. Por esta razón, Don Santiago Ugandda Ndèlo podía hablarles tan rotundamente a los españoles en nombre de todos los africanos; incluyendo aquellos que ellos consideraban “salvajes”.
En Guinea Ecuatorial, el díscolo Francisco Macías Nguema, incapaz de llevar a cabo su tarea de presidente de la república, remplazó su incompetencia por unos constantes discursos incendiarios contra los españoles primero; después contra los Ndowe, los Bubis, etc.; discursos que anunciaban lo que iba a suceder con los nacionales no-fang.
Tras el fin del colonialismo español, factores bastardos y perversos, factores relacionados con intereses unilaterales fang, Macías Nguema tumbó cualquier posibilidad de un Estado de derecho, optando por una anómala dictadura que tiene su continuidad en la actual dictadura.
Antes de la independencia, el ser humano africano consideraba que el colonialista era una especie humana arraigada en la maldad y en el sometimiento de las demás personas libres; que nosotros los africanos éramos incompatibles con el colonialismo, con esta maldad. Los Ndowe podemos decir, con mucho dolor, a los demás africanos que durante los últimos 43 años hemos sufrido una brutal colonización llevada a cabo por otros africanos como nosotros, los Fang; algo que no podíamos haber previsto ya que juntos luchamos para terminar con la colonización española en nuestros territorios.
Es totalmente lícito buscar la seguridad, el desarrollo humano, bienestar y paz para nuestro Pueblo Ndowe. El retraso que hemos acumulado es consecuencia directa de la confianza que tuvo el Pueblo Ndowe en nuestros “hermanos de raza” fang.
Ahora podemos afirmar contundentemente que estos mismos hermanos africanos aplicaron contra nosotros una política de ocupación y colonización cainita; que nos ha mantenido en un subdesarrollo forzado e inducido desde el primer segundo de la independencia, el 12 de Octubre de 1968.