domingo, 19 de diciembre de 2010

Proporcionalidad y relatividad del factor étnico de Guinea Ecuatorial

Vamos a plantear un problema muy simple e intuitivo de matemáticas. Consideremos dos conjuntos disjuntos; El conjunto C1 de 24 elementos y el conjunto C2 de 8 elementos. A todas luces, la relación aritmética que les une es que el conjunto C1 contiene 3 veces más elementos que el conjunto C2. Suponiendo que son personas y que el dictador de turno elimine a 4 de cada uno de los conjuntos, el porcentaje correspondiente es respectivamente 17% en el primer caso (C1) y 50% en el segundo (C2).

Si preguntamos a uno del conjunto C2 su opinión sobre lo que ha pasado, observaremos que su relato es apocalíptico y catastrófico puesto que ha sido para ellos una completa hecatombe: han perdido la mitad de su población. Pero si preguntamos lo mismo a uno del conjunto C1, su visión será negativa pero de una manera más atenuada que en el caso anterior. Es más, para él, los del conjunto C2 son unos blandos y unos llorones y no es para tanto; el dictador ha matado a tantas personas de un conjunto como del otro: 4 personas en cada caso.

Desde un punto de vista matemático, a la vista de estos datos, la teoría de la proporcionalidad nos conduce a concluir que el daño recibido por el conjunto C2 es brutal mientras que para el conjunto C1, el daño es «asumible».

Si suponemos además que esas 4 personas eliminadas del conjunto C2 son los patriarcas o líderes de dicha comunidad, el daño es infinitamente superior porque lo que resta de él queda descabezado, fragilizado y además manipulable.

La relatividad refuerza esta argumentación. Si bien aritméticamente se ha infligido un daño igual a cada uno de los dos conjuntos, desde el punto de vista del observador colocado en el conjunto C1 el golpe es solamente un «manotazo»; mientras que otro observador colocado en el conjunto C2 observaría un mazazo terrible, luego las consecuencias son mucho más graves para el conjunto C2. Como se puede constatar, estas conclusiones son innegables y además, avaladas científicamente.

Hasta aquí no he querido poner nombre ni etiqueta alguna a ninguno de los dos conjuntos. Ahora, supongamos que el conjunto C1 es el Pueblo Fang y que el conjunto C2 es el Pueblo Ndowe. Esto que acabamos de analizar corresponde a lo que ha pasado en Guinea Ecuatorial. El Pueblo Ndowe ha necesitadotodo este tiempo para vencer el trauma que vienen arrastrando desde hacen 42 años del asesinato masivo de sus líderes políticos. Ahora, al quitarse la venda que un día otros se ocuparon de ponerles en los ojos, los Ndowe están descubriendo unos enormes déficits en su Comunidad: un déficit social apabullante, un déficit económico manifiesto, un déficit en cuanto a la educación al ser discriminados desde la más tierna infancia, y un largo etcétera... Pero el conjunto C2 podría ser también el Pueblo Bubi o el Pueblo d’Ambo. Manifiestamente es necesario reparar las injusticias pasadas, resarciendo a las nacionalidades que las han sufrido. Los Ndowe creemos en la democracia, no en los inútiles experimentos de democracia. Por eso pensamos que es deber de las nacionalidades hacer una Tercera Conferencia Constituyente para refundar el Estado de Guinea Ecuatorial sobre bases nuevas, entre todos.

Sângô â Mbôka-Ma-Bàlle ma-a Joba.