jueves, 15 de marzo de 2012

Los gigantes ilustres Ndôwé de Guinea Ecuatorial- Dña. Iya Kola


Los gigantes ilustres Ndôwé, Profesionales de la Educacion  de Guinea Ecuatorial- Dña. Iya Kola


Dña. Iya Kola, de nombre Ndôwé Kuba, nació el 04 de Septiembre de 1931 en Ukomba (Bata) en la Colonia Española del Golfo de Guinea. Hija de Mayoko y de Epalepale.

La educación de Iya Kola se inició en su Bata natal, obteniendo sus títulos de Enseñanza Primaria en la escuela oficial colonia (Grupo Escolar Generalísimo Franco). Después cursó sus estudios elementales de Bachillerato Elemental (Escuela Superior Indígena) donde obtuvo excelentes calificaciones, que forzaron a sus padres a no desperdiciar ese potencial de educarse que tenia ella como niña. Posteriormente Iya Kola estudio Magisterio en la Escuela Superior Indígena, graduándose como maestra de Primera Enseñanza. Posteriormente estudio Corte y Confección en el Colegio de las Monjas Concepcionistas Santa Teresita del Niño Jesús y se especializó en apatrones en el Centro María Auxiliadora de Terrassa, (Patronista). Finalmente hizo otra especialidad Diplomándose en Alimentación y Nutrición por la Escuela Superior Indígena, en la Guinea Española.

Iya Kola trabajó haciendo sus prácticas como Auxiliar Maestra Diplomada en “Puerto Iradier” (Kogo) durante el año Escolar1951-1952; Ya como titular en Acurenam, en el país Fang impartiendo educación en el año escolar 1952-1953. En San Carlos de 1953-1955, en Baloeri de Cristo Rey- Santa Isabel de1955-1964; en Santa Isabel- Grupo Escolar Generalísimo Franco 1964-1967, en el Colegio Niño Jesús 1967-1968.Y tras la Independencia de Guinea Ecuatorial, trabajó como Maestra en la escuela Grupo Escolar Generalísimo Franco de Bata entre los años 1968-1973.

Iya Kola se casó con el Ndôwé Ekoka a Eñeso, un brillante Maestro y activista político, de cuyo matrimonio nacieron 8 retoños fuertes e inteligentes como sus progenitores. Iya Kola no tuvo ninguna implicación en las actividades políticas pre o post independencia, sin embargo, tras la puesta en marcha de la persecución de los políticos y posterior detención de su esposo Ekoka a Eñeso, el cuerpo de su esposo sin vida fue entregado el 21/05/1972, con prohibición expresa de realizar cualquier tipo de acto fúnebre. Para garantizar que el ambiente en la casa de Iya Kola fuera normal, la dictadura hizo vigilar permanentemente el domicilio de Iya Kola por esbirros del régimen. El cuerpo entregado del Ndôwé Ekoka a Eñeso presentaba signos de haber sido torturado antes de acabar con su vida; Pues el orificio de arma de fuego entre las costillas del lado derecho, indicaba no haber lesionado ALGÚN órgano vital, lo que demuestra que tras el disparo, no fue atendido y murió desangrado. También presentaba el cuerpo una oreja amputada, y una herida a la altura de la cavidad nasal junto al seno ocular.

Hacia 1973, Iya Kola es detenida por las Fuerzas Armadas del tirano Francisco Macías Nguema junto a todos sus hijos, muchos AUN menores de edad y acusados de ser personas non gratas cuando las verdaderas razones DE DICHA DENTENCION fueron ser Ndowe y esposa e hijos de un político de la misma etnia.

Iya Kola sufrió en su carne junto a sus hijos la crueldad y la miseria de la especie humana y abusos de todo tipo. Debe aclararse que tras recibir el escrito del Gobernador Civil Miguel Eyegue Ntutumu expropiando la vivienda de su propiedad, se vio obligada con todos sus hijos a cambiar de residencia al barrio de “Fefe Sala.” Varios meses después es nuevamente detenida con todos sus hijos y sin explicación alguna, encerrados en la cárcel de Bata durante un mes. Cuando se le antojó al gobierno del dictador Macías, fueron desahuciados de las dependencias malolientes militares, sin nada que dar de comer a sus hijos. Se instaló con su familia en su pueblo natal “Ukomba” apartado con los suyos, para evitar ser vistos y las consecuentes tentaciones de SER OBJETO DE abusos de militares Fang. “La costura fue mi salvación y la de mis hijos”- apunta Iya Kola. A pesar de todas aquellas medidas tomadas contra ella y sus hijos, “vuelven a confinarme con todos los hijos míos al pueblo de mi marido de 1973-1977”-lamenta Iya Kola. En varias ocasiones intentó exiliarse con todos sus hijos al país vecino Camerún, pero la suerte no estuvo de su lado, puesto que fueron interceptados por los guarda Costas de la patrulla de la Marina de la Dictadura en alta mar, detenidos, y tras purgar 18 meses en la cárcel, en condiciones infrahumanas, es conducida a las plantaciones de cacao, lejos de su familia a la antigua Isla de Santa Isabel de Fernando (Poo) entonces “fangeada” Isla de Macías Nguema Biyogo y actualmente renombrada Isla de Bioko, donde trabajó en régimen de esclavitud recibiendo a la semana para su sustento y como sueldo durante 5 años, 1kg de arroz Chino para consumo de Perros y 1kg de pescado Ruso congelado de varios años, sin derecho a ningún tipo de asistencia médica si enfermaba; siendo vejada por cualquier capataz Fang y sin saber absolutamente nada de sus hijos dejados en Bata.

Durante dicho período de esclavitud en las plantaciones de Cacao, Iya Kola sufrió el dolor de la ausencia de su esposo brutal y salvajemente asesinado, la ausencia de su familia, y se reprochó en muchas ocasiones desatender a sus hijos menores, cuando ella era víctima de la brutalidad y la sin razón de unas personas que hacían todo por acabar con los Ndôwé. A consecuencia de tanto malestar y sufrir Iya Kola desarrolló cardiopatías, consecutivas depresiones, ansiedad, etc. etc. etc.

Iya Kola ha cumplido en la actualidad 81 años, vive en España desde que por fin consiguiera salir del infierno que significa Guinea Ecuatorial, con mucho recelo mira hacia la línea del horizonte, como si de allá fuese a brotar la tierra que le viera nacer "UKOMBA." Ese mismo "UKOMBA" que hoy el tirano Teodoro Obiang Nguema Mbasogo ha señalado que sea destruido, si los Ndôwé dueños de aquellas tierras donde han vivido durante 7 siglos, no levantan edificios de 6 plantas, tras permanecer 43 años discriminados y excluidos en todo tipo de actividad en Guinea Ecuatorial.

“En realidad no me suicidé porque mis hijos me necesitaban, su padre hubo sido asesinado y yo no podía dejarlos solos. Tenía la obligación ante Dios y ante mi esposo de estar al frente del cuidado de mis hijos.” Son palabras cariñosas de Iya Kola, llenas de dolor y de ternura al mismo tiempo.