Por: Roy
Buyer
Pedi: 13-10-2012
Eviya Inyeÿedi ja meÿeba
Es evidente que, el empecinamiento y fijación que tienen los actuales dirigentes de Guinea Ecuatorial en hablar “del Pueblo Guineano”, es porque lo interpretan como el sumatorio de todos los pueblos que integraban los antiguos Territorios Españoles del Golfo de Guinea en beneficio de sus intereses; los cuales constituyen ese porcentaje de familias que se lucran de manera directa de las riquezas de la nación en detrimento de la gran mayoría. Es un plan proyectado con la única intención de justificar todo lo que sucede en el país, ante la atenta mirada de la Comunidad Internacional.
En cuanto a nosotros, los más
desfavorecidos, nos corresponde demostrar nuestra desdichada situación y
en consecuencia denunciarla ante las instancias correspondientes, para que resplandezca
la justicia en cada una de nuestras vidas en particular y en la de todos en
general.
Son perfectamente demostrables
los orígenes dispares de nuestros Pueblos, al igual que son evidentes las
diferencias existentes entre nuestras idiosincrasias, culturas, costumbres,
tradiciones y gastronomía. Por consiguiente,
a todos los interesados porque las cosas tomen otros derroteros en la
Guinea Ecuatorial. No tengo más que decirles que la solución final la
obtendremos todos tanto los unos como los otros ante las Cortes Internacionales
de Justicia, lugar en el que solo valdrán las pruebas presentadas para que se
incline la balanza en un sentido u otro; una gran dosis de sentido común en el
cumplimiento de las normas dictadas por el
imperio de la ley.
Decir que desde el 12 de
Octubre de 1968 hasta nuestros días Guinea Ecuatorial ha cambiado, es evidente.
No obstante, cabe remarcar que el cambio producido no tenía porqué destruir el
patrimonio que dejaron los españoles desde su llegada a los Territorios del
Golfo de Guinea, cosa que tenía que haberse tenido en cuenta. Cabe,
evidentemente reconocer, que no todo lo realizado por el colono era bueno, pues
es justo asumir que también existían aspectos altamente positivos de la época, que
ya nos ponían en cabeza en el ranking africano y que los actuales responsables políticos
deberían haber sacado mejor partido. No
satisfechos con la labor que habían iniciado los colonos, estos lumbreras
tuvieron que coger lo que jamás debieron saber que existía; la goma de borrar y
empezaron a borrar todo cuanto en beneficio nuestro había edificado el hombre
blanco español. El resultado es pues el evidente. En la actualidad tenemos
ingenieros que da pena oírles hablar. Sencillamente, no saben hablar y es
evidente la incapacidad que tienen para articular una mínima frase con sentido.
Más resultados aún, tenemos un volumen de profesionales con carreras
universitarias que no saben ni hablar ni escribir y lo peor de todo es que no
son un referente en la sociedad a la que pertenecen porque nunca lo tuvieron
ellos. La prueba indiscutible de este mal proceder de las dictaduras de Macías
antes y ahora Obiang Nguema, que repercute directamente en el debe de Guinea
Ecuatorial está en que, si comparamos la valía de los hijos que Guinea
Ecuatorial nos ha dado en estos últimos 44 años, periodo que corresponde con la
etapa independiente del país, no es comparable con la de los hijos que nacieron
en la etapa de la Guinea Española. Eso es así, porque las cosas en la Guinea
Ecuatorial Fang no funcionan a pesar de los múltiples edificios que se
construyan, de las centrales hidroeléctricas que tendrán que iluminar viviendas
de calabó. Los estados los hacen los hombres con sus valías y no los edificios
modernistas y menos todavía los automóviles de fabricación americana, ni ese
afán exacerbado por los bienes materiales.
Por citar un ejemplo
comparativo entre la Guinea Ecuatorial que heredamos de los españoles y los
otros estados africanos de nuestro entorno con sus metrópolis, existe una gran
diferencia. La manifestación de dichas diferencias se basan en el hecho de que,
los irresponsables gobernantes de las dos dictaduras en el país no han sabido
aprovechar algo de bueno que dejaron los españoles; y en ese sentido podemos
observar lo siguiente: En cuanto a hospitales, Guinea Ecuatorial tenía más
números de camas por habitante que la República Federal de Nigeria. Teníamos un
servicio sanitario mucho mejor que el de Camerún y Gabón. Sin tener entonces explotados los hidrocarburos y tan solo con el
cacao, café y la madera por citar una de las exportaciones más considerables, más
del 90% del país vivía dignamente. Las familias que se dedicaban al cultivo de
estos productos agrícolas disponían de una economía familiar estable. Y no
quiero entrar en los tejemanejes que se trajo Obiang Nguema con la exportación
del cacao en la etapa anterior a la localización de los hidrocarburos. Todos
nuestros vecinos se asombraban de nuestra calidad de vida inalcanzable para
ellos en sus respectivos países ya independientes.
Aquella sociedad era más justa; quien más trabajaba
más ganaba y sin necesidad de mancharse las manos y conciencias con asuntos
turbios como pasa actualmente en esta Guinea Ecuatorial Fang. Aquél que se
había formado, la sociedad se lo premiaba porque era efectivamente mayor el
servicio que prestaba a ésta y, el que no, pues debía estar facultado
físicamente para echarle horas al lomo en las plantaciones pero de manera
honrada. Me pregunto, ¿cuántos son los padres de familia que haciendo un
análisis de conciencia podrían superar el examen de llevar el sustento diario a
sus respectivos hogares de manera honrada en esta Guinea Ecuatorial Fang?
A partir del resurgir de esta
nueva clase social, supermillonaria y pedante, producto del contrabando y la
corrupción que actualmente está conociendo Guinea Ecuatorial, cabe además otra
reflexión, ¿era necesario acabar con la clase social anterior y la clase noble
de Bata y Malabo (Santa Isabel)?
Tuve la diosa fortuna de
haber conocido a un ex consejero autónomo del último Gobierno de Don. Bonifacio
Ondo Edu. Pues este Sr. tenía que estar todos los días en el despacho a las 10
horas de la mañana. Resulta que este buen hombre cada mañana se levantaba a las
cinco y media para que a las seis estuviera ya a pie del cañón en sus
plantaciones de cacao. Este Sr. Nunca tuvo un Mercedes Benz como automóvil. En
la actualidad es normal ver a guineo-ecuatorianos importar vehículos desde los
EEUU de América hasta la Guinea Ecuatorial a pares y sin pagar aranceles aduaneros.
¿De dónde procede esa ingente cantidad de dinero que no controla su
administración Sr. Obiang? Convencido estoy, de que esa pregunta solo me la podrá
responder echando balones fuera como es habitual en usted o diciendo; “eso lo decide el Pueblo”. ¿De dónde procede el dinero de las mansiones
que en ocasiones también construyen a pares? Muy bien sabe usted como yo que no son de una adquisición decente.
Pero es natural, si el tontorín Teodoro Obiang
Mangue está perseguido por la justicia, de como mínimo tres países por disponer
en esas naciones bienes y dineros de
procedencias ilícitas, ¿qué no van a hacer los ciudadanos de a pié
guineoecuatorianos?
Lo cierto es que, guste o no guste, el funcionamiento político
de Guinea Ecuatorial en lo concerniente a su peculiar interpretación de la
democracia, el funcionamiento socio-económico y en lo referente a las
cuestiones tributarias de toda la sociedad sin distinción, deja mucho que
desear. Es precisamente en estos aspectos, sin olvidar los relacionados con las
cuestiones de los DDHH, los que hacen que Guinea Ecuatorial esté en el ojo de
las críticas internacionales. Eso es así, Sr. Obiang que tanto culpa usted de
la mala prensa que tiene su República Fang de Guinea Ecuatorial.
La protección del menor, las
detenciones irregulares, la llegada de la corrupción al Poder Judicial y en
todos los estamentos del Estado, que no es cosa de hoy, son bien manipulaciones, del todo poderoso Teodoro
Obiang Nguema. En resumidas cuentas, ésta Nación está reclamando clamorosamente
una refundación del mismo o un Big- Bang que acabe con todo el vergonzoso
y vergonzante sistema político.